El salto de talanquera del general (r) Raúl Isaías Baduel no debe sorprender, por lo menos, a mí no me extraña. Desde hace mucho tengo conciencia de que el proceso que lidera el presidente Hugo Chávez, lleva implícito una técnica de decantación infalible.
No falla. En la medida que avanza y la revolución toca intereses, en esa misma proporción la gente disfrazada, que aparenta rasgarse la vestidura por el proceso, no tiene más alternativa que quitarse la careta.
Recordemos los casos del historiador Jorge Olavarría, quien respaldó la candidatura de Chávez en el 98 y terminó siendo uno de sus opositores más implacables; el de Luis Miquelena, ex ministro de Interior y Justicia, que cuando el proceso le movió el piso, se pasó para la otra acera, lo mismo que el periodista Alfredo Peña.
Tenemos al general también en situación de retiro Guaicaipuro Lameda, nombrado presidente de Pdvsa y se lo tragó la mafia cuarto republicana de la industria petrolera. Igualmente existen los casos de Yoel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta Hernández y Francisco Javier Arias Cárdenas, otrora amigo, luego furibundo adversario y actualmente de regreso en el Gobierno.
Similar situación se vivió con el general (r) Manuel Rossendo. Se negó a aplicar el Plan Avila el 11 de abril y fue a Miraflores a pedirle a Carmona encargarse del Gobierno. Recientemente tuvimos la experiencia del diputado Ismael García de Podemos.
De modo, que la actitud de Baduel sólo resultará una acción como tantas otras sin repercusión en la población. Los venezolanos están claros en su apoyo a la revolución y su respaldo a Chávez.
Ocurre que en este proceso – y permítanme este paréntesis- hay gente que sólo quiere ser revolucionaria en teoría, pero en la práctica siguen cautivos por los grandes privilegios. No paran de hablar de las bondades del socialismo y, en muchos casos, no pueden ocultar siquiera su inexplicable riqueza.
Sigamos entonces. Vivimos en un país de cara a una reforma que no hace más que reafirmar la democracia y Baduel esta en el derecho de tomar cualquier decisión. No lo critico, sin querer pecar de ingenuo. Apenas comienza.
Sin embargo, es evidente que el pronunciamiento del ex ministro encierra un problema de amistad, compañerismo, incluso de compadrazgo. Chávez le llevó una hija a la pila bautismal.
Y esto lo expreso convencido de que la amistad lleva consigo un sentimiento el cual requiere de mucha sinceridad, honestidad, solidaridad y, sobre todo, lealtad. No se trata de que por ser amigo Baduel tenga que morir con el proyecto chavista.
No, pero para algo se es amigo. Y si era amigo de verdad, debió plantear de frente la decisión a Chávez. Discrepo de la reforma, me voy a pronunciar y punto. Quizás hasta lo aplaudimos.
Así hubiese lucido recto, coherente y no desleal, deshonesto, sacando una carta debajo de la manga al estilo de esa oposición golpista, empecinada en sacar al comandante de Miraflores.
En este Gobierno hay ejemplos de amistad. No me gusta poner las manos en el fuego por nadie, pero es responsable decir que el general Müller Rojas ha planteado públicamente diferencias con Chávez y se ha alejado, pero sin puñaladas traperas.
Baduel puede tener sus argumentos, sólo que habiendo una amistad, es injustificable su pronunciamiento imperial, oligarca, calificando de golpe de estado a esa reforma con la que estuvo de acuerdo hasta hace días. Pareciera que su discurso se lo hubiesen escrito al “filósofo” del Zulia Manuel Rosales.
Con esa actitud, hasta se pone en duda su buena fe e intenciones en aquellas acciones del 11 y 12 de abril -que por cierto se le agradecen- cuando fue artífice del regreso del Presidente.
Uno no puedo menos que preguntarse ¿Sería que Baduel evaluó la situación de inmediato y supo que sin Chávez no derramaría las lágrimas que derramó cuando lo ascendió a General en Jefe y lo nombraron ministro de la Defensa? Con Carmona Estanga estuviera como mínimo en la cárcel de Yare.
En todo caso, no hay por qué alarmarse. Este no será el último salto de talanquera. Lo importante es que contamos con un proceso revolucionario blindado por el pueblo…Así que hasta la victoria siempre. Patria socialismo o muerte…venceremos.
(*) Periodista
albemor60@hotmail.com