El famoso arqueólogo y aventurero de Chacao, “Indiana” Leopoldo López, el mismo que heredó la que fue mina de oro de Francisco Fajardo y más tarde halló Francisco Guerrero “el Cautivo”, por la información que le diese la india Aracaintar, como contó Francisco Herrera Luque, en “Los Amos del Valle”, llegó en su platillo volador a Miami y tal como es merecedor fue recibido y entrevistado en “El Nuevo Herald”.
En la entrevista, al referirse a su inhabilitación por el Contralor General de la República, como “el Cautivo” mismo, ocultó por completo lo de la mina de Fajardo, consistente en la buena cantidad de dólares que furtivamente le entregó su madre de los fondos de PDVSA, empresa de la cual ambos eran funcionarios, para que los invirtiese en la creación de una agrupación política. Como fue y es costumbre en esos casos, por razones de seguridad, más en estos tiempos peligrosos de paramilitares, sicariatos, narcoparas y asociaciones uribistas que en Caracas cunden, “Indiana” López, se guardó “el secreto”, conocido por todos en Venezuela, que pensaba llevarse a la tumba.
“Con tal que no lo sepan aquí en Miami y en toda Norteamérica, me conformo”. Así se dijo, mientras se frotaba la barba y ponía los ojos más puyados. Lo que al periodista, pese a su disposición y buena voluntad, no dejó de incomodarle.
Pero si se explayó en contar sus aventuras de arqueólogo trashumante que afanosamente busca la “Calavera de Cristal”, que tal como kriptonita, quita la fuerza a Superman o corte de pelo que debilita a Sansón, derrumbará de manera definitiva a Chávez en el fervor popular, pero a él, le subirá más en las encuestas.
Y comenzó por decir, que “es víctima de un linchamiento político” de parte del gobierno de Chávez. Por haber tomado una decisión administrativa, con el apoyo correspondiente, como manda la ley, de los concejales, de hacer un simple traslado de partida, el Contralor General de la República, mandado por el usurpador “me inhabilitó para optar por cargos por nueve años”.
A “El Nuevo Herald”, curruña de su alma, ocultó lo de la mina de Fajardo y del “Cautivo” Francisco Guerrero. ¡Son vainas de los arqueólogos, que gustan guardar sus secretos, a veces, hasta que la muerte se los lleve! En Méjico, después de nueve o diez años de haber hallado una muy antigua ciudad indígena, apenas días atrás lo han anunciado.
Pero si fue franco y abierto frente a una audiencia de veinte alcaldes de distintas partes de América Latina y les confesó, que por su osadía de buscar la “Calavera de Cristal”, ha sido víctima de “hostigamiento, secuestro y tres intentos de asesinato” por parte de las hordas que forman los anillos de fuego y hierro que Chávez dispone para cuidar el preciado trofeo que él, “Indiana”, se ha propuesto rescatar.
A Indiana López, le han hostigado, intentado cazar con arco y flecha y hasta ha sido secuestrado. Quizás sin que nadie lo sepa, Alfonso Cano, nuevo jefe de las FARC, se lo entregó con prontitud a Chávez, como muestra de buena voluntad. Por ser hecho reciente no está registrado en la laptop de Reyes.
Mal hecho que el jefe del régimen, al tanto de ese gesto de buena voluntad, no lo haya hecho público. ¿No serán vainas de la calavera? ¿O pensó que victimizar a “Indiana” no era conveniente en vista de lo que ahora viene?
Es que “Indiana” López, sin que todavía no le haya puesto mano a la “Calavera de Cristal”, aunque si a la mina de Fajardo, según las encuestas que maneja “en todo el país, mis niveles de aceptación – dijo al auditórium y a “El Nuevo Herald”- superan a los del presidente Chávez y fueron los más altos de cualquier otro líder, tanto chavistas como opositores”.
El periodista ansioso, como uno cuando lee la entrevista, preguntó ¿y a qué se debe semejante situación? ¿Será que ya está influido por las emanaciones y fuerza cibernética que de la calavera emanan? ¿Acaso cerca de ella ya se encuentra usted señor “Indiana”?.
En efecto amigo y compañero. No le hablaré de la mina de Francisco Fajardo que luego se encontró Francisco Guerrero “El Cautivo”, por el sapeo de Aracaintar, su amante y esclava misteriosa, porque eso forma parte del secreto de todo arqueólogo que se precie, pero si de lo que viene.
Cerca estoy de la “Calavera de Cristal”; la base de mi éxito, dijo inflando el pecho y casi gritando: “es que he estado pateando los barrios de Caracas”, he subido a los cerros y escarbado en cada rincón donde habitan los pobres. Y llevado hasta ellos, en territorio fuera de mi jurisdicción, los proyectos sociales que están resolviendo sus problemas.
“Indiana” López, dijo entonces en Miami, concluye uno, que esas misiones, como Barrio Adentro, Sucre, Robinson, Mercal y pare usted de contar, que penetran los barrios de Caracas, no son implementadas por el gobierno nacional, sino por él. Entonces por ese “patear” esos espacios caraqueños y llevar todo eso, espera que Aracaintar que constantemente reencarna en otros cuerpos, según Herrera Luque, le ponga en el camino que “pateándolo” le llevará al ansiado cráneo.
Lo que falta, dijo - pero ahora bajando la voz y como en secreto- es un proyecto alternativo.
Cree uno, después de leer esto último, que el proyecto demanda también un liderazgo nuevo, que como expresara “Indiana”, sea capaz de “identificar al pueblo alrededor de una manera distinta de hacer política”.
¡Como me huele que, si encuentra la “Calavera de Cristal”, antes que a Chávez, se propone neutralizar y patear primero las fuerzas de Manuel Rosales!
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