¡Alzó vuelo y hoy se expande; caballo de dos ruedas jineteó cual errante vagabundo, cono sur atrás y Rosario su terruño; alas en los pies por la América, huellas de lucha por el mundo!
Mirada infinita hacia el futuro eternizada en la imagen fotográfica sin “copyright” de Korda, mensaje del Comandante eterno y símbolo de la revolucionaria gesta guerrillera. ¡Che!, verbo de acción que alimenta el corazón libertario de los pueblos llenos del pensamiento de Bolívar, San Martín, Artigas, Martí, Farabundo, Sandino y todo sentimiento latinoamericano de la lucha soberana emancipadora.
¡Efervescencia en los pueblos recorridos; ojos creadores al pensamiento solidario, combate a la miseria contra sistemas corruptos y podridos, izquierda de un corazón necesario!
Antiimperialista por convicción, médico, economista, diplomático, ideólogo y sobre todo, ¡Combatiente Comandante!...su práctica de vida dibujada en una frase moral de todo revolucionario comprometido: “la revolución no se lleva en los labios para vivir de ella, sino en el corazón para morir con ella”. Revive la batalla de los pueblos que luchan por su porvenir, arraigados en sus propias raíces y necesidades para defender los suelos que marcan sus territorios...Sangre de Guaicaipuro, Túpac Amarú, Túpac Catari...¡Zapata o Pancho Villa!
Marx, Neruh, Ho Chi Min, Tolstoi, Mao, Lenin...lectura necesaria del mensaje contra el norte oscuro, asesino, mercenario; ideas escritas con la sangre de lucha, sudor y amor profundo libertario. Con notas en su diario coincidió el ideal soñado, África negra que vivió como un Lumumba luchando, selvas de América; donde la muerte en batalla fue aguardando.
El día 08 de octubre de 1967 en La Higuera, Bolivia hieren y capturan al Che, lo llevan a una escuelita, lo mantienen malherido y sentado durante toda una noche. En esas horas una ancianita le llevó su última comida...luego, al mediodía del 09 de octubre de 1967 en los últimos momentos físicos del Comandante, dejó palabras finales contundentes para su ejecutor: - ¡Ah!... ¿venís a matarme, chango? Claro, te mandaron a vos...Después decile a tu coronel que “Che” se escribe sin acento ortográfico, que lo que puso en este pizarrón está mal...Esperate un poco. Me duele la herida de la pierna, pero quiero estar de pie. ¡Ahora vas a ver cómo muere un macho! ¡Tira carajo!..- “Disparos”... (Dos ráfagas sonaron con el miedo del soldado ejecutor).
Su ejecutor: Mario Terán Ortuño (triste paradoja de quien 40 años después, fue cual ciudadano común para operarse en la misión milagros de Bolivia, aquellos ojos que temieron al Che en sus últimos segundos de vida). Ortuño dijo lo siguiente al disparar: - La orden fue cumplida mi coronel. A ver, déjeme entrar...Pero...¿le dio el tiro de gracia sargento?. Sí, mi coronel. En el medio del corazón...¿Está seguro, sargento?..Fíjese en los ojos...¡Está muerto mi coronel!...puede entrar...-. (Asustado). Acababan de matar al cuerpo, pero ante una mirada fija y eterna del Che que se repetía después de muerto como la foto de Korda: intimidante, retador, imponiendo el coraje y la lucha rebelde que le elevaban eternamente a la vida y los corazones de los revolucionarios del mundo.
Aquel 09 de octubre de 1967 mientras mi madre me paría en Caracas, en otro lugar del mundo nacía para siempre: ¡el histórico Che guerrillero!...Su muerte resucita y va de puerto en puerto con el brillo y nacer de un nuevo día, revive los fusiles, la patria y la alegría, recordando un Che ¡que no está muerto!... El Che Guevara sentenció en una frase: “déjeme decirle, a riesgo de parecer ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor...es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad, nuestros revolucionarios de vanguardia tienen que idealizar ese amor a los pueblos, a las causas mas sagradas y hacerlo único, indivisible”.
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