Entre el franco fastidio, de las opiniones adversas de los opinologos de la oposición con respecto a la legalidad de la enmienda o si los deseos mas íntimos del Comandante desembocan irremediablemente en la sed de poder y de perpetuarse en la silla del palacio, reflexione entre lo que ha pasado desde diciembre del año pasado, las ultimas elecciones y el llamado al pueblo a la enmienda.
Debemos empezar estas notas con un llamado a no responder sandeces que la contra lleva diez años diciendo, nuestras acciones han demostrado que lo dicho por ellos es una sarta de mentiras con una alta dosis de estupidez, creemos que debemos detenernos en que el principal ejercicio implícito en el proceso de enmienda es un uso de nuestra soberanía y autodeterminación de lo cual cabe preguntarse ¿si eso lo haría un dictador que violenta los derechos fundamentales de su sociedad?
En este orden, veamos los elementos que caracterizan el uso de la Soberanía Popular para este proceso que se abre:
La Soberanía reside en el pueblo y en su voluntad.
La gente participando recogiendo las firmas necesarias para llamar al proceso de enmienda.
Es un proceso distinto a la Reforma, pro que es un solo articulo el objeto de la enmienda y esta propuesta no debería ser objeto de modificación como sucedió en el proceso anterior.
Después de la contundencia electoral que vimos en el interior del pais en el proceso reciente, demostraríamos quienes son la mayoría desmontando el mito opositor de perdida de terreno de nuestro sector revolucionario.
Estos cuatro puntos referenciales permiten debatir entorno al ejercicio soberano en el proceso de enmienda. En el entendido que la voz de un pueblo es la voz de Dios y esa voz dice ¡UH! ¡AH! ¡CHAVEZ NO SE VA! Así fue el 13 de abril, así debe ser hoy…
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