“Yo no seré el que pagará ni sufrirá por lo que haga el teniente coronel; lo pagará y lo sufrirá el 80% de la población venezolana. Hoy se ha demostrado que Venezuela está con la obra que durante 53 años ha hecho RCTV. Nunca imaginé que fuésemos un puntal tan sólido y representativo de la sociedad decente, pensante, humana y creadora de este país. Me apoya la academia, los artistas, los humoristas más finos; nos apoyan las universidades autónomas (no esas vulgares asociaciones de hampones concentrados en supuestos centros superiores experimentales y esas misiones); nos apoyan las SIP, la OEA, la CIDH, la OIT, empresas y congresistas de Chile, Perú y Uruguay. Cómo podía imaginar este humilde servidor que su lucha, que su posición en esta sociedad pudiese generar tantas lágrimas, tantos sentimientos profundos, genuinos suspiros de amor, llantos de solidaridad, penas enternecidas de honda tristeza, de auténtica devoción y patético delirio de fraternidad social. Una obra, nuestra obra, la gran obra de este pueblo recogida en miles de horas de gran contenido cultural, poético, humano. Comunicados, protestas y remitidos de la ULA, de la UCV, de la UCAB, de la Iglesia, y sobre todo de ancianas que han visto desde niñas nuestra programación, nuestras telenovelas. Ancianas que han dicho que en muriendo RCTV también ellas se echarán a morir. Tantas muestras de inmenso cariño con la televisora que mostró las imágenes del hombre llegando a la luna, la serie El Zorro, Poppy, Historias del más allá, Échate las Cartas, La Lucha Libre, las Carreras de Caballo, Radiochela, Ají Picante, Video Loco, Aprieta y Gana, Camay, La novela Palmolive, La Novela LM y La Novela Único, "Gente de la mañana", "Atrévete a soñar", "Fama y aplausos", "50 y palante", "Date con todo", el Show de Renny, La Feria de la alegría, Fantástico, Cuánto Vale el Show, El chance y sus triples, Crónica Policial… Ay, hijos son tantos programas llenos de gran valor moral y social, de tanta veracidad y fuerza cristiana, que han formado a todas esas ancianas que hoy marchan con sus pancartas, que han reído y han llorado con nosotros. Que son hoy lo que son gracias a nosotros. Que llegaron tan lejos por nosotros. Que se preñaron de sueños y de fantasías por nosotros. Qué hubiese sido de esos seres sin la fina dicción, sin la delicadeza y el trato sencillo y humilde, sin la calidad intelectual de quienes dirigían esas programaciones. Ellas aprendieron a llorar por la patria de Bolívar y de Sucre gracias a nosotros. Ellas imaginaban países rutilantes, seres de ensueño que triunfaban en Las Vegas, que conseguían llegar a la fama en Miami, y que suspiraron tanto porque sus hijas y sus seres queridos un día fuesen como Tatiana Capote, Roxana Díaz, Marjori de Sousa, Christina Dieckmann, todas que deberían ser dignos ejemplos para todas las jóvenes que desean triunfar en este país. En cualquier país…”
Al finalizar la marcha a favor de RCTV, ayer 19 de mayo, se le acercó Federico Alberto Ravell a Marcel; Federico quien había sido arrullado en su niñez por “El Derecho de Nacer”, le dijo:
- Te felicito. ¿Qué sería yo hoy si no hubiese aprendido cuanto conocí de Albertico Limonta? Yo no tuve necesidad jamás de leer la historia de Venezuela porque lo que aprendí de la televisión me llegó gracias a RCTV. Por eso estamos contigo, por eso también estoy decidido a enterrarme contigo. No creas, mares de lágrimas he soltado al presentir como algo irrevocable tú final, que es en gran parte el nuestro.
- Todavía no todo está perdido, Alberto. Mucho “empeño” estamos poniendo porque se produzca la rectificación por parte del Tribunal Supremo de Justicia. Tú lo sabes. Rectificar es de sabios, y no te rías, pícaro.
- No, vale, me río por lo de tu renuncia Él, el tenientito debe aprender a escuchar. Ese es su problema que no sabe ni quiere escuchar. Por eso me río.
jrodri@ula.ve