Lo que hacía falta para colocar al presidente Chávez en la picota de la derecha internacional: ¡es un antisemita! Hoy, 6 de febrero de 2009, “El Nacional en la página 7 del cuerpo C, acompañada con una foto a color, coloca la siguiente nota: “Grupos antisemitas irrumpieron en la concentración judía”, y uno cuando lee el texto se da cuenta de que la hace una manipuladora de siete suelas, LAURA WEFFER CIFUENTES, quien de paso hace de corresponsal en ocasiones para el diario “El País”, de España. Además, “El Nacional” en su página web pone una foto de Chávez con la leyenda: “Judíos, no se dejen manipular”. Simultáneamente RCTV, regodeándose en el vandalismo cometido en la sinagoga lleva a su programa a un connotado representante de la comunidad judía, todo para decir que a fin de cuentas ciertamente el gobierno tiene las manos metidas en lo que pasó en la sinagoga Tiferet Israel, en Maripérez. ¿Qué otra cosa puede hacer un judío en el programa de Miguel Ángel Rodríguez? Entonces, claro, el asunto del atentado, para la inmensa mayoría, tiene un fin muy específico.
Dice doña Laura Weffer que la gente que protestaba trataba de hacer llegar el mensaje a favor de la convivencia y la tolerancia necesaria. “Sin embargo –añade-, el mensaje puede haber tardado en llegar, puesto que justo en el momento en que la comunidad entonaba el himno nacional, pasó un autobús del Metro de Caracas con mensajes a favor de la enmienda constitucional, y al mismo tiempo, los pasajeros de otro vehículo gritaban con un megáfono: "Muerte a los judíos. Ustedes no son venezolanos". Eso lo llama ella grupos “antisemitas que irrumpieron en la concentración judía”. Más clara no puede ser la vil manipulación de esta señora, evidentemente avalada y ordenada por “El Nacional” con el sólo objetivo de alebrestar a la comunidad judía.
Ahora bien, si a un palestino (después de una de esas conmociones que ocurren con frecuencia en el Medio Oriente) lo matan en Madrid, en Buenos Aires o en La Habana, sería muy extraño que saliera por allí a decir que España, Argentina o Cuba son anti-musulmanas. ¿Si matan a un norteamericano en Kenya o en Polonia, en medio de las calamidades que abrasa al mundo, se tendrá que decir que esos países son anti-norteamericanos? Pero además, si se llegan a esos extremos de acusar a alguien de anti-musulmán o anti-norteamericano, aun así, tales señalamientos no son como para poner los pelos de punta y encontrarse en la tétrica y abominable posición de ser en un horrible criminal, un desmadrado blasfemo y sufriendo una terrible condenación mundial.
Abusar del término “antisemitismo” es sumamente grave y la comunidad judía debe ser lo suficientemente responsable como para reclamarle a quienes lo utilizan de tener los suficientes elementos de valor para hacerlo. Porque el quedarse callada ante quienes lo han utilizado a mansalva es contribuir que a la postre tal expresión resulte del todo frívola e irrelevante. Por lo que a fin de cuentas vendrá a ser una manera muy alegre de llamar al odio, de provocar el enfrentamiento entre facciones opuestas. Yo también me he sentido aludido cuando se ha llamado al presidente Chávez antisemita y de que él tiene algo que ver con lo ocurrido en la sinagoga de Maripérez.
Por favor, que se coloque cada cosa en su lugar, y que se detenga la visceral manía de provocar violencia en vísperas de las elecciones del 15-F.
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