A falta de votos para ganar, la oposición cantará fraude”, eso lo advertimos en la última semana de la campaña electoral, cuando los candidatos de gente en emergencia comenzaron a descalificar al Consejo Nacional Electoral, a denunciar migraciones electorales y a publicar encuestas con inconsistencias numéricas, falsas de toda falsedad, elaboradas desde cualquier oficina o desde una computadora portátil.
La profesora Nancy Virla, analista política, consideró en ese momento que a la oposición se le acababa el tiempo, tiempo vencido como se dice en las tardes de toros coleados a juzgar por el clima que se respira en ese final de campaña electoral. “Quien habla de fraude es quien pierde”, es el mismo guión de la oposición rancia, ahora representada en Barinas por Julio César Reyes, quien de manera irresponsable desconoce los resultados que no les favorece, es por ello que intenta agitar la ciudad de Barinas y terminar en una romería por tribunales con un cartapacio de papeles pidiendo la intervención de la justicia en nombre de los derrotados.
A falta de números para ganar … cantemos fraude
En Barinas el descalabro de la oposición es evidente, los resultados del domingo son más que contundentes, apenas lograron ganar una alcaldía. La oposición representada por Julio César Reyes, estuvo tratando torpemente de generar matrices de opinión con encuestas que no pudieron coordinar al punto de que en algunas llegaron a tener hasta el ciento veinte por ciento del electorado barinés.
En relación a la candidatura de Rafael Simón Jiménez y los vieja guardia de AD y COPEI, admitieron sin problemas los resultados, a la vez que admitieron que el candidato de gente en emergencia les arrebató los votos a la oposición al convencerlos que ellos representaban la opción para suceder al maestro Chávez.
Es decir, la gente de Chávez voto por Chávez y la oposición por su candidato Julio César Reyes. El viejo líder Rosales Peña lo dijo en un programa de televisión que el profesor Adán estaba punteando en los números y que sería el gobernador el 23 de noviembre, sin duda, el ex gobernador manejaba reales encuestas así como valoró positivamente todos los actos de masa del PSUV, a los cuales la gente en emergencia no quiso imitar, con la excepción del acto de la Camejo, que resultó un total fracaso por la asistencia pírrica observada. Dónde está esa gente, era la pregunta de los barineses al precisar los escuálidos actos de Julio César y el resto de sus candidatos.
El papel de las maquinarias El PSUV demostró hasta el último momento que estaba aceitadita y lista para la batalla electoral. La maquinarias roja rojita siempre tubo en sus manos los resultados definitivos, su capacidad de contacto del voto, la movilización de los electores, la presencia en los centros y la concreción del voto le dieron el triunfo al gobernador Adán Chávez, a los once alcaldes del PSUV y a los diputados regionales. Julio César Reyes, no tenía la maquinaria necesaria, se confundió en las encuestas chimbas, en su imagen mediática y en el discurso clerical del hijo bueno que Dios y su hijo amado le brindarían las bendiciones por haber cumplido al pie de la letra la promesa de iniciar o cerrar sus pírricos actos con el padre nuestro. “Demostró no contar con la maquinaria por sobrestimar su supuesta fuerza personal, algo pasó alrededor de este candidato para creerse un fenómeno electoral que movería a la gente por su propia voluntad, que saldrían de los montes, de los rincones, de los barriales todos los barineses a votar por él; en política eso pasa con políticos muy pero muy especiales y auténticos no con disidentes como Reyes.” Contrariamente a esto los candidatos del PSUV se dedicaron a organizar el partido, activar las maquinarias, presentar programas de gobierno, visitar a los electores en sus casas y sitios de trabajo, realizaron simulacros, prepararon toda la movilización y la logística, ubicaron con tiempo a sus electores y se encargaron de que todos votaran, de allí los resultados que hoy le dan la victoria a los candidatos de Chávez. Es decir, el PSUV, realmente tiene toda su maquinaria activa.
El canto de fraude como consuelo
Luego de que el árbitro anunciará los resultados, los derrotados como consuelo cantan fraude, no tienen más nada que decirle a sus acreedores y su militancia, no reconocen su fracaso ante la derrota.
Ahora se observan las rebeldías, las insurrecciones, las tomas de posición violentas, el llamado a desconocer las instituciones y a cantar fraude, todo con el propósito de que el colectivo que voto por ellos, los indiferentes y otros sin facultad electoral repitan que hubo fraude y que esos muchachitos fueron trampeados por el arbitro.
Ante el resultado electoral que le da la victoria a la revolución, observamos una gente en emergencia inventando irregularidades electorales con la misma facilidad que inventaron encuestas, haciendo uso de una bestial manipulación a través de los medios de información regional y nacional, que producen en el pueblo rechazó hacia esa gente que de verdad está en emergencia.