La visión anacrónica y tergiversada de la oposición sobre El Esequibo

El Preámbulo de nuestra Constitución Nacional establece como principio irrevocable del Estado venezolano la promoción de "la cooperación pacífica entre las naciones" y el impulso y consolidación de "la integración latinoamericana de acuerdo con el principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos." Asimismo, el Artículo 15 del texto constitucional obliga al Estado a establecer una "política integral en los espacios fronterizos terrestres, insulares y marítimos, preservando la integridad territorial, la soberanía, la seguridad, la defensa, la identidad nacional, la diversidad y el ambiente, de acuerdo con el desarrollo cultural, económico, social y la integración."

En sintonía con lo establecido en la Constitución, el programa de gobierno del presidente Chávez estableció en el "Equilibrio Internacional" los parámetros que rigen "una política exterior de nuevo signo" fundada bajo el principio de la integración latinoamericana y caribeña, mensaje que ha acompañado al presidente Chávez en todos los foros regionales donde ha asistido.

"Los países se integran por sus afinidades históricas, culturales y la proximidad territorial, para ampliar sus espacios de actuación en todos los continentes. Los bloques regionales son una realidad incontestable de nuestra era. Pretenden, de ese modo, aumentar su poder de negociación en el concierto de las naciones. América Latina y el Caribe, a partir de sus afinidades múltiples, deben concertarse para defender sus propios intereses. Los bloques no han sido creados para confrontarse los unos a los otros. Responden a la búsqueda de nuevos equilibrios a escala planetaria. Por eso Venezuela impulsa la integración de las Naciones de América Latina y el Caribe. Este ideal no es sólo un mandato de nuestros precursores de la libertad, sino que es también una necesidad de los tiempos actuales. La integración solidaria es un compromiso ético. La solidaridad entre los países no puede ser sustituida por la mercantilización de las relaciones diplomáticas. Venezuela aspira a que se consoliden y desarrollen los actuales esquemas de integración."

En este contexto, la política exterior del gobierno venezolano hacia Guyana ha mantenido que la reclamación de Venezuela sobre el despojo territorial del Esequibo por parte de Gran Bretaña se haga con la participación del Buen Oficiante de las Naciones Unidas a fin de lograr una solución pacífica al diferendo.

Así lo expresó el Jefe de Estado venezolano en su reciente visita a Guyana.

De acuerdo al The Guyana Chronicle del pasado 20 de febrero, el presidente Chávez señaló que "el asunto del Esequibo será eliminado del marco de las relaciones sociales, políticas y económicas de los dos países", mientras que el presidente guyanés, Bharrat Jagdeo, hacía lo propio al manifestar que dejarían "el asunto del Esequibo en las manos del proceso del Buen Oficiante de la ONU."


Fotografía de Winston Ourdkerk
"Un apreciativo presidente Hugo Chávez, agradeció a los estudiantes que lo galardonaron al arribar al Aeropuerto Internacional Cheddi Jagan al inicio de su visita de Estado a Guyana."
The Guyana Chronicle, 20 de Febrero de 2004

Honrando los principios constitucionales, y como parte fundamental de la política exterior venezolana en la región, el presidente Chávez también subrayó la necesidad de trabajar hacia la integración nacional, y enfatizó que su visita tenía como fin "hacer mas fuertes nuestros lazos con Guyana… con la voluntad de auspiciar la integración." Estas declaraciones fueron respaldadas por el presidente Jagdeo al señalar que "ambos países trataran de acelerar y llevar a cabo programas de desarrollo en las áreas económica, social y de agricultura."

Es precisamente en este contexto de integración, solidaridad y cooperación bilateral entre las dos naciones vecinas, que el presidente Chávez manifestó que "el gobierno venezolano no será un obstáculo para cualquier proyecto a ser conducido en el Esequibo, y cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del área. Me refiero a proyectos como acceso al agua potable, construcción de carreteras, programas energéticos y de agricultura", dejando claro además que "para cualquier otro proyecto sensitivo que pueda ser organizado en el área, planeamos contactar inmediatamente a Guyana y revisar los proyectos conjuntamente dentro del marco de la Alta Comisión Bilateral."

Sin embargo, para la oposición apátrida no ha sido suficiente mendigar los servicios del presidente Bush para ver "la llegada de los portaaviones americanos a La Guaira, y esos soldados americanos bien uniformados subiendo por la autopista con sus tanques [y el cargamento de dólares del Bank of America para Italcambio, por su puesto], mientras sus modernos aviones sobrevuelan Caracas, y decretando después de unas pocas escaramuzas el fin de nuestra guerra, y con un plan de reconstrucción nacional debajo del brazo", a decir de Carlos Dorado (El Universal, 5 de Abril de 2003); o que de una buena vez, "¡carrizo, manda los marines para acá y cáele a bombazos a Chávez y sus secuaces!", según Carlos Zubillaga Oropeza (El Universal, 6 de Abril de 2003); o que al menos duplique el presupuesto del Fondo Nacional para la Democracia (NED), como lo pidió en su "State of the Union" del pasado mes de enero, para seguir financiando las organizaciones de oposición encargadas de auspiciar la política
neoliberal de Estados Unidos en Venezuela. La oposición ahora también acusa al presidente Chávez de entregar el Esequibo a cambio del voto del Caricom en la OEA (El NaZional, 22 de Febrero de 2004), de no objetar "más prospecciones petroleras por parte de Guyana en el Esequibo" (El Universal, 23 de Febrero de 2004) y de haber "incurrido en el delito de traición a la patria", según el apóstata Miquilena (Unión Radio, 23 de Febrero de 2004), cuando lo que ha hecho en realidad el gobierno venezolano es permitirle a Guyana desarrollar proyectos de desarrollo "cuyo propósito sea beneficiar a los habitantes del área", o lo que es lo mismo, velar por el desarrollo social de nuestros hermanos guyano-venezolanos.

Esta visión anacrónica y tergiversada de la oposición también revela un carácter xenófobo y racista, ya que su concepto de "soberanía" no solo significa anexar el país a los designios de Washington, sino también marginar y excluir a los habitantes del Esequibo, como ha sido la tradición puntofijista, o expulsar del territorio en reclamación a los chavistas "idiotizados", "patanes fanatizados" y "miseria fecal" - a juicio del ex-bolchevique Antonio Sánchez García (Venezuela Analítica, 13 de Febrero de 2004) - que se identifiquen con la Revolución Bolivariana.

(*)Internacionalista, MA




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Antonio Guillermo García Danglades(*)


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