Lo que diferencia a un parecer, de otro, respecto a una misma realidad
Es la percepción que cada quien asume.
La Conferencia Episcopal Venezolana-CVE-se cree superior al Estado.
Su postura arrogante emana tal vez de creerse invulnerablemente protegida por la voluntad de Dios y sólo se preocupa por tumbar a Chávez para frotarse las manos y dar rienda suelta a la satisfacción de su codicia.
Mientras la relación de Chávez con el pueblo honesto y trabajador es de solidaridad y de respeto, de amor, y hasta consanguínea; en cambio, la de ellos con ese mismo pueblo, es de desprecio, de grandilocuencia, de egoísmo y de explotación.
No puede ser de otra manera. La Iglesia de Urosa sufre una grave crisis de identidad, de allí la secuela de su debacle. La CEV ha matado la fe de mucha gente, solo le queda un pequeño rebaño amaestrado que ve la realidad con ojos ajenos pero, el gran pueblo venezolano ya se desencadenó del miedo a la voluntad del Obispo y se ha llenado de esperanzas por la reforma constitucional.
El pueblo sabe que mediante la reforma constitucional podemos avanzar hacia un mejor destino, por lo que nuestras esperanzas braman como el mar agitado.
El pueblo sabe que ningún escrito es perfecto. Inclusive la Biblia y la Constitución Nacional. Pero la diferencia reside en que aquella se sustenta en dogmas cerrados que nunca estuvieron contemplados en el idioma de Jesús el Hombre- el arameo- mientras que ésta es, por sí misma perfectible.
El lenguaje de Jesús el Hombre, debió ser muy sencillo, se trató del lenguaje hablado por los pobres campesinos y pescadores de Siria y Mesopotamia, de Palestina y de Galilea. El hebreo lo hablaba la plutocracia, es decir, los sacerdotes, los magistrados, la alta sociedad.
Así que esa gente se dispuso a inventar embustes que incorporaron a la Biblia y así fueron deformando la historia. Esa es una razón para que la Biblia quedase deformada. Parece ser que muchísimas palabras no tenían traducción del arameo al hebreo y, de ahí en adelante.
Así entonces, el pincel del pintor, el martillo del herrero, el cincel del escultor, el arado, el anzuelo, el serrucho y todo instrumento de trabajo tiene mucho que hacer en las manos de los trabajadores pero el trabajo tiene que orientarse conforme a disposiciones constitucionales a favor de toda la sociedad, para evitar la explotación, la esclavitud y el atropello.
Es por todo lo cual, la reforma constitucional consolida el camino hacia el logro de bienestar par todos los trabajadores, en contraste con la consideración del Cardenal Urosa y del resto de la CEV- quienes como zánganos dentro de sus colmenas- pretenden mantenernos esclavizados.
El poder de nuestras manos callosas, es…¡para ejercerlo!- trabajando. Hay que trabajar. Un país no avanza sin el esfuerzo creador de sus trabajadores. Pero, Urosa lo que quiere es: ser Papa o ser Presidente, y esa es una razón para que él ande jugando a la candelita.
Como Urosa escucha al pueblo con los oídos tapados, no sabe que la Negra del pueblo ya dijo así: “candelita que se prenda candelita que se apague”, y, “Sanseacabó.
Chávez dijo: “Hágase la voluntad de la Negra Muñoz” y el pueblo dijo:
“Yes”
Cuando tú no accedes al conocimiento de tu realidad inmediata o, acaso “pierdes astutamente” ese “conocer la calle”, al volver en sí lo que logras es fingir a tu Dios. Si, además, piensas salir bien parado de esa trastada, es que andas meando fuera del perol. Y, peor todavía, si tú eres un chirulí o un Cardenal, eso es estremecedor para tu grey, para tu iglesia.
El Cardenal Urosa argumenta a favor de la pluralidad. ¡Vaya que cinismo! –El Vaticano excluye a la mitad del mundo- excluye a la mujer-y eso no le basta. Urosa se proclama defensor de la moralidad pero no dice que un cura argentino ha sido capturado a perpetuidad, por estar incurso en cuarenta crímenes.
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