La actitud del Vaticano en aceptar el asilo del dirigente estudiantil Nixón Moreno, ha sido desaprobada por un buen porcentaje de los venezolanos, que ve muy grave el respaldo del episcopado venezolano a un prófugo de la justicia acusado de herir en un intento de homicidio a un policía y tratar el agavillamiento y violación de una sargento policial del Estado Mérida.
Hoy, la curia refleja una gran impopularidad y los sectores más sensibles a los problemas económicos se niegan a ir al templo porque consideran que la Iglesia nunca debió inmiscuirse en la política, ya que su labor específica siempre ha sido predicar la Palabra de Jehová. Esta actitud refleja un pragmatismo que determina la vereda ideológica contraria al pensamiento y voluntad al pueblo venezolano. La química personal de este estudiante merideño sega en nuestros corazones por su conducta violenta en la Ciudad de los Caballeros, creando unos niveles hostiles para la tranquilidad del pueblo y el quehacer laboral de sus habitantes.
Aquí, no hay coincidencia ni respaldo posible. El Consejo Nacional Electoral y el gobierno nacional deben hacer lo concerniente para evitar un salvoconducto, que, lo lleve a su ruta de exilio en Roma. Monseñor Celestino Migliore manifestó en Nueva Cork, su preocupación ante la Santa Sede por las necesidades de las victimas del terrorismo y alentó a trabajar por ellas. Recalcó que las acciones terroristas niegan a las personas no solo sus derechos humanos fundamentales, sino que afectan el corazón mismo de nuestros seres queridos, nuestras familias y nuestra confianza básica en la humanidad.
En consecuencia, desconocemos las razones espirituales y psicológicas que dieron lugar a este amparo de exilio, pero, hay mucho interés por parte de algunos sacerdotes y sectores italianos radicados en Carabobo y el Distrito Metropolitano de tenerlo a mano a este dirigente estudiantil en la ciudad del Vaticano.
El catolicismo romano nos ha llevado a una dialéctica inversa del esparcimiento fundamentalista y ha dado origen a un pensamiento perverso sobre la fe haciéndonos susceptibles a un imperio que busca colonizar nuestro pensamiento en base a una moral mínima y un gran signo de desprecio hacia nuestros signos patrios. Esto, ha originado una posición helada de muchos cristianos ante problemas que hoy estamos vivenciando. El mensaje divino proveniente de Jesús a través de las escrituras no se compagina con el elogio al sadismo, violencia y el llamado a encarnar niveles intolerantes en la conducta de un pueblo.
El dardo ya esta lanzado, el gobierno debe levantar su escudo, es el tiempo de hacer inventarios para reorientar la conjunción del mensaje ideológico y didáctico de nuestro Libertador Simón Bolívar, integrar a los países libertados por él y conjurar con una disciplina férrea a quienes se atrevan a desafiar la ley.
(*)Filosofo.
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