Comienzo por aclarar el título de este escrito, porque el que lo lea seguramente pensará que haré un análisis profundo de lo que va de Copa América o dictaré una cátedra de fútbol, deporte que definitivamente se metió en la sangre de los venezolanos.
Realmente deseara, pero lamento decirles que soy un ignorante de esta disciplina y me ubico del lado del protagonista del anécdota contado por el conocido periodista Ciro Alfonso Contreras, un estudioso y analista del fútbol.
Contreras recordó que una vez escuchó decir a un aficionado en una justa futbolística: “No entiendo nada, no le veo sentido a ese poco de hombres dando carreras detrás de un balón. Deben darle una pelota a cada uno, para que se acabe el problema, no vayan a dañar la grama.”
Por tanto, el título de este artículo no tiene nada que ver con el balompié en sí, sólo es una expresión figurada del triunfo que la mayoría del país ha obtenido y seguirá obteniendo sobre esos detractores que por razones políticas, jugaban a entorpecer la Copa América 2007. De eso les escribo, además sabía que golearíamos.
Han hecho lo imposible. El 28 de junio se registró una situación que hizo recordar el 11 y 12 de abril, cuando los canales de televisión dividieron la pantalla.
En ese intento de enlodar el magno encuentro, se realizó una manifestación el Día del Periodista, perfectamente válida en un país democrático, justo cuando se daría inicio a la contienda.
Pues bien, al día siguiente, muchos de esos periódicos que insisten en jugar al saboteo dividieron la primera página de sus periódicos.
Incluso, hubo algunos medios que ni siquiera fueron equilibrados en esa división y dieron mayor espacio a la marcha de los periodistas.
Quizás muchos que lean este artículo dirán que eso es cuestión de criterios y opinarán que la manifestación de colegas era más importante que el inicio del evento futbolístico.
No voy a negar la trascendencia de una concentración de comunicadores sociales, pero creo que como venezolanos y periodistas deberíamos, más que en nosotros, pensar primero en Venezuela. Nos queda mucho tiempo para protestar.
Hablamos de la contienda de fútbol más antigua del mundo. Es la primera vez que se realiza en este territorio y quedará para la historia de este país. Por eso pienso que se debe tener mayor respeto y consideración hacia esa jornada deportiva.
Debe igualmente tomarse en cuenta que lo más trascendental de la Copa América, tal como lo cree el alcalde de Maracaibo, Gian Carlo Di Martino, es la extraordinaria alianza que se requiere para lo que viene después, porque con esos grandes eventos se afianzan las instituciones y se compenetran no solamente en función de una jornada futbolística, sino de un futuro promisorios, por cuanto el deporte como la familia, es pilar fundamental de toda sociedad”.
Lo significativo de esta contienda –y esto también forma parte del criterio de Di Martino- no es tanto lo que ocurre, sino lo que deja como vocación, incentivo, experiencia, enseñanza, educación, eso es lo más relevante.
Apreciemos entonces el peso de una Copa América. Por ejemplo, desde el punto de vista turístico, por citar apenas un solo aspecto, tenemos ahora un José Encarnación “Pachencho” Romero convertido en una atracción. No le envidia nada a los otros estadios del mundo. Lo dice un futbolista de la talla de Maradona.
Y así como el “Pachencho”, esta es una oportunidad para mostrar las infinidades de atracciones, bellezas naturales, en fin, todo ese potencial que el país tiene en materia de turismo.
Pero esta oposición obcecada pierde las perspectivas. Querían distraer a los periodistas internacionales con esas marchas y protestas en la que, por cierto, ofenden al presidente de la República, Hugo Rafael Chávez Frías y su familia, mientras reclaman que no hay libertad de expresión.
Olvidaron que los periodistas deportivos viven la pasión del fútbol tanto como los jugadores en la cancha y difícilmente se distraen en otros hechos, por eso la oposición se equivocó y como siempre, resultó goleada.
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