Camaradas, recordemos Atocha

En la medida que se acerca el 15 de febrero, y sin que esto suene en ningún momento como una posición triunfalista, la perspectiva de la oposición para salir victoriosa en el referendo aprobatorio de la enmienda constitucional, luce cada  vez más incierta. La consigna del despliegue propuesta por Chávez está dando resultados y hasta las encuestadoras que normalmente satisfacen la opción pitiyanqui, reconocen el avance del SÍ.  

En esa misma medida las esperanzas oposicionistas de un triunfo del No se esfuman, y ello crea el marco propicio para que quienes aspiran volver a la Venezuela del pasado, insistan en su menú de atajos, que incluyen la eliminación física del Presidente, y la creación de un estado de zozobra que haga tambalear la confianza que hasta la fecha, la mayor parte de la población ha depositado en Chávez, no sólo como conductor nacional sino como líder que ha aprendido a hacerse respetar en todo el mundo, y con gran influencia en Sudamérica y El Caribe. 

Por ello, además de la protección eficaz del Presidente, quien debe evitar exposiciones excesivas, tenemos que prever cualquier acción terrorista de la derecha, concebida por la creatividad escuálida residente en el exterior, como mecanismo para volcar la tendencia favorable al SÍ en la próxima contienda electoral. Sin que hubiera conexión entre los actores, nadie duda por ejemplo de la relación que se estableció en España entre los resultados de las elecciones presidenciales y la explosión de varias bombas en el metro de Madrid ocurrida el 11-03-04, tres días antes de los comicios.  

Para nosotros la vida de cualquier ciudadano es importante, independientemente de que se localice en la acera contraria. Quienes aspiramos y trabajamos por la construcción de una Venezuela Nueva, donde priven los valores del trabajo, la justicia, la equidad, el amor, la cultura y la alegría, no podemos albergar el odio que invade y amarga a los lideres oposicionistas y a su corral de autómatas que sólo repiten como loros que “no es no” e ignoran hasta la historia reciente del país que habitan. El fracaso de seis gobernantes adecopeyanos que sólo fueron tontos útiles para seguir las directrices del Departamento de Estado gringo, que aumentaron sistemáticamente la riqueza de los ricos y la pobreza de los pobres, justificó plenamente y con resultados a la vista, el ascenso de Chávez a la presidencia, para cumplir un programa nacionalista y bolivariano de mediano plazo, que logre convertir a nuestra Venezuela en una potencia latinoamericana, a través de un proceso que apenas comienza. Por eso Chávez debe continuar y el primer paso es ganar la enmienda.    

Para evitar cualquier atentado que beneficie a los reaccionarios, el pueblo organizado tiene que permanecer en la calle, sin caer en provocaciones, pero vigilante, atento y seguro, como muro de contención ante cualquier locura escuálida.  

camilopalmares@yahoo.com  
 



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Camilo Palmares

Profesor universitario.

 camilopalmares@yahoo.com

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