A votar, tranquilo y sin nervios

Ya en la recta final, la suerte está echada. Esto es cierto, en el sentido de que la inmensa mayoría de la gente ha decidido por quién votar. En todo caso, pueden existir factores absolutamente circunstanciales que impidan la emisión del voto: fastidio ante una cola muy larga, un acontecimiento como un infarto o un accidente que afecte a un familiar a la votante mismo, dejar todo para última hora y después una gran flojera, etc. En todo caso, también creo que la generalidad de los venezolanos sabe la importancia de las elecciones presidenciales y su intención de ir a votar será suficientemente firme como para superar esos obstáculos.

Voceros oficiales han alertado sobre un posible sabotaje del sistema eléctrico. Estos llamados son hasta risibles. No solo porque quien controla ese sistema es el gobierno, sino que cualquier sabotaje será de su responsabilidad, porque se supone que tomarán las debidas previsiones, vigilancia y cuadrillas dispuestas para atender emergencias técnicas. Por lo demás, es bueno saber que las máquinas de votación cuentan con baterías que duran hasta 12 horas.

También es bueno saber que cerca del centro de votación, estarán los famosos "puntos rojos" para controlar el flujo de la militancia del oficialismo. No hay que dejarse anonadar por eso. El voto es secreto. Esa es la consigna. También: no hay que aceptar el llamado "voto asistido". Los ancianos o los discapacitados (los invidentes, por ejemplo), solo podrían ser "asistidos" por familiares o personas de total confianza. Van a circular por las redes sociales mil y un rumores e informaciones angustiantes. Mejor, no pararle. Ya se tomó una decisión y, con toda la serenidad del mundo, hay que ejecutarla.

Es conveniente que, dispuestos a votar y hacer la cola, además de contar con una decisión entre ceja y ceja, se asuma una reflexión estoica para controlar la ansiedad: hay cosas que se pueden cambiar y hay que emplearse a fondo para ello. Hay cosas que no se pueden cambiar, y hay que tener paciencia. Finalmente, hay que tener sabiduría para distinguir unas cosas de las otras. Si a usted la llevan nariceado/a por ser funcionario público o estar e las listas de las jefes de calle del CLAP o UBCH, está bien, acepte la cola, pero sepa que el voto es secreto. No hay problemas en aceptar favores. El problema moral (suyo) se presenta si usted se deja comprar por ello.

Un filósofo inglés de la ciencia, Karl Popper, aseguraba, que si tenemos la explicación de algo, podemos hacer predicciones más o menos seguras. Él entendía por explicación saber las causas de las cosas, el factor que se produce antes del hecho a explicar y que tiene una especial relación con su efecto. Para los resultados de este 28, se han ensayado varios esquemas de explicación:

  1. Mientras mayor la abstención, más probabilidades de ganar tiene Maduro; y viceversa, mientras más votantes fluyan y cumplan con su deber, más probable es una victoria de la oposición. Es decir, la votación de Maduro está en relación directa con el nivel de abstención. La razón es que la principal fortaleza de Maduro es el control de los recursos del Estado y el funcionamiento de una maquinaria organizativa con presencia en todos los rincones. Por otra parte, la oposición tiene de su lado el sentimiento de la necesidad de un cambio político y el descontento hacia una obra de gobierno caracterizada por su ineficacia, injusticia, corrupción, opacidad, etc.

  2. Una cosa son los rasgos psicológicos de los militantes del aparato, y otra, las de los dirigentes locales, regionales y nacionales. Estos últimos tienen un talante desafiante y amenazador porque, o están desconectados de la realidad, mienten por mala maña o son incapaces de empatía y no les importa la situación del pueblo. Además, su prioridad absoluta es mantenerse en el poder. Es posible que los militantes del aparato busquen figurar ante sus jefes superiores, o se satisfacen con la sensación de poder que les da mandar, o veneran religiosamente a Chávez y a Maduro sin distinguir las inconsecuencias del segundo respecto del primero, o son fanáticos alimentados con memes que exaltan la "violencia y maldad" del contrincante, etc. En todo caso, los dirigentes nacionales tomarán decisiones dependiendo de los resultados, y eso determinará las órdenes que den a sus seguidores. No es nada personal. Los dirigentes nacionales calcularán lo que es mejor para ellos: aceptar algún beneficio a cambio de reconocer un resultado adverso. Ya es asunto de ellos cómo se reparten ese hipotético "incentivo" que solo puede darles el gobierno norteamericano, con el cual están negociando. Mientras tanto, jugarán a fondo a ganar, y eso significa mover la "maquinaria" a fondo. Incluso, promover algún evento que impida el flujo de electores opositores, que ya saben dónde están. Lo primero no depende de uno. Lo segundo, sí. Hay que hacer prevalecer nuestra decisión de votar.

  3. Los dirigentes tienen ante sí muchos dilemas; pero básicamente tres: - aceptar un resultado adverso o no - Si lo aceptan qué hacer - Si no lo aceptan, qué hacer. Pero lo que harán si lo aceptan, por ejemplo, depende de lo que decidan los adversarios. Igual pasa con lo que harán si no lo aceptan. Ellos siempre prevendrán la peor respuesta del adversario; para eso estarán preparados con un plan A, B, C…. Habría que facilitar una cooperación para que resuelvan sus dilemas también en forma cooperativa. Por ejemplo, ofreciendo suficientes incentivos.

  4. Al final, el gobierno y sus adversarios tienen algunos intereses en común. Por ejemplo, que se reactive la producción petrolera, así sea con un esquema copiado de la época de Gómez, que le entregue la industria al capital extranjero y viole la legalidad de hidrocarburos. Otro, que se mantenga la actual política neoliberal de bonificación de los salarios. Tercero, una "paz y estabilidad" como sea, para que sea posible, por ejemplo, pagar la monstruosa deuda externa. Cuarto, que haya elecciones con resultados aceptables, para tener el candidato demócrata (¿Biden?) algo que mostrar en su propia campaña en los Estados Unidos, y tener Maduro su tan ansiada legitimidad renovada.

De todas las variables, solo controlamos nuestro voto. Así que a votar y animar a los otros a hacerlo. Así llueva, truene o relampaguee. Solo así podremos predecir unos buenos resultados.



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Jesús Puerta


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