Lamentamos la tragedia natural ocurrida en el Perú y nos unimos al sentido humanista de los demás pueblos del mundo que acudirán, sin duda alguna, a ayudar al querido pueblo de los Incas. No hay nada más terrible que la desolación. En esta oportunidad la naturaleza que todo lo puede, devastó a varios poblados del Perú. Los venezolanos lo sentimos en el corazón y una vez más estamos con ellos en las dificultades que da la vida.
Venezuela en su historia ha pasado por estas tragedias e igualmente ha sentido la mano amiga de los pueblos. El terrible deslave en la Guaira es inolvidable. Allí perdieron la vida muchos venezolanos y extranjeros, por la furia implacable de quien todo lo puede cuando quiere: la madre naturaleza. No existe nada más terrible para cualquier ser humano, que sentirse aislado y eso nunca ha ocurrido entre los pueblos humanistas del mundo. La ayuda Salió al Perú. El socorro de ese pueblo, fue escuchado por los demás. En estas horas trágicas, en este dolor que nos eleva el llanto y nos produce desazón en el alma, no podemos más que apoyar a nuestros queridos hermanos peruanos.
Por eso cada día más nos sentimos más orgullosos de nuestro Presidente Chávez, pues es un hombre con una amplia capacidad humanista. Y no es por esta tragedia; no. Chávez ha venido tendiendo la mano a muchos pueblos, de los cuales sabe sus límites económicos, sus pobrezas, sus aislamientos del aparataje económico que suele mover la oligarquía mundial, donde los pobres no tienen cabida alguna.
Chávez se ha ganado el odio de WILLIAM OJEDA Y JULIO CARLOS ANDRÉS BORGES, porque Chávez lleva su mano elevada en la ayuda. Ellos dos no lo soportan. Dicen que eso es malo, dicen que ayudar a los pueblos Caribeños, Latinoamericanos, Centroamericanos, a los pobres gringos, es malo: Se enojan con Chávez y dicen que Chávez es un rufián, porque siente sentimientos por los niños pobres de Haití, de Bolivia, de todas partes. Demagógicamente dicen que “en Venezuela nos morimos de hambre” mientras Chávez dona una caja de remedios, una bolsa de comida, una beca, un litro de diesel, unos dólares para que esos pueblos eleven su calidad de vida mientras el cuerpo aguante.
WILLIAM OJEDA Y JULIO CARLOS ANDRÉS BORGES, ¿qué tal si ustedes fueran pobres y nadie les ofreciera un hogaza para mitigar el dolor? ¿Dónde está ese “amor” por Venezuela cuando se ofenden porque el Estado ayuda a los que andan en la oscuridad del hambre? No compartir las riquezas que tenemos en Venezuela, es un egoísmo sin parangón para alguien que se hace llamar acólito de la iglesia católica?
Ojalá que en esta oportunidad no vuelvan a enojarse, porque el país de Bolívar, le tiende la mano a nuestros amigos peruanos en la tragedia. Alertamos a los hermanos de la América Latina, del Caribe, de Centroamérica, para que estudien estas horribles patologías, de unos sujetos que enlodan el gentilicio de los venezolanos en el mundo. Estamos con Perú en esta hora terrible de la historia, como estaremos siempre al lado de la justicia, del amor, de hermandad, de la gloria. ¡Vamos Perú, que tu canto no se detenga!
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