¿Cómo expresar en palabras el significado único de la firma del Acta Constitutiva del Banco del Sur? ¿Cómo lograr que los acontecimientos diarios de nuestros países no oculten la trascendencia de un hecho de esta naturaleza? Quizás su nombre sea demasiado sencillo y no refleje en sí mismo su inmenso significado. Quizás el reducido tamaño de sus vocablos contrasta con el largo, extenso y prepotente nombre del Fondo Monetario Internacional que no ha sido más que un Fondo de Expoliación de los Pueblos Latinoamericanos. Quizás Evo Morales con la humildad y sabiduría que lo caracteriza, heredada de 500 años de injusticias e ignominias, debería sugerir un nombre más apropiado. Quizás ese nombre debería encerrar en una o varias palabras indígenas, la madre tierra, Pachamama, con sus caudalosos recursos naturales, ahora convertidos en recursos económicos para el desarrollo solidario de nuestros pueblos.
Quizás la misma derrota del 2D, frente a este logro monumental de América Latina, no sea más que un hecho anecdótico de menor relevancia (para no hablar del minúsculo significado de las pequeñas y mezquinas acciones diarias de una Globovisión o de un Alberto Federico Ravel, que sólo podemos permitirnos señalar utilizando el apoyo ortográfico de estos paréntesis). Quizás la palabra “banco” no sea la más adecuada para expresar una acción de tanta trascendencia…
Si aún conmemoramos el 12 de octubre, con el nombre eufemístico del “Encuentro de Dos Mundos”, el 09 de diciembre de 2007 debería celebrarse como el día del “Reencuentro de América Latina”. Un signo inédito de la grandeza de un grupo de Presidentes de países latinoamericanos que, como bien señalara Cristina Kirchner, “por primera vez se parecen a sus pueblos”. El logro es indudable aunque aún falten otras tareas por cumplir, como brillantemente lo expusiera el Presidente de Ecuador, Rafael Correa: hay que acabar con las absurdas autonomías de unos Bancos Centrales que han estado al servicio del capital financiero nacional y transnacional; hay que crear un Fondo del Sur que permita juntar todas las reservas internacionales de América Latina, depositadas, hoy día, fuera de la región, en bancos de USA, Europa o Japón y hay que avanzar hacia la creación de un sistema monetario común, diseñado sobre la base de los nuevos conceptos de integración, de carácter político, de la solidaridad, la complementariedad y la cooperación. ¡Honor a este grupo de valientes Presidentes!
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