La ex candidata presidencial Ingrid Betancourt parece estar convencida de que en efecto, tal como lo declaró a una radio francesa, el presidente Hugo Chávez tiene una llave para la paz en Colombia.
Un viraje de 180 grados en su actitud, como todos sabemos. Cuando bajó del avión libre y suministró las declaraciones a la prensa señaló que la intermediación de Chávez era muy importante en el proceso de liberación, pero bajo el condicionante del respeto por la democracia colombiana y remató con que ellos eligieron a Uribe, no a las Farc, como si Venezuela alguna vez hubiese dicho lo contrario o tuviera dudas al respecto.
Las declaraciones, por supuesto, fueron desconsideradas si se toma en cuenta que por Chávez se logró la primera liberación de rehenes por encima del asecho de las tropas del Ejército neogranadino, que se negaban a despejar la zona para que las Farc pudieran entregar los secuestrados a la misión humanitaria, pero bueno, son momentos emotivos y en esas circunstancias es comprensible cualquier ligereza.
Lo importante es que quizás luego de conversar sosegadamente con su progenitora Yolanda Pulecio, Betancourt se da cuenta que el líder de la revolución venezolano tiene una llave para la paz en contraposición de quienes como el presidente Álvaro Uribe, apuestan a salidas militares.
Seguramente ya está consciente de que los momentos más peligrosos de su vida y la del resto de los cautivos se dieron por ese torpedeo del Gobierno colombiano en contra del canje humanitario. Un cerco que se acentuó después de la liberación de Clara Rojas, Consuelo González, Gloria Polanco, Luis Eladio Pérez, Orlando Beltrán y Jorge Eduardo Gechem. En esa cacería, violaron la soberanía de Ecuador y masacraron a un grupo de personas, donde estaba Raúl Reyes, número dos de la Farc.
Ahora, el Gobierno colombiano rescata a 15 secuestrados, entre ellos a Ingrid Betancourt, en una operación que no voy desmeritar, pero a pesar de que no hubo disparos, están involucrados los militares, lo que indica que hay fusiles y eso representa peligro por muy buenas intenciones que haya.
Mientras estén de por medio las armas siempre estará latente la factibilidad de que haya tiros. Por eso, creo que la solución sigue siendo mediante un acuerdo humanitario y Betancourt parece haberlo entendido. Ella gracias a Dios resultó sana y salva, pero ¿que garantiza que en sucesivos rescates no se produzcan balaceras y muertos? La paz es una causa para rectificar, además es el clamor de los familiares de los que aún están prisioneros. Chávez en una conversación telefónica le ofreció la tal llave de la conciliación, el problema es que de corazón, la quiera Uribe.
*Periodista
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