Mario Briceño Iragorry ha sido uno de los historiadores más controversiales del país, enmarcado en el desarrollo de la corriente positivista pero con una profunda influencia católica, logró percibir la historia del país de una manera distinta a la historia romántica que prevalecía hasta principios del siglo XX, según la cual nuestra realidad era producto fundamentalmente de los hechos acontecidos a partir de la guerra de independencia, donde predomina el papel de los héroes y se desdeñaba el largo período colonial. Mario Briceño Iragorry fue abogado, sociólogo, político, diplomático, ensayista, profesor, periodista e historiador, pero sí pretendiéramos unificar su pensamiento diríamos que estaba centrado en el proceso de formación de la nacionalidad venezolana, que según él comienza en los barcos que provenientes de España vinieron a conquistar y colonizar estas tierras. En el desarrollo de esta idea central de su obra existen tres principios que consolidan su pensamiento: 1.- valorización de la cultura hispánica .2.- renuncia al culto heroico.3.- marcada posición antiyanqui.
Mario Briceño Iragorry nació el 15 de Septiembre de 1897 en Trujillo y era hijo de Jesús Briceño Valero y de María Iragorry. Estudió la primaria y secundaria entre Maracaibo y Valera. En esta primera ciudad y con apenas 11 años da manifestación de sus inclinaciones intelectuales redactando junto a Edmundo Urdaneta el periódico Venus. En 1912 se encuentra en Caracas donde iniciaría estudios de ingeniería en la Universidad Central de Venezuela. Al ser cerrada ésta universidad, ingresa en la Academia Militar de Venezuela donde conocería y establecería amistad con Isaias Medina Angarita, quien además de andino había nacido el mismo año.
En 1917 está de regreso en Trujillo, un año después se encontraría como estudiante de Derecho en la Universidad de los Andes, allí entabla amistad con hombres de la talla de Mariano Picón Salas, Diego Carbonell, Caracciolo Parra León, entre otros y conoce la que luego sería su esposa, Josefina Picón Gabaldón. Al tiempo que realiza estudios se desempeña como docente en el Liceo Libertador de Mérida y director de política y encargado de la secretaría del Estado Mérida, además escribía para algunos periódicos de la región. En 1921 es Secretario de la Cámara de Diputados del Congreso de la República. Publica su obra “Horas” y en 1923 obtiene su título de Doctor en Ciencias Políticas y es designado Cónsul de Venezuela en New Orleans (USA), comenzando así sus actividades como diplomático.
En 1927 es director de la Escuela de Ciencias Políticas en Trujillo y fue nombrado Secretario General de Gobierno de ese Estado, del cual también fue diputado y Senador. Aparece la publicación de su obra “Lecturas venezolanas”. Ya en 1930 su trabajo intelectual lo lleva a incorporarse a la Academia Nacional de la Historia ocupando el puesto dejado por el sabio Lisandro Alvarado. En Caracas continua su labor docente como profesor y director en el Liceo Andrés Bello, en la Facultad de Humanidades de la UCV, de la que llegó a ser su Secretario General. En 1934 aparece su primera obra de carácter histórico; “Tapices de Historia Patria” que se convirtió en centro del debate intelectual de Venezuela.
En la década de los treinta, junto a su desempeño como docente y como congresista, ocupó su tiempo en la diplomacia, siendo representante de Venezuela en algunos países Centroamericanos y en Colombia. La década de los cuarenta va a ser los años de mayor participación política pero también de mayor auge de su actividad intelectual. En 1941 se encuentra como Director del Archivo General de la Nación. Con la llegada a la presidencia de su viejo amigo el General Isaias Medina Angarita le brinda apoyo político, siendo uno de los fundadores del Partido Democrático Venezolano. En este período fue presidente del estado Bolívar y cuando los sucesos del 18 de Octubre de 1945 se encontraba como presidente del Congreso Nacional, siendo apresado junto a López Contreras. Al poco tiempo fue liberado y dedicó la mayor parte de su tiempo a la actividad intelectual. Ya en 1942 publica su obra “El Caballo de Ledesma”. Mientras que se ocupa del Archivo General de la Nación escribe sus obras “Casa León y su Tiempo” (1946) y el “Regente Heredia” (1947), recibiendo por la primera el Premio Municipal de Literatura y por la segunda el Premio Nacional.
Al inicio de la Junta Militar que asume el poder en 1948 acepta la designación como Embajador en Colombia pero renuncia meses después por su desacuerdo con la dictadura. En 1950 se encuentra de regreso en Caracas asumiendo una posición beligerante contra el régimen, postulándose como diputado por el partido URD, en 1951 se desempeña como cronista de la ciudad de Caracas, ocurrido el fraude electoral de 1952 sale al exilio y no regresa a Venezuela sino en Abril de 1958. Durante sus años de exilio vivió en Curazao, Colombia, Panamá, Guatemala, Chile, Costa Rica y España; en este último país fue agredido por agentes del gobierno perejimenista debido a sus escritos en contra de la dictadura, ya enfermo se encuentra en Italia cuando se entera de la caída de la dictadura. En el exilio publica sus obras “Introducción y Defensa de nuestra historia”; “Alegría de la tierra”; “Mensaje sin Destino”; “Aviso de los Navegantes “; “Los Riberas”; “Cartera del Proscrito”; “Dialogo de la soledad”; “Ideario Político”. A su regreso a Venezuela comienza la publicación de una revista llamada Bitácora, de poca duración, debido a que su muerte aconteció el 6 de Junio de 1958.
El propio Mario Briceño reconoció que su obra más acabada fue “Casa León y su Tiempo” pero la más exitosa fue “Mensaje sin Destino”. Desde el 6 de Marzo de 1991 sus restos descansan en el Panteón Nacional.
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