Por un nuevo País:
" Mi ejemplo puede servir de algo a mi patria pues la moderación del primer jefe cundirá entre los últimos, y mi vida será su regla"
(Simón Bolívar, 21/02/1826)
En verdad quizás sea temprano para hacer algún análisis concienzudo y exhaustivo acerca de los resultados del referéndum constitucional del domingo próximo pasado, donde saliera derrotada la opción del Si. Pero es indudable que se ha abierto el espacio para una nueva dinámica política en el país. Nos limitaremos de entrada a hacer algunas reflexiones sobre el evidente significado que para propios y extraños podrá implicar este inédito resultado. Dejando así delineadas algunas de las líneas de acción y reflexión desde el próximo futuro para los actores políticos de la escena venezolana.
Veamos. Por una parte algunos podrán argüir que se cayó el mito de la invencibilidad de Chávez y que se ha dado al traste con los propósitos reeleccionistas de aquél. Que el gran derrotado fue Chávez y que ganó el país. Podrán igual argüir que Venezuela ha decidido su futuro por la vía de la democracia y que lo ha decidido optando por " un futuro en democracia", donde cesará el divisionismo y la violencia, donde cesará el sesgo comunista - revolucionario en las ejecutorias públicas, y donde la "patria buena" habrá de ser aquella que se reconstruya quizás andando sobre las cenizas de la llamada "democracia representativa", aún insepulta en la mente de algunos trasnochados y de muchos desmemoriados. Que los conflictos con los jefes de estado español y colombiano, algo pudo influir en el ánimo de los residentes de esos países en Venezuela. Que ahora el oficialismo presionado por las "mayorías nacionales" habrá de revisar todo el sistema democrático planteado, tanto como el sistema de gobierno venezolano presente. Que ahora la oposición política podrá cantar victoria y que ya tiene la calle ganada y asegurada su victoria en los próximos eventos electorales, con el evidente apoyo de los medios de comunicación privados y el apoyo de las fuerzas de la contrarrevolución internas y externas.
Otros podrán argumentar, más cercanos a la tesis del oficialismo, que los resultados aunque contrarios de plano a la opción de la reforma, lo fueron prácticamente en paridad numérica, y que ello no debería significar otra cosa sino un empate técnico. Es decir, cuantitativamente empatados; aunque cualitativamente fueran muy distintos. Que hubo mucho voto hipócritamente negado. Es decir, algunos gobernantes regionales y locales que secretamente mandaron a votar No, siendo supuestos representantes del oficialismo. Que las campañas mediáticas (sobre todo las de tv) fueron feroces y perversas, tanto como eficaces y letales. Que el PSUV tuvo que pagar su noviciado, como maquinaria electoral. Que faltó mística, organización y mensaje. También sus dosis de triunfalismo y pasividad. Que la estrategia electoral oficialista falló al presentar la reforma más en aspectos puntuales, que en aspectos verdaderamente sustantivos y trascendentes. Que ciertos aspectos puntuales de particular escozor, como la postulación continua (que nunca la debieron presentar como reelección indefinida), ó el tema de la propiedad privada, se debieron presentar de mejor manera, más en sus ventajas que en sus limitaciones ó amenazas. Que se perdió la batalla, más no la guerra. Que el liderazgo de Chávez se mantiene intacto, aunque su tesis política no haya sido acogida como aquellos esperaban. En fin, un cambio en el juego del ajedrez político, que obviamente obligará a propios y extraños a replantear el juego para las próximas partidas.
Otros más mesurados, concienzudos ó "no comprometidos", podrán decir que ganó Venezuela; que ahora si hay espacio para una reconciliación nacional; que hemos de poder vivir todos juntos en paz y concordia; que podemos pasar la página y asumir que no ha ocurrido nada de mayor importancia ó significado para el desarrollo histórico político del país. Que colorín colorado, este cuento se ha acabado,....
Pues bien, nosotros pensamos que nada mas lejos de la verdad que lo dicho en este último párrafo. Ha pasado y mucho. Verdaderamente trascendente y significativo. Más significativo aún a que si la opción del Si hubiese barrido ó ganado holgadamente. Definitivamente se impone una pausa en el camino para la profunda reflexión y análisis. Tanto de propios, como de extraños. Oficialistas y Opositores. Señores, no nos llevemos a engaño: aquí lo que está planteado son dos visiones del país y del mundo diametralmente distintas y contrapuestas. Irreconciliables en si mismas. No por falta de buena voluntad, sino porque ética y filosóficamente, esencial y prácticamente se contraponen y se repelen en si mismas. Son como dos polos magnéticos que se repelen por igualdad de polaridad, aunque en este caso con fines y propósitos diferentes. Es el capitalismo perverso e imperio de los antivalores, contra una sociedad más justa, igualitaria y solidaria. Es la sociedad del pasado y de la exclusión, ignorancia y pobreza, contra la sociedad del futuro y de la esperanza. En fí, es una guerra planetaria por la supervivencia misma de la especie humana y la conservación del planeta tierra.
Pero si algunas reflexiones podemos ahora ofrecerles, se suscribirían en los siguientes comentarios. Primero, el país se ha demostrado en su verdadera condición. Un país profundamente dividido y sesgado. Desorientado y en buena parte frustrado. Habráse de buscar las razones del porqué de ello. Dos, un Presidente revolucionario y demócrata con un sueño en ciernes que ha sufrido un serio revés. Habráse de ver el porque. Tercero, un país dispuesto a un cambio, pero un cambio con dirección quizás más consensuada y acaso con más mesura. Habráse de ver si esa es la dirección que el país querría y en tal caso, si ese es el ritmo que admite. Cuarto, un país profundamente demócrata y pacifista, pero también aguerrido y que no gusta de ser impuesto de designios superiores sin previa consulta verdaderamente democrática, como ha sido este caso. Quinto, un país que desea construir su propio modelo societario y modelo de producción; no necesariamente copiando ó importando modelos de ultramar. Sexto, unos poderes públicos realmente consolidados y en plenitud de sus funciones constitucionales. Séptimo, unas Fuerzas Armadas institucionales y un poder electoral revitalizado en su credibilidad y eficacia operativa. Octavo, unos medios de comunicación enseñoreados y seguros de su importante y eventualmente perverso poder para moldear a su antojo la opinión de los pueblos y de las sociedades. Noveno, una clase política y societaria emergente que traspasó a los liderazgos políticos tradicionales y un pueblo que espera calmado pero alerta, al llamado a la reconciliación y al consenso. Dentro de una dirección que no se parezca al pasado, pero que tampoco se parezca al futuro que al decir de muchos quizás se le quizo imponer desde una opción única y excluyente. Nos preguntamos, acaso será posible ahora buscar la unidad dentro de la diversidad. Material para la reflexión y el análisis. La historia nos observa,......
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