Decía el Che Guevara en una misiva memorable que: “Debo decir, a riesgo de parecer ridículo, que los revolucionarios estamos guiados por grandes sentimientos de amor”
No es un sentimiento de filantropía, para entregar las migajas el día de acción de gracias o en las navidades a algunos pobres, con un repliegue de publicidad.
Para entregarse al pobre con una auténtica satisfacción hay que poseer una sensibilidad de pueblo. Para besar a una anciana rugosa, a una camarada sudada después de una marcha, para estrechar las manos callosas olorosas a agua, a tierra o a sol, para apretar a la niñez y envolverlos en un haz de besos verdaderos hay que sentirse pueblo, y recoger a su vez, la savia de ese pueblo como energía sublime de la existencia.
Sólo el amor engendra la maravilla, sólo el amor convierte en milagro el barro, diría un poeta trovador. El amor es más que un sentimiento de dos o de una familia. El verdadero, el que no soportan los oligarcas y pitiyanquis, es un amor que supera los límites de las naciones y los pueblos, el que se concreta en la lucha de todos los días, el que se hace tangible en la búsqueda de la felicidad humana, no el que se basa en promesas falsas de politiquerías para que la gente vote y después se olvidan de ella, es el que le da cultura a las personas para que sean más libres, es