El espíritu del presidente Hugo Chávez en la reforma, especialmente en el sector defensa, apunta a fortalecer la Fuerza Armada Bolivariana, insuflar la unidad civicomilitar, darle cohesión y crear una doctrina militar de avanzada, que propenda a crear mecanismos para eficientizar la defensa, el desarrollo y la seguridad del país. Tener una sola fuerza armada, que responda al interés nacional y no a afectos extranjeros. No se busca restar importancia o funciones a los componentes, si no adaptarlos a la nueva realidad nacional, regional y mundial.
Revisando el artículo 328, el presidente Hugo Chávez, propone una Fuerza Armada Patriótica, que se nutra de la sabia del nacionalismo y amor por nuestro suelo y su gente, que deslumbró la gesta emancipadora que protagonizaron Bolívar, Miranda, Sucre, Zamora y demás hombres y mujeres, que lo dieron todo por y junto al pueblo, Popular, para liberarnos de las aberraciones que nos hicieron vivir quienes nos invadieron-colonizaron. Todos ellos, combatieron contra la ocupación extranjera – eran Antiimperialistas--, y dieron su vida por hacernos soberanos y libres. Una Fuerza Armada que resguarde los más altos intereses del pueblo, que esté contra cualquier tipo de oligarquía, y no sirva a ningún poder extranjero.
Cuando se plantea en el 329, que los distintos cuerpos de tierra, mar y aire se estructuren en unidades combinadas en guarnición, lo que se quiere es que las agrupaciones militares hagan vida de cuartel en las mismas instalaciones. Vale decir, que –por ejemplo-- Compañías del Ejército, la Armada, la Aviación, Guardia Nacional y Milicia, tengan como asiento el mismo puesto de comando y convivan como soldado juntos; para que se conozcan, se interrelacionen como individuos, entiendan y aprendan los mismos códigos, valores y conceptos. De igual manera, cuando se mencionan las unidades combinadas de entrenamiento, se busca unificar la doctrina, criterios de enseñanza-aprendizaje, afín de optimizar el apresto operacional, pues trayendo un bagaje teórico similar, éste se solidificará en el campo de ejercicios.
En cualquiera de las misiones de la Fuerza Armada Bolivariana, teniendo unidad de doctrina y direccionalidad estratégica, los soldados y soldadas venezolanas estarán listos para dar lo mejor de sí, actuando unidos en operaciones conjuntas y combinadas de armas, servicios y Cuerpos, lo cual garantizará que se atienda con eficacia la amenaza a ser atacada. Por cierto, la misión de la FAB ya no se limita solo a la defensa militar, sino que va más allá; pues ahora también conservará el mantenimiento del orden interno y la seguridad ciudadana, lo cual no significa que se crea un “enemigo interno”, sino que los militares también se involucrarán en ser garantes del funcionamiento de las instituciones públicas, básicas y estratégicas, pues ya se ha visto como enemigos externos con ayuda “apartida” de elementos internos, han inyectado mecanismos terroristas y de desestabilización en nuestro país, que buscan convertirnos en un Estado fallido, --ver los casos; paramilitares, sabotaje petrolero, paro de buques y puertos, guerra psicológica mediatica, graves actos de desorden público como la guarimba, etc--. Finalmente, la nueva FAB, tendrá también como norma constitucional, contribuir efectivamente en el desarrollo económico, social, tecnológico y científico de la patria. Ahora, ya se esta viendo su actuación en la producción de los vehículos multipropósito Tiuna, el mantenimiento mayor de navíos, insumos para orden público, producción de químicos agrícolas, participación en Misiones sociales, entre otros.
Debemos adaptar la conducción de la defensa del país, a los Principios de Guerra Popular de Resistencia, y no seguir bajo los conceptos obsoletos, interesados e inoperantes de la doctrina de la seguridad nacional, proveniente de Washington. La guerra de resistencia involucra a los cuerpos militares regulares, unidas a todo el pueblo, el cual se articula al poderío bélico con que cuenta el país y lo potencia con su cultura, habilidades e inventiva popular para enfrentar con éxito potenciales enemigos y amenazas superiores a los recursos de la Nación.
De aquí que, la concepción de la guerra irregular y de todo el pueblo, es la más adecuada para enfrentar las intimidaciones que apuntan a nuestro Estado, pueblo y gobierno. En este orden de ideas, el Poder Popular y la unidad civicomilitar tienen una gran significación, ya que el monopolio del uso de la violencia en defensa de la soberanía ya no se limitará a los militares profesionales, --tesis excluyente-- sino que el pueblo organizado convertido en Poder Popular, -- en Concejos Comunales, comunas, y otras forma de expresión popular-- según el 136, 158, y 184, participará protagónicamente, recibiendo funciones, entrenamiento, finanzas, y capacidad de acción, para entre otras muchas cosas, defender la nación de amenazas internas o externas. En concatenación, el artículo 11 busca de igual manera, ejercer mayor control y protección de nuestra soberanía y recursos naturales renovables y no renovables de nuestro territorio azul, del cual no había una conciencia clara en el pasado y tampoco en el presente, y debemos crearla. La FAB tendrá una gran responsabilidad en eso.
Poca importancia, le damos a algunos supuestos expertos en temas militares y policiales, quienes sin fundamentación ética, moral, o conocimiento (y además con la sospecha de ser connotados antinacionales), pretenden descalificar no solamente la propuesta de reforma del presidente, sino que denigran alevosamente de los integrantes de fuerza armada nacional, llamándonos criminales, ineficientes, y otros epítetos. Precisamente, esos mismos personajes fueron quienes convirtieron en chatarra la mayoría de los sistemas de armas blindados, aéreos, navales y terrestres, además de corromper a los niveles de decisión para preservar sus felonías con dineros públicos. Y, ni hablar de la señora Soraya El Achkar, una antimilitar contumaz y patológica.
*Presidente del Frente Cívico Militar Bolivariano
unidadcivicomilitar@cantv.net