Viene entonces esa Vinotinto y le gana de calle a Bolívar, Sucre y Urdaneta… Para qué estudiar?, y nuestros valores?

  1. Como parte de estas ideas sobre lo pobre de nuestra educación en las escuelas, referiré esta anécdota que ocurrió por allá, por la década de los sesenta, el día en que mi amigo, de Güiria, Félix Marín, a sus 19 años se preparaba, allá en su pueblo, para trasladarse a Caracas y comenzar una carrera universitaria. En la terminal de pasajeros, mientras esperaba el autobús, se acercaron familiares y amigos para despedirlo. Cuando le llegó el turno de abrazarlo su padrino Ignacio Acosta, éste no podía creer cuán alto y corpulento se había vuelto su ahijado. Félix media casi dos metros, su padrino, quería decirle palabras de aliento y aconsejarlo, para que supiera elegir lo mejor para su formación. El señor Ignacio Acosta, le preguntó: "- Ahijado, ¿qué es lo que piensas estudiar, por fin?", a lo que Félix le respondió tajante: "-Física, padrino". Por supuesto que Ignacio no sabía ni papa de lo que trata la Física, él era un pescador que nunca tuvo oportunidad de ir a una escuela, pero en el que bullían en su sangre los miles conflictos y contradicciones del pasado. Se quedó Ignacio mirándolo fijamente, un poco confundido, para después añadir: "-Mire ahijado, yo con ese cuerpo suyo, estudiaría Derecho". Lo cierto fue que Marín resultó ser un gran investigador científico, licenciando primero en Física y luego concluyendo su doctorado (PhD) en la Universidad de California. De haberse hecho abogado, con el cuerpazo que tenía Félix, lo más seguro es que hubiera terminado siendo un marrullero, un picapleitos o militante de algún partido político del status.

  2. En lo que más celo ha puesto el poder dominante en América Latina es en no ceder un ápice en el control de la educación. Cuando en 1946, se pretende establecer un estado docente adoptando los cambios que proponía Luis Beltrán Prieto Figueroa, de inmediato la Iglesia, sobre todo los jesuitas, desafiaron al gobierno y hacerle una guerra cristera que lo llevaría a su derrocamiento (antes de hacerlo Pérez Jiménez). Aquello de 1946, fue la primera versión de "Con mis hijos se metan", la segunda ocurrió en el año 2000, cuando se intentaron unos tímidos cambios en el pensum de estudios. La burguesía consolidó su total control sobre la educación en nuestro país, desde que Pérez Jiménez para enfrentar a la arisca y rebelde educación pública representada por la valiente Universidad Central de Venezuela, UCV, creó esa madriguera de requetés concentrados hoy en la Universidad Católica "Andrés Bello".

  3. Porque el estado nunca se metió con los hijos de la burguesía, la mayoría de ellos terminaron en la droga, yéndose a Miami a vivir en permanentes frivolidades, volviéndose ridículos youtubers, fatuos generadores de cursis "contenidos". Como no se metieron con ellos terminaron siendo hijos de la NADA, sobre todo sin patria.

  4. Ese es el mayor peligro que está sufriendo la república, y a la que se le viene dando largas desde que Chávez tomara el poder en 1998. Es así como las llamadas universidades autónomas se convirtieron en fieros reductos de la derecha (que únicamente obedecen órdenes del Departamento de Estado Norteamericano), hasta el punto de llegar a imponerse a decisiones del propio Tribunal Supremo de Justicia y no proceder a la realización de elecciones para renovar, como se debe, a las autoridades, durante más de diez años.

  5. En la Venezuela de la IV República, escoger la carrera de abogado se hizo de lo más común. Se graduaban cada año miles de abogados, incluso se convirtió en una profesión apéndice, adjunta de otras. Es decir, profesores, médicos, ingenieros o economistas que eran a la vez abogados. Muchos no se daban cuenta de que se buscaba esa profesión por la herencia del Derecho Canónico traído por los frailes a América. Ese fraile que llegó acompañando al conquistador. Los abogados entre nosotros terminaban siendo ASESORES de empresas, de instituciones, Fundaciones, de multitud de centros burocráticos de la administración pública.

  6. En el seno de cada familia de la clase alta se hizo costumbre, siempre tener en un cura o un militar. Una forma al derecho de gobernar de esta clase, para así no tener que trabajar como lo hacían los conquistadores.

  7. Si como militar provenías de la clase media o baja, no podías ascender a general. A lo máximo, llegar a teniente, capitán o teniente-coronel. Con mucha suerte quizá, hasta coronel. Una vez pasado a retiro te extinguías como militar.

  8. A principios de 1940, comenzaron a fundarse los dos grandes partidos que habrían de dirigir los destinos de Venezuela durante cincuenta años: AD y COPEI. AD comenzó infiltrando el poder militar y dando un golpe de estado. En cierto modo su aliado principal estaba en las fuerzas armadas. COPEI decidió acaparar el sector de los frailes e imponerse a través de la iglesia católica. A la postre ambos terminarían fusionándose en una poderosa alianza fascista (exactamente como acabó sucediendo en México con el PRIN y el PAN). Tanto la rama militar como la religiosa, en América Latina, suelen ser los dueños del poder.

  9. El odio generado por las luchas partidistas en América Latina fue insuflado por las órdenes religiosas, las que trajeron el miedo más horrible, un dios vengativo y cruel, a la vez que el sometimiento a las leyes de los colonizadores. Colonizadores y frailes eran una sola entidad explotadora de este continente. La Iglesia se convirtió en la abogada del poderoso, y de allí poco a poco fue surgiendo la tradición del funcionario entrelazado con la del letrado. La Iglesia se convirtió en el protectorado de los leguleyos, picapleitos y hombres de partido, y mediadora permanente en las decisiones que tomaban los militares en el poder.

  10. Nunca hubo una dictadura militar en América Latina que no estuviese sostenida también por el poder la Iglesia. Estas son cosas que deberían ser debatidas y enseñadas sin miedo ninguno en nuestras escuelas, pero no se hace porque cada vez que lo intentamos aún la sombra eterna de los colonizadores nos dan con sus látigos en nuestras espaldas. Es así, como otra vez el fascismo colonial aparece representado por la Iglesia con un candidato copeyano, escogido por los apellidos más pútridos del pasado.



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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