Sant Roz es un excelente periodista, sus entrevistas son únicas, pero acaba de cometer una injusticia histórica.
Basado exclusivamente en un libro de Argenis Rodríguez, Sant Roz se lleva por el medio a todo el mundo en su crítica a la dirigencia de la izquierda de los años sesenta cometiendo una gran injusticia con la historia insurreccional de Venezuela y sus protagonistas.
No voy a meter la mano por Pompeyo Márquez y Teodoro Petkoff porque ellos están vivos y sabrán como defenderse, a pesar de que esa historia de "comprados por la CIA" esta cargada de esa paranoia comunista que caracterizó a la izquierda venezolana de aquella época y que también decepciono a muchos, por lo que pienso que este un tema que debería ser examinado nuevamente en su justa dimensión a la luz del contexto internacional actual.
Pero Sant Roz olvida que al hermano de Teodoro, gemelo de Luben, sí lo mataron; que la esposa de Luben para aquella época fue la guerrillera mas aguerrida de todas las féminas venezolanas y que lamentablemente hoy esta pagando en salud un alto precio por ello; que Luben fue en vida un gran amigo de Fidel Castro y que no dejoo nunca de ser solidario con Cuba; que Luben si fue comerciante pero su principal cliente era precisamente Cuba que desde los sesenta sufre los rigores del embargo comercial y hostigamiento imperialista; y que la familia de Luben, que conozco personalmente, es hoy defensora incondicional del proceso de cambios bolivarianos, por lo que haberlo metido en ese mar de intrigas no solo es un error, sino una injusticia para su familia y la historia contemporánea de Venezuela.
Sugerir además que la Fuga del Cuartel San Carlos fue una maniobra de la CIA, es también una injusticia histórica de marca mayor. De San Carlos no solo se fugaron Pompeyo y Teodoro, sino también Guillermo García Ponce, quien es hoy uno de los intelectuales de izquierda mas prominentes de toda América Latina, fiel defensor del proceso de cambios revolucionarios y convencido izquierdista, por lo que la "sugerencia" de Sant Roz significaría que el actual director del diario VEA también esta vendido a la CIA.
El cambio de Teodoro y Pompeyo - y el de muchos otros fracasados y conversos neoliberales - hacia la centro-derecha viene dado, en parte, por ese sentimiento de culpa que llevan consigo en una procesión silenciosa, precisamente por haber sido indirectamente responsables de la muerte de tanta gente inocente; y cuando el Muro de Berlín cae, ven la oportunidad de lavar sus culpas aferrándose a la percepción fukuyamista del fin de la historia.
Pero hay que destacar también la gran diferencia que hubo entre la participación en VTV de Teodoro y Pompeyo. Mas allá de su posición política, prepotencia y arrogancia, se puede apreciar que Teodoro se ha mantenido activo en la arena política y está atento de una realidad incuestionable. De Pompeyo se pudo apreciar mas bien lo contrario. Pareciera que Pompeyo solo debate con la gente que repite como loros todo lo que él dice, y cuando le toca enfrentarse a un verdadero panel, no tiene a mano ningún argumento valido y solo le queda decir barbaridades.
Es cierto que la izquierda insurreccional tuvo muchos errores. Demasiados diría yo, porque nadie entiende como con tantos recursos no logró hacerse del poder. Quizás tenga razón el propio García Ponce cuando a manera de autocrítica dice que la izquierda no supo apreciar que después de Pérez Jiménez en el país no había vocación para la violencia.
Pero la izquierda insurreccional, y allí Sant Roz sí tiene razón, era muy "exquisita", le gustaba mandar, escribir sus doctrinas y declarar poemas, pero no tenían preparación alguna para la guerra, y los que pagaron estos errores fueron, como siempre sucede en los conflictos armados, los mas pendejos; pero de allí a enlodar el nombre de nuestra referencia histórica de izquierda para indirectamente dejar bien a los adecos y su maquinaria totalitaria y represiva, hay una distancia muy grande.
Prefiero una critica como la de Mario Silva García, por ejemplo, basada en hechos concretos de la dinámica política actual; y para ello no tenemos que recurrir a la percepción que tengamos hoy de los protagonistas de ayer, porque como hombres, solo podemos entendernos dentro de las circunstancias de un contexto histórico especifico.
Con mucho afecto y la mejor de las intenciones por debatir,
Antonio Guillermo García Danglades
agd67@hotmail.com
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