Los medios nacionales y del mundo, han venido montando desde hace diez años un plan contra Venezuela, presentándola como más inestable que Colombia, que Afganistán e Irak, en definitiva uno de los países más inseguros del mundo. La verdad es muy otra, el país nuestro presenta una estabilidad económica y social envidiable, superior a casi los todos países del primer mundo, una seguridad social se traduce en alegría en la población, en una tranquilidad octaviana y en estado de paz que no se conoce en ninguna otra región de América, verdaderamente admirable y ejemplar. Por el contrario, el año 2008 ha sido en décadas el año más sangriento para México, para EE UU, Colombia, Perú, Brasil y casi todos los pueblos de Centroamérica.
Con excepción de Brasil todos esos restantes países son neoliberales, lo que significa que el 2009 para ellos su situación de seguridad será más terrible. Muchos analistas concuerdan en que el estado de incertidumbre para Chile, México y Colombia se presenta para el año que viene sombrío, muy angustioso. Quizá el 2009 sea el año más terrible que se pueda conocer en el asunto climático, en el empleo, entrando en recesión casi todos los países poderosos del mu7ndo. Pero los medios poderosos todo están tratando de ocultar esta situación, y se concentran en nosotros, pensando en el Síndrome de Sansón: que el mundo se destruya para que así Chávez se pueda hundir. CNN está aplaudiendo por ello la caída de los precios del petróleo.
A pesar de nuestra serenidad nos quieren presentar los diarios italianos, españoles y gringos como terroristas, como plagados de males sociales, como destrozados por la inseguridad y con un panorama de incertidumbre política para el año que viene, donde “Chávez hará un fraude en el referendo sobre la Enmienda”. Para estos diarios, México vive feliz aunque allí espiritualmente ronde lo desastroso, lo lúgubre, lo sombrío. Un pesimismo que se ha vuelto poderosamente cotidiano. Donde se asegura que “la inteligencia colectiva ha quedado atrapada por el énfasis hacia lo negativo, hacia el más infame de los posibles puntos de vista.”
El bandido y sinvergüenza Rubén Blades se prestó hace unos cuatro años para hacer una película contra Venezuela, llamada “Secuestro Express. Él que estaba interesado en que fuésemos condenados por el desprecio de los pueblos latinoamericanos, al tiempo como ministro de Turismo de su país promovía una campaña turística a favor de Panamá en la que decía que la sonrisa de su pueblo los que visitaban no tenía por qué pagarla. Porque para este vil guiñapo, todo debe tener un precio, incluso la sonrisa. Yo cuando vi el titular de esa película creía que se trataba de un tema que tocaba a México, donde el asunto de los secuestro sí provoca escalofríos. Pues no, se trataba de otra emboscada contra nuestro país. Blades era el muñequito utilizado por la ultra derecha latinoamericana para atacarnos. En esa película colocaban a nuestros oficiales de las FF AA como buscadores de homosexuales en prostíbulos de Caracas. Todo era mentira en ese film. Blades debería ir con su elenco de pitiyanquis a Ciudad Juárez, a ilustrarse sobre los abominables secuestros y asesinatos donde la diversión consiste en decapitar los cuerpos acribillados por la metralla la traición de militares y altos mandos policiales. En México la droga corre por escuelas, por cuarteles, centros policiales, universidades y millones de jóvenes son víctimas del terrible negocio del narcotráfico; todo esto unidos a los despidos masivos en las armadoras de automóviles junto a la enorme prostitución que invade a la política de partidos.
De modo, queridos compatriotas que sintámonos profundamente orgullosos de nuestro país y del presidente que tenemos. Con Chávez por siempre.