Los resultados electorales deben leerse de tal forma que nos permitan identificar los escenarios que en lo sucesivo deben encarar las fuerzas populares, evaluando las causas y efectos de los resultados para ambos bandos.
La oposición se ve así misma fortalecida por partida doble. Hoy sienten no sólo que han logrado vencer electoralmente al Presidente luego de 9 años de derrotas electorales y políticas, sino que al mismo tiempo han logrado salir del foso político al cual se arrojaron en las elecciones parlamentarias del 2005, cuando se retiraron del proceso electoral y cuestionaron la imparcialidad del árbitro electoral.
Situación Electoral. La oposición logró un reacomodo del mapa político electoral. La opción del “NO” sale favorecida en 7 estados: el Zulia (56,94%) Miranda (56,21%) Táchira (57,31%) Nueva Esparta (56,09%) Anzoátegui (54,39%) Mérida (54,02%) Carabobo (52,82%) Lara (51,41%) y como si no bastase, lograron ganar el Distrito Capital con 52.82%. Este resultado en términos regionales nos arroja prácticamente a la situación electoral de las elecciones regionales año 2000. Esto ha sido un retroceso para las fuerzas bolivarianas. Nuestra fuerza electoral decayó en estados duros del chavismo como Mérida, Anzoátegui y Lara y presenciamos un resurgir opositor en aquellos estados otrora bastiones de la oposición como Miranda, Carabobo, y el Táchira.
Nuevos Actores. Una oposición que había perdido la calle, sin credibilidad y con un liderazgo desgastado, encontró en esta coyuntura la posibilidad de retomar la calle, refrescar las caras y recuperar su credibilidad ante el sector estructuralmente opositor del país que se negaba ir a las urnas. Los estudiantes fueron la plataforma unitaria para mover sus votos, y fueron la clave del resurgimiento electoral de la oposición. Los líderes visibles de los estudiantes opositores irán ahora por su botín. La oposición tendrá que lidiar en lo sucesivo con las fricciones entre los estudiantes y los dirigentes, en especial con los de Primero Justicia, que hasta ahora se habían vendido como la cara joven de la oposición venezolana. Puertas adentro, las contradicciones afloran en los estudiantes, la rebatiña por los fondos enviados del exterior amenaza la cohesión, ya empieza a asomarse las pugnas por las próximas candidaturas a Alcaldías, Gobernaciones, y para la Asamblea Nacional. Incluso, Jon Goicochea ya manifestó públicamente, que aspira construir su propia plataforma política, lo cual dibuja un panorama complejo para la unidad del bloque opositor. http://www.elpais.com/articulo
El Chavismo Disidente. La llamada “disidencia del chavismo”, encabezada por PODEMOS hoy busca vender a mejor postor su “supuesto caudal electoral” y reclama su peso, se ven a sí mismos como “los que marcaron la diferencia”. La disidencia tocó las bases en ciertas regiones que tradicionalmente se habían considerado bastiones del Chavismos y que fueron afectadas por la fractura.
El Nuevo Discurso Opositor. Para tratar de limpiar su imagen clasista, racista y discriminante, la oposición ha dado un giro en su Discurso. La oposición parece haber empezado a aprender de sus derrotas, e incluso los factores más radicales se han unificado entorno al discurso de la reconciliación y de la vía electoral como “el camino a seguir”. Vuelven a exhibir una plataforma unificada como en los tiempos de la Coordinadora Democrática. Sin embargo mantienen sus dos agendas, una el avance electoral a mediano plazo y la “otra agenda”, la carta de la aventura desestabilizadora. Para allanar este último escenario, la capa caída SUMATE, sale al ruedo como la nota discordante del coro opositor, al declarar que en sus aproximaciones los resultados arrojados estarían en un 53,92% para la opción del NO y un 45,31% para la opción del SI. De acuerdo a Súmate, el margen de diferencia entre la opción del NO y del SÍ es de 8,61%. http://www.eluniversal.com
La Propuesta: La complejidad de la reforma y el vacío pedagógico del aparato del PSUV al presentarla, sumada al pesado “plus” que adicionó la Asamblea, (el Bloque B contenía los artículos más polémicos), hizo cuesta arriba explicarla al pueblo. Ni aun los artículos más atractivos de mejoras sociales, laborales y económicas, motivaron al ciudadano común. Estas elecciones parecen haber puesto fin al “voto portaaviones”, el votante diferenció la propuesta (de la cual tenía poca o mala información) de la figura de Chávez. Incluso el hecho que el bloque B se haya situado por debajo del bloque A, indica que se está iniciando una conciencia crítica en el voto.
