El eterno problema de la basura. La basura, se ha convertido en un instrumento con el cual se ejercen presiones políticas, económicas y sociales. No es más que un asunto de gerencia y honestidad. Ya no es secreto para nadie (excepto para algunos funcionarios públicos) que la basura es un negación redondo si se asume como tal.
Con el manejo adecuado de la basura: se protege el medio ambiente, debido al reciclaje de cartones, periódicos, plásticos, botellas, latas y otros envases, se disminuye el consumo de energía al no tener que producir desde cero esos envases, se genera abono orgánico a partir del reciclaje y manejo de los desperdicios orgánicos (valga la redundancia). Además, se genera una industria que descontamina y crea empleos permanentes. Si es bien gerenciada, tendría que ir de la mano de la ornamentación de los espacios públicos y, lo más interesante: si se crean varias, empresas por municipio, competirían por obtener la basura como materia prima, lo que podría servir de elemento de incentivo para descontar pagos o dar aportes económicos a aquellos habitantes que dispusieran de una manera mas idónea de los desperdicios hogareños e industriales, se ahorraría el estado, el pago de la mano de obra para el manejo de estos, ese dinero que pudiese ser dirigido a otras prioridades municipales. Se tendría una nueva fuente de ingreso de impuestos, se dejaría de construir esos focos de contaminación llamados vertederos de basuras o los rellenos sanitarios… y un larguísimo etcétera.
Sé que desde hace tiempo se han venido presentando propuestas en ese sentido, hasta de gobiernos extranjeros y empresas foráneas, han tratado de negociar la basura en Venezuela. Por supuesto que se sabe que eso tiene un carácter estratégico también, pero se puede hacer con empresas de producción social nacional, con cooperativas verdaderas, no de maletín, y hasta en asociación municipio -empresa social de producción. Serviría como vehículo de educación e incentivación a la población para disponer de los desperdicios. Los ríos, bosques, orillas de carreteras, parques; estarían limpios y necesitarían menos mantenimiento de sus estructuras y espacios, los focos de contaminación sanitarias a partir de la acumulación de plagas reproducidas en los envases disminuirían, haría menos necesaria las tareas profilácticas contra mosquitos y otras enfermedades endémicas comunes, sobre todo en época de lluvias.
Esto es solo un ligero esbozo de lo que representa el manejo de los desperdicios sólidos y orgánicos con carácter económico pero algo si es cierto: lo de la basura no es una crisis, es ineptitud e incapacidad gerencial. Pero si somos un poco alertas, le daríamos un trato como crisis, para que nos favoreciéramos con ello, pues de las verdaderas crisis, se sale fortalecidos, por la necesidad misma de avanzar y vencer las circunstancias que la generan.
No vayan a creer Uds. que el negocio de la basura no fue acariciado por los pulpos mercantilistas del pasado, no, lo que sucede es que los avaros la querían en condiciones tan vulgarmente ventajosas para ellos y tan leoninas para el estado, que hasta los propios colegas, se sintieron avergonzados, de tan macabro negocio. Pero el manejo de la basura no es nada despreciable y muy ventajoso desde todo punto de vista.
Se que en Venezuela a partir de la nueva visión de país que le está impregnando el camarada presidente, a la dinámica económica, saldrán muy pronto; suficientes capacidades intelectuales, para enfrentar y desarrollar el negocio de la basura desde el punto de vista de las E.P.S. ¿Quién será el primer gobernador, alcalde o funcionario competente que tome el toro por los cachos?
javiermonagasmaita@uahoo.es