Mientras las puertas de algunas universidades nacionales, entre ellas tres del estado Táchira, se han cerrado en el
Nada de reelección indefinida y perpetuación del poder. Eso no está planteado en la propuesta de enmienda constitucional, sino lo que se pretende es ampliar la democracia, los derechos ciudadanos y el afianzamiento del sistema político, como elementos sustentadores de la institucionalidad del Estado. De allí que no se logra comprender la obstinada frustración de algunos rectores y estudiantes que sueñan con prenderle fuego a la enmienda.
De verdad, es lamentable el triste papel desempeñan algunos estudiantes universitarios que, arrastrados por la irracionalidad chamuscan su dignidad, tal vez por dinero o por notas, pero nunca por ideales convincentes. Y cuando digo nota no me refiero a la cocaína y la marihuana, que seguramente le suministran, sino a la posibilidad de sacar una excelente nota en tal o cual unidad curricular. A mayor número de piedras y de cauchos quemados, va la nota. Respecto a esto hemos sido informados que en estas tres universidades tachirenses, desde donde se impulsa la violencia, con el aval de sus autoridades rectorales y de profesores, se está generando esta situación tremendamente dañina para nuestros jóvenes universitarios.
No obstante, pese al incendio, la violencia y la conducta obstinada de algunos estudiantes, vamos rumbo a la enmienda. Acá en el Táchira anda por todos lados. Por la Concordia, Pirineos urbanización Mérida, unidad vecinal, barrio obrero. La vemos pasar raudamente hacia los municipios de la zona norte, hacia la frontera. Por las mañanas cabalga serena y tranquila para ir a los municipios del sur; pero en realidad está por todas partes. El
Politólogo
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