Sant Roz le dedica un Hip Hop a los “Siete cipayos de la Paz”

¿“Concierto de mierda” le daría Juanes a Bush?

¿Dónde viven los “siete cancilleres de la paz”?, pues en Estados Unidos, el país de las guerras perpetuas contra el mundo; el país que lleva cinco años matando iraquíes y que ya ha asesinado a un millón en Bagdad. Ellos aman precisamente al país de las guerras y de los genocidios sin fronteras, de los muros malditos, de las invasiones a casi todos los países latinoamericanos, la suprema madre violadora de los derechos humanos en el planeta y que mantiene un campo de concentración en Guantánamo. Contra este imperio de las pestes más abominables estos imbéciles jamás harían un concierto por la paz.

Estos “cancilleres” no saben que por andar los fulanos marines jodiendo a medio mundo con sus extorsiones, chantajes, expoliaciones y matanzas, es por lo que ellos son tan “bellos”, tan “graciosos”, “ricos” y sin patria. Que vayan los mamones de Carlos Vives y de Montaner a gritar en la línea entre México y Estados Unidos “que se acaben las fronteras” para que los verdugos gringos les den bien fuerte por ese culo.

Unos cantantes iletrados, que sienten mil veces más a Miami que a sus propios países. A los que en Estados Unidos, mediante la práctica del egoísmo, el amor por el confort y el dólar; la entrega desaforada por el consumismo y el lujo, por la belleza artificial, sufrieron una verdadera extirpación de los lóbulos prefrontales de la corteza cerebral. Estos vacuos con sus maquinarias de venta de imagen, con sus portentosos equipos para conciertos y millones de dólares pagados por la Agencia del Desarrollo Internacional de EEUU, USAI, la misma que financia la guerra de Irak, la misma que diseña el proyecto para construir un muro entre México y Estados Unidos, pretenden hablarnos de paz, de concordia, de libertad y de amor.

Hoy cuando se cumplen cinco años de la guerra en Irak, a ninguno de estos maricones los verás criticando a esa guerra, mentándoles la madre a los gringos que son culpables de la muerte de más de un millón de iraquíes. Al imbécil del Juanes no le pregunten sobre esto porque él sólo conoce las pautas del amor que se dictan en Washington: las bellas tiendas del centro de Nueva York, los campos de golf, las “duras” y admirables faenas cuando se pasea en yate. Esa es la paz que él busca y conoce, y que tanto inspira a los “espaldas mojadas” que ahora no podrán cruzar a nado el río Bravo, sino que se encontrarán con el maldito muro de la infamia. ¿Por qué no se le ocurre organizar un Concierto Sin Fronteras entre San Diego y Tijuana, entre Mexicali y Caléxico? Porque él sabe que los gringos no comen cuento y le darán palo sin contemplaciones. Con eso no se juega. Ellos pueden venir por aquí en nombre de los ideales amariconados de los mayameros a montar sus shows degradantes sin que les pase nada, pero allá, ellos lo saben, además de quitarle la visa o la residencia, los condenan a la quiebra de por vida. ¿Y saben ustedes, pequeños hijos de puta, por qué nuestra gente tiende a emigrar hacia el Norte, y se encuentran en Los Ángeles a esos mejicanos que venden en un hospital un litro de su sangre para después comprarse medio de tequila? ¿Lo saben? No, a ustedes no les interesa saber eso. A ustedes ya les hicieron la lobotomía. Pues eso es así por la gran expoliación que desde hace siglos las viles ranas plataneras del norte vienen haciendo de nuestras tierras, de nuestros recursos.

Al Miguel Bosé, a este viejo pervertido y sin alma que le salió maricón al torero Miguel Dominguín, que ni español ni italiano, sino libre mariposa de los espacios etéreos, que sólo sabe retorcer su trasero grotescamente, y que nada sabe de la historia de Europa, a este repugnante invertido qué carajo puede importarle de la sanguinolenta historia de Colombia, más allá de lo que le ha podido contar el memo de Juanes.

Sin sistema cerebro-espinal, bailando y aplaudiendo como focas, como se los exige el mercado, el gachupín del Alejandro Sanz salta con su jeta amorfa a tratar de vendernos su majarete partío; a colocarse en cuatro manos para que lo reconozcan como buen chico su rey jilipollas, el Aznar y Bush. Cuánto daría este inmundo maricón porque le invitaran a la Casa Blanca. Todavía está a tiempo.

Hay que decirle a estos siete “cancilleres de la paz” que tocar música y bailar es muy fácil, pero que comprometerse con las voluntades de un pueblo a ser soberano, se requieren unos cojones que no se consiguen precisamente en Miami.

Ahora yo le canto este Hip Hop, a ustedes hijos sin madre de la patria americana, con micanción “AIDI CARD”. Aquí va.Ñ

“Terrorista tu abuela. Súbditos de Bush. Métete tus dólares. Métete tu Uribe. Con Satanás. Con Caracol. Carbonero del Juanes. Paras. Perros. Pobres.

Con tu AIDI card.

Salta Satanás. Salta chancho. Bosé.

Con su AIDI card.

Torero y Torera. Chingada sin hijo. Calvino y Torquemada. Colombia quemada. Hijos sin patria pero

con AIDI card. El Carlos Vives, con befa. Con bofe. Con jeta.

Con AIDI card.

Azúcar, azufre, el baile del Bayly. El cholo sin chola. El fast Fox Terri. Vicente Mexicán. Feos y Fecales. La Pelona. El pachuco. Las laidis, los gentleman, los cuchis, los zombis.

Con AIDI card.

Mamones y manguitos. Sacrosantos con mercado. Lelos y orates. Espelucados. Saltones y deslenguados. Con pedigrí enajenado.

Con AIDI card.

Montado el Montaner. Cornadas, carnudo. Alejandro Sanz.

Búscale su AIDI card.

Culo con culo. Paz con pus. Peste con paz. Dividendos. Divide. Canta. Vence.

Por AIDI card.

Irak. Cuba. Afganistán. Ecuador. Haití. Santo Domingo. Nicaragua. Panamá.

AIDI card.”

jrodri@ula.ve


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

 jsantroz@gmail.com      @jsantroz

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