Coca, cocaína, coca-cola
La coca es un producto natural creado por los Dioses, es un arbusto del Perú, de la familia de las eritroxiláceas, árboles y arbustos dicotiledóneos (dos cotiledones), lóbulos que en muchas plantas rodea el embrión y de cuyas hojas se extrae la “cocaína” producto de la combinación química inventada por la mano diabólica del capitalismo. De 500 kilos de hojas de coca, sale 1 kilo de pasta, de la cual, se sustentan como modo de vida muchos pueblos indígenas en su producción. La hoja de coca es un producto de consumo desde tiempos milenarios en los pueblos de América, en especial de los pueblos andinos. Como otras hojas, yerbas y flores de algunas regiones de América, funciona como té, mate o infusión de acuerdo al clima o como medicina para algunas enfermedades.
Entre otras yerbas y flores, en Centroamérica se consume la Flor de Jamaica. En Venezuela, son tradicionales las infusiones recomendadas por “yerbateros” para atacar algunas molestias o enfermedades. El orégano orejón, malojillo, toronjil, hojas de sangría y la misma sábila que se ha industrializado mundialmente, son ejemplos de su utilización. Distinto es la “coca-cola”, nombre extraño originario de un producto gringo inventado en el siglo XX, dirigido muy especialmente a los niños y jóvenes en combos de “cajitas feliz” para consumirse en la dieta diaria o en la dizque alimenticia comida sintética “chatarra” como ellos mismos la denominan.
Mientras los pueblos originarios de América Latina consumen sus yerbas, hojas y flores, la tradición se transmite a las siguientes generaciones; incluso, bebidas exquisitas como la chicha, extraída del alimento sagrado de los Latinoamericanos como el maíz, que, amenazado por la bota yanqui, se dispara en su cotización bursátil, cada vez que se plantea como combustible para automóviles al convertirlo en etanol. Mientras que los norteamericanos nos venden las químicas bebidas energizantes, “potenciadas” para reponer la actividad física que los deportistas compran como el milagro. Hoy día, contaminan a los atletas latinos con hormonas y esteroides que ellos inventan para estimular la capacidad de sus atletas gringos.
Las empresas de cigarrillos dirigen su publicidad a la juventud, por ello el mar y las chicas, estas empresas dicen que captar un joven, es captar un potencial consumidor de cigarrillos para muchos años, criminal concepto que yo viví cuando trabajaba en una empresa de este tipo y que me avergonzaba al sentirme obligado a pegar afiches de este tipo de publicidad subliminal. Por esa razón, por mi actitud negada a este “merchandising”, duré poco tiempo como trabajador en esa empresa, a la cual hice mi mayor esfuerzo por pegarle la anti-publicidad de los efectos nocivos del cigarrillo exigida por el Ministerio de Salud. Esta misma técnica publicitaria subliminal al consumo la orienta coca-cola con el mensaje “enjoy” de gozar. Un hueso en la coca-cola se descompone en cuestión de horas, los padres, debemos revisar en nuestros hijos el consumo de golosinas combinadas de químicos estimulantes y cancerígenos.
No es de extrañar que la curiosidad de los gringos y el modo capitalista consumista de vida, los mantenga en el primer lugar del mundo como consumidores de droga, en la guerra de Vietnam, los soldados norteamericanos consumían el opio asiático y marihuana, ¿qué consumirán en Irak con esa conducta criminal que los impulsa?. El mismo Bill Clinton, expresidente de los Estados Unidos, llegó a declarar su consumo de marihuana en sus años juveniles, y aunque de conducta cuestionada muchos años después, luego del caso sexual con Mónica Lewinski, hoy día, su pareja Hilary Clinton, quien le perdonó este hecho, ostenta a la Pre-candidatura Presidencial de Estados Unidos, país que cuestiona a los pueblos latinoamericanas en sus listas negras de la droga. ¿Quién impulsa el modelo de la oferta y la demanda?. Por ahora, seguiré tomando infusión de malojillo y toronjil con miel.
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