Gracias a José Saramago por recrearme con su verbo

Ando montado por el sí en Salomón por tierras portuguesas

Cuando uno se monta en algo nuevo, desconocido y poco frecuente por estas tierras y autopistas venezolanas, se goza de la sensación de ser un cornaca que aligera el paso de los años para adaptarse al medio nacional hoy, metido de lleno en la historia de una enmienda inmediata para seguir adelante en busca de un horizonte más seguro como al que llevan a Salomón en El Viaje del Elefante de José Saramago, quien nos recrea con una narrativa refrescante, ágil, llena de eufemismos y palabras no existentes para aquella época en que está plasmada la novela, donde la crudeza del medio en el que el elefante se desplaza como un regalo de don Juan rey de Portugal al primo archiduque Maximiliano de Austria está inmerso en un acto poético que existe cuando ha sucedido y que, es parte de un instrumento político que en comparación con nuestras razones para llevar hasta el final mediante un referéndum la enmienda a la constitución que permita la reelección continua que acerque principalmente de tener al presidente Chávez como participante en la próxima contienda presidencial será nuestro casus belli.

Se vive allá como acá vaciado al presente toda una odisea que pone en contacto a un líder como conductor sociopolítico con una especie proboscidio en que gira el recuento del traslado de Salomón que debe transformarse en Solimán una vez que llegue a su destino que será Austria, en cambio la enmienda va en un elefante poderoso que se agiganta en toneladas de ideas y atracción de un pueblo que actúa con pasos firmes que en lectura espaciada de interés se aproxime a su final para el 15f cuando haremos la gran parada que nos dé el triunfo que se persigue y, tanto Chávez como el cornaca del elefante, se verán retribuidos de la victoria que afiance sus destinos por ambos lados que la Patria les exige y, entonces y sólo entonces, cantaremos uh ah y los vanílocuos quedarán a un lado y se demostrará que “una cosa buena que tiene la ignorancia es que nos defiende de los falsos”, no es así amigo Saramago.

Dares y tomares de año nuevo entre bombas lacrimógenas, según mis amigos: La Hojilla vino más hermanada a Globovisión, todo lo que se dice allá se repite acá y el que no quiere ver el otro canal lo ve en La Hojilla, que buena vaina amigos, ¿se corrige algo cuando la maldad está hecha para los que no ven VTV? Razones tienen sus cotidianos entrevistados de apurar el paso y se explayan en decir todo el ensarte de disparates que les vaya en ganas a sabiendas que será visto y repetido por el canal del estado entre gallos de medianoche y no el de Gaza. ¡Coño como sabe Ravell! Tiene su consejero espiritual.

estebanrr2008@hotmail.com



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Esteban Rojas


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