El PSUV. Falló la maquinaria y el trabajo ideológico, ambos fallos nos revela algo aún más grave: el PSUV nace con un revés electoral. El naciente partido que se erigió como la gran organización unitaria del movimiento popular, un gigante invencible, que hace solo seis meses había logrado inscribir en las filas de aspirantes a militantes a 5.669.305 de venezolanos, se mostró incapaz de movilizar los votos comprometidos con la causa socialista y ganar una elección en la cual nos jugamos el alma y corazón del primer esbozo de praxis del Socialismo del Siglo XXI. La disidencia, indisciplina y la falta de ejemplo y compromiso del liderazgo medio en las filas bolivarianas, melló la unidad y dio paso al descontento y apatía en la base. Las facciones actuaron a su antojo, los Alcaldes y algunos Gobernadores (con visibles excepciones) figuras claves en la movilización del voto puerta a puerta, actuaron de forma indiferente, dado que en el fondo no estaban convencidos con la propuesta.
La Tendencia del Voto Bolivariano. El resultado y la posibilidad que buena parte del voto chavista del 2006 se inclinase por el NO o sencillamente no votase, hace necesario cuestionarnos el concepto de la unidad en nuestras filas, ya que el mensaje de la Reforma, eje central del proyecto socialista, no jugó el rol unificador que se esperaba. La estrategia de centrar la campaña en la lealtad o no a la figura de Chávez, no rindió los frutos esperados. Sin embargo, casi tres millones de votantes ante la propuesta que aún no les convencía y traicionar al Líder del proceso, optaron por no votar, otro porcentaje de estos fueron víctimas del terror mediático que satanizó la propuesta y los paralizó en sus casas. El triunfalismo y la excesiva confianza, nos hizo asumir que el resultado de diciembre de 2006 se trasladaría a diciembre de 2007. Esto nos llevó al error de centrar la campaña más en la propaganda que en la actividad de base, optamos por confiar en las encuestas en vez del trabajo por el voto “puerta a puerta”.Perdimos el voto urbano, que espantado por la infatigable guerra sucia de los medios, se volcó a favor del NO y de la Abstención. Los medios se encargaron de asociar el socialismo con limitaciones económicas y restricción de las libertades públicas. El SI quedo huérfano en buena parte de los centros urbanos, donde reside la mayor parte de la población con poder adquisitivo. Lo contrario ocurrió con el voto rural o de las poblaciones suburbanas donde el si salió fortalecido, lo cual refleja una gran potencial en estas zonas para avanzar en formulas que estimulen el modelo socialista y la existencia de un voto militante.
El Liderazgo: Buena parte del liderazgo del naciente PSUV está compuesto por figuras que al mismo tiempo ejercen funciones de gobierno, el partido aún no cuenta con una vanguardia militante dedicada a tiempo completo a la organización (con excepción de los partidos aliados). La Revolución Bolivariana superó la fase del “Movimiento” como desencadenante del cambio social y hoy es urgente la construcción de una organización política fuerte, que interprete, valore y traduzca el sentir popular a través del poder de la ideología revolucionaria. El liderazgo del PSUV lleva el peso no solo de una larga carrera de resistencia, sino también el peso de la exigente función del gobierno. A diferencia de la oposición, nuestros cuadros se han vistos forzados a alternar entre el gobierno y las campañas, esta desgastante dinámica solamente ha sido resistida por el Presidente que mantiene su enorme popularidad.
Los Espacios. El chavismo ha experimentado una pérdida de espacios políticos, los hemos dejado libres a la oposición. El mejor ejemplo es el sector estudiantil y el gremio profesoral universitario, espacios naturales de la izquierda. La llegada al gobierno en 1999 nos exigió la presencia de profesores progresistas en las labores de gobierno, los antiguos líderes estudiantiles devinieron en profesionales que también se incorporaron al gobierno sin dejar los relevos en nuestras universidades nacionales. Los desplazados del antiguo régimen, los viejos dirigentes de los viejos partidos en decadencia y los profesores de las universidades privadas ocuparon estos espacios. Es necesario diseñar una estrategia para recuperar estos espacios de debate y de generación de pensamiento y confrontar a los opositores en estos terrenos los cuales han sido plataforma de la reciente ofensiva electoral.
Este revés electoral nos ha abierto un espacio para la reflexión y el análisis, los aspectos señalados no son los únicos a tomar en cuenta, sin embargo si queda claro que la Revolución Bolivariana ha entrado en una nueva fase que nos exige abandonar las diferencias, los sectarismos, y cohesionarnos como una opción política sólida, convincente y legitimadora de las aspiraciones populares, que nos devuelva la confianza y la certeza que nuestro proyecto de sociedad terminara siendo abrazado por la mayoría. Pero quizás la gran enseñanza de este resultado es que hemos demostrado al pueblo venezolano y al Mundo, que el Socialismo del Siglo XXI no es ni será una imposición a bayoneta, el Socialismo del Siglo XXI será el producto la conciencia colectiva y de la voluntad popular que nacerá tarde o temprano de las urnas.
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