La
Iglesia como toda institución dogmática, conservadora y neoliberal,
se opone por naturaleza a todo cambio progresista en nuestros días.
Todos sabemos que esta institución esta llena de personas que no quieren
para nada el proceso de cambio de estructuras añejas y vetustas en
Venezuela. De hecho la Iglesia es añeja, toda su estructura esta basada
en leyes divinas sin ningún razonamiento científico. Es así como
en el pasado se oponían a la redondez de la Tierra, Al Movimiento de
Traslación y Rotación, A los descubrimientos de Charles Darwin sobre
el origen de la vida, Su rechazo al aborto y así como a la participación
política y en general de muchas reivindicaciones de la mujer. Se negaba
aceptar que la mujer llevara pantalones cuando visitaba los templos.
En fin una serie de caprichos sin fundamentos. Y es que la Iglesia desde
tiempos remotos se ha colocado a favor del mas fuerte y olvidando sus
principios y doctrinas de sus fundadores. La vimos al lado de los señores
Feudales, lavando cerebros y confundiendo a los campesinos en
conjura con el ejército para apropiarse de grandes lotes de terrenos,
en fin toda una secuela, sin olvidar las cruzadas y otros tipos de barbarie
que apoyaron en el pasado.
En Venezuela la Iglesia
no se ha comportado distinta, la vimos en Miraflores con Pedro el Breve.
Al lado de Pérez Jiménez en los años 50, y luego al lado de los adecos,
para después ir a parar con sus conmilitones copeyanos. En fin la nefasta
IV Republica tuvo en la iglesia y en los curas sus mejores aliados.
Hoy la Iglesia oligárquica
se opone nuevamente al Proceso de transformación democrática bolivariana.
Ladran como jauría de lobos mintiéndole al país. Conspiran abiertamente
en los templos, a través de los canales privados de información. Sus
principales ministros, hijos descendientes de los mantuanos de ayer
proliferan mentiras y se burlan del noble pueblo.
La iglesia esta podrida por dentro, desde hace bastante tiempo no vemos a un sacerdote patear barrios o calles, solo van a los grandes canales golpistas de comunicación. Bañados en caras fragancias que están muy lejos del verdadero olor de los pueblos.
Por eso cuando vemos
ladrando a estos curas felones y parafraseando a Cervantes, decimos;
“Dejemos que Ladren, vamos por buen camino”…
Saludos cordiales, RAS, Siglo XXI