La historia y los hechos que la nutren muchas veces traen reflexiones, coincidencias o contradicciones extrañas. Hace unas dos décadas, un prestigioso psiquiatra y ex-candidato presidencial venezolano, llamó sutilmente generación “boba” en un lenguaje bizarro a la juventud de entonces. En esos mismos años nacería una niña que lamentablemente fue asesinada en fecha reciente. Esta joven estudiante universitaria llena de vida y juventud, aparentemente fue victima bajo la presunción homicida de éste mismo psiquiatra y ex-candidato presidencial, caso que conmocionó y sorprende a la opinión pública venezolana pues aún continúan las investigaciones.
Esa generación “boba” de los 80-90 como fue llamada, vivió hechos significativos en esas décadas; (El Viernes Negro de 1983, La rebelión popular del Caracazo en 1989 y los alzamientos militares del 4 de Febrero y 27 de Noviembre de 1992), circunstancias que darían otro giro y cambio de destino a la patria nueva. Juventud alimentada del pensamiento ideológico, excluida de toda justicia social y derechos, golpeada por la peinilla, los “coñazos” policiales, humillada por la recluta, calabozos como recintos recreativos, ahogada en bombas lacrimógenas, marcada algunas veces con perdigones y en otras por desgracia asesinada con las balas perdidas en las manifestaciones estudiantiles y luchas sociales sin ningún tipo de derechos humanos reservados.
Con la llegada de la guerra de cuarta generación con los medios comunicacionales como bandera, surge una nueva juventud “mediática” sin distingo de color político para ser elevada como líder, salvando las distancias y los hechos en una apología al Comandante Chávez en el glorioso minuto y medio de televisión que lo dio a conocer. Han surgido casos emblemáticos que han parido los espacios mediáticos en un pestañear de ojos; Ministros, Candidatos a Diputados y Alcaldes, Directores, Coordinadores, Voceros de Partidos Políticos, “Premiados en dólares” por la lucha a los derechos humanos, etc...Todo esto por el esfuerzo y dominio del micrófono o en un salir del cascarón universitario para la primera prueba de fuego laboral, pasando por encima a quienes han vivido la lucha en sangre, sudor y lágrimas por un proceso de cambio republicano.
En un discurso electorero se descalificó y despotricó a esa generación “boba”, cuando un candidato a Gobernador dijo que tuvieran mucho cuidado con los cuarentones; ya que si estos no estaban formados con la lectura ideológica, se volvían traidores y contrarrevolucionarios, lanzando al suelo y pisoteando la memoria de ese 5% de generaciones anteriores de comunistas que enseñaron y dejaron una herencia a la generación “boba” con el ejemplo de lucha a balas, persecución y letras durante la cuarta república como: Alí Primera, Alberto Lovera, Jorge Rodríguez, Pedro Ortega Díaz, Gustavo Machado, Núñez Tenorio y una larga lista de hombres dignos pues ahora, se coloca a los comunistas al escarnio ideológico como oportunistas.
Con los derechos humanos como traje, la juventud mediática voltea la bandera nacional, canta el himno a desgano, grita loas a las consignas populistas llamando por celular o correo electrónico a los panas “escuálidos” o “chavistas” para celebrar juntos la alineación gringa de “Halloween” bailando “reguetón” en una excusa comercial de camisas del “Che Revolucionario” y los “Yankees”. Así se marca la nueva generación hija de los bobos en un relevo que formará al niño que está en puerta y se niega a nacer.
¡Mientras tanto el cloro cae en las cabelleras de los cuarentones de la patria entera que siguen llevando peinilla y balas en el corazón, cuando ven a sus hijos morir inútilmente en las calles, victimas de la delincuencia armada y la descomposición social que se alimenta de la televisión y el consumismo!
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