Anuncios que ponen los pelos de punta

Familia que reza unida permanece unida, ¿lo recuerdan? ¿O aquella otra propaganda: “Coma como Dios manda con mantequilla la Normanda”?

Yo no le tengo miedo a la conspiración guarimbera de la derecha ni a sus “descomunales” marchas o anuncios terroristas por la tele, sino a la silenciosa idiotización consumista que nos devora. La socialización de tetas y culos que se nos cruzan en cada esuqina. Las pildoritas y menjurjes para adelgazar. La enajenación tritonante de una pertinaz carrera de carros sin pausa ni descanso para ir a ninguna parte. Un agite para “vivir” programados por agencias que lo hacen a uno feliz por encargo. Cuando veo a la gente haciendo descomunales colas para comprar o canjear un celular, para solicitar divisas y comprar por Internet, cuando veo los agites compulsivos para llevar a la casa cuanto cachivaches innecesarios te ofrezcan y que tú los adquieres porque te “sobra” la plata, y cada vez más el aburrimiento te arrincona, te exprime y te deprime. ¡Cómo será, Ave María Purísima, este diciembre cuando lleguen a Venezuela los IPHONE’s y todo el mundo comience a botar las cagadas de celulares que lleva encima porque se han convertido por gracia del progreso en chatarra, a mil años del progreso que se fabrica en el Norte! ¡La mataperrera de carajitos y carajitas (y de mucho viejo pendejo, también) amaneciendo en los puestos de telefonía móvil, será de pánico!

Entonces es cuando llegas a no creer en nada y es cuando se te aparecen en una hora cualquiera del día, como en un sueño, los dioses martirizantes del mercado, don Marcel Granier y el cardenal Jorge Liberato Urosa Savino para decirte que tú mereces que alguien te salve. Ellos te dirán con mucha sabiduría y parsimonia, que tú estás a punto de perder el futuro y el control, tu libertad, tu sueño de vivir como te dé la gana. Sobre todo el control con el que te hartabas viendo aquellas lindas puterías de las tardes por RCTV, con Ají picante, Radio Rochela o la Guerra de los (sin) Sexos. Ellos te hicieron libres de elegir lo que a ellos les gusta, y ahora tú estás jodido porque no puedes existir sin la droga predilecta de sus negocios. Granier, Urosa, Ravell y el Matacuras rezan en familia. Morirán unidos.

Y por eso ahora, para buscar algún consuelo en estos eternos callejones sin salida del sabroso hedonismo de la cúpula mediática-eclesial, nos sale ahora soñar y pensar en un IPHONE. Ya sus excelencias Urosa Savino, Baltazar Porras y Rosalio Castillo Lara tienen el suyo, regalo especial de la embajada norteamericana. Por allí están siguiendo la Copa América. El gran dios del comercio entre el coxi y los sobacos. Por eso, nosotros nunca haremos revolución alguna hasta que no matemos a los dioses del mercado. Son los dioses del mercado los que presiden las procesiones de la Virgen de la Chiquinquirá, de la Coromoto, de Betania. Son los príncipes andariegos de todas las marchas que encabezan Cabeza e’ Motor y Antonio Ledezma. Son los ídolos predilectos de los hijos de mami: Stalin Gonzalez, Goicochea y Nixon Moreno (¡Ah!, por cierto a Nixon la dieron también su IPHONE, se lo mandó don Baltazar). Son en fin, los miméticos que hoy anuncian que la pavorosa recuperación del poder adquisitivo ha incidido en el aumento del consumo de bienes y servicios en los centros comerciales, cifras que no son ninguna concha de ajo, sino emitidas por la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo): las ventas se incrementaron en términos reales en 30% en el primer trimestre del año.

El país está vuelto en una total y paralizante locura: los automercados atestados, los aeropuertos son ríos imparables de gente, y boletos no hay ni para los montes de Chaparracho. La catástrofe vehicular tiene paralizadas todas las ciudades. Ayer me enteré que están instalando semáforos en las selvas cercanas al Guaviare. Los Dioses del dólar que reverberan en cada esquina con los McDonalds, cuyas ventas también están imparables. Las franquicias para restaurantes de comida rápida son también los que han hecho que se disparen más allá del carajo los precios en las clínicas privadas. Y los expertos de la ultraderecha explican vainas que el lumpen no entiende porque sigue calándose como nunca la mierda de los poderosos: "Esta recuperación es una mezcla de todo, por una parte las ventas son mayores porque los precios de los bienes y servicios se han incrementado en promedio 15%, entonces el gasto es superior. Por el otro lado, hay más poder de compra en la población", señalan, y añade que más de 92% de la población que habita en las zonas urbanas acude a estos centros de compra. Y lo que se avecina es más arrecho todavía: “entre julio y septiembre se espera un incremento pavoroso en la demanda de comida, servicios recreacionales (cine, locales de video juegos y algunos sitios de entretenimiento infantil), así como las ventas de ropa, calzado y material de papelería a propósito de la nueva temporada escolar.

¿Para dónde carajo cogeremos los revolucionarios, mientras los pelotones de la ultraderecha se entrenan despiadadamente tragando hamburguesas? Explíquenme ese horrible dilema y peo fenomenológico untrafantástico, camaradas. O será que yo me jodí y no veo nada claro. Es también con usted señor Presidente Chávez.

jrodri@ula.ve


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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