“Así, así, así es que se gobierna”, corea el pueblo al presidente Hugo Chávez cada vez que el gobierno toma una decisión que era esperada y por diversas circunstancias, no se había ejecutado, lo que en no pocas ocasiones dejaba una sensación de decepción porque, de una u otra forma, se permitía que cualquiera, venezolano o extranjero, no sólo dijese cuanto le viniese en gana contra el gobierno, el proceso, el presidente; se vulnerara la soberanía nacional y la dignidad de nuestro pueblo, y nada pasara, ni siquiera la crítica de los dirigentes gubernamentales, de las organizaciones políticas.
Lo ocurrido con el embajador norteamericano, representante del gobierno fascista norteamericano y cuya función principal es desestabilizar, subvertir, conspirar, financiar a los sectores opositores de la oligarquía y la contrarrevolución, y en la presente etapa, el dirigente fundamental en el proceso conspirativo en marcha y debelado por el gobierno revolucionario. Finalmente este subversivo fue expulsado del país, naturalmente en solidaridad con Bolivia y la monstruosa conspiración y la guerra civil que los Estados Unidos del Norte impulsa para bañar en sangre al querido país del altiplano suramericano, pero también porque era evidente que en la conspiración contra la República y el magnicidio del presidente, él tenía un rol fundamental, además de las descaradas ingerencias de todo tipo en los asuntos venezolanos.
El otro es el agente de la CIA y provocador de oficio, Vivanco, igualmente expulsado del país por el gobierno, después de tener años inmiscuyéndose en los asuntos de Venezuela y ser vocero de todas y cada una de las conspiraciones montadas por el imperialismo donde le ha correspondido, precisamente, el papel de subvertir a partir de las “denuncias” sobre la presunta violación de los derechos humanos en Venezuela.
Llama, sin dudas, la atención la reacción de los sectores de la contrarrevolución nacional e internacional por cada uno de estos actos soberanos de expulsar del país a quienes desde adentro lo agraden.
Si se compara la reacción entre ambas expulsiones el contraste es notable y evidencia cómo se mueven los hilos subversivos de la inteligencia norteamericana. La salida del embajador yanqui prácticamente pasó sin excesivos escándalos mediáticos, el centimetraje fue relativamente pequeño en relación con el que se le está otorgando a Vivanco, nacional e internacionalmente, ¿por qué? ¿a qué se debe eso?
La salida del embajador –sin dudas un fuerte e inesperado golpe político para el gobierno de Bush– pronto adquirió un bajo perfil, la reacción del gobierno norteamericano en apariencia se limitó a sacar nuestro embajador de ese país y una que otra declaración, nada raro en las políticas agresivas de Washington pues esa ha sido su tónica durante los últimos 8 años. Pero en el caso de Vivanco la cosa es diferente, esta “víctima del comunismo criollo y del autócrata”, ha encontrado apoyo no sólo en los medios y periódicos de la oligarquía latinoamericana y mundial, sino en personajes como Insulsa, en Obama y pare usted de contar. Sacando al insulso de Insulsa, muchas de esas declaraciones tienen un mismo patrón, apuntalar al agente de la CIA como un adalid de la democracia y la defensa de los derechos humanos, maniobrando para que la OEA le aplica a Venezuela la Carta Democrática. Ya aparecerá la Comisión de los Derechos humanos de la OEA y las ONGs pseudos democráticas, amamantadas por la NED, la USAID, la CIA. Sigue la conspiración, sigue “vivo” Vivanco el conspirador.
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