Isabel regresó de Barinas y se comunicó para compartir afectos, deseos de un año feliz y su arrepentimiento por haber sufragado por el NO. La línea de teléfono traía su indignación por el engaño. La oposición llegó a su hogar y a su negocio, en la avenida del suroeste capitalino, para advertirla que, de votar Si, pondría en riesgo su comercio y a sus dos hijos, quienes, según el terrorismo opositor, podrían ser adoptados por el Estado, para adoctrinarlos en un comunismo que el imperialismo ha diabolizado. Isabel es para nosotros una hija; llegó adolescente a nuestro hogar, hace 24 años. Aún soltera se inició y prosperó en el comercio. Ella recibe nuestro amor y admiración por su éxito y su dedicación al trabajo y nos causa pena su sentimiento de culpa por haber sucumbido al amedrentamiento y no haber sido consecuente con Chávez. Durante meses no la vimos, ocupados en nuestra actividad agropecuaria en Falcón.
Son muchas las razones, por las que Isabel creyó en Chávez. Cuando llegó a nosotros, la agricultura venezolana había sido destruida por la política estadounidense, para hacernos vulnerables y obligarnos a emplear los escasos ingresos del petróleo, en la compra de alimentos norteamericanos. Sus padres, víctimas de esa política imperial, no podían sostener a la familia. Tan pronto pudo, Isa se hizo responsable y hoy es la líder familiar, a quien respetan con afecto. La Revolución Bolivariana mejoró la vida de su campo y restableció la dignidad en el trabajo agrícola. Su padre sembró otra vez maíz, en 50 Has. que Isa adquirió. Los vecinos por su parte, tienen en la residencia caraqueña de Isabel estación y apoyo para sus urgencias. Estas cualidades son del conocimiento de la oposición e hicieron de Isabel objeto de su metodología terrorista.
Con ese método, de terrorismo personalizado, vinieron misioneros religiosos hasta mí residencia rural, para sembrar, con hábil sutileza, terror sobre la Revolución. Y más notables fueron las visitas de nativos de la zona; quienes emigraron hace tiempo del lugar, recibieron educación y vienen como formidables facilitadores, para aterrorizar, con su erudición y ascendencia, a sus coterráneos. Salí a corroborar esta forma de persuasión y de terror casa por casa, en otros caseríos. Escribí sobre ese tema, pero a nadie conmoví. Me dispuse a exponer mis apreciaciones y estrategias en el seno de PSUV, pero aún hoy está en formación.
Gracias a Dios: Quien confundió al imperio una vez más, como lo hizo en abril y diciembre del 2002. En esta oportunidad, el imperio aplicó su método de terror personalizado, en la ocasión equivocada y, como Isabel, son muchos quienes se saben engañados y aprendieron, que en todo proceso electoral venezolano está en juego nuestra libertad, frente a un imperio desesperado por conculcarla y despojarnos hasta de nuestra dignidad. Fue obra de Dios, no del trabajo político, de nuestra Revolución, que tiene suficientes dirigentes de base, pero no formados en los conocimientos necesarios, para combatir esta campaña personalizada, de mentiras, engaños y terror, cuyos efectos fueron decisivos para el referéndum, en la medida que Chávez, nuestro líder y mejor sembrador de la conciencia, estuvo ausente por múltiples, cruciales e ineludibles compromisos internacionales. Dios, Patria, Socialismo o Muerte… ¡VENCEREMOS!
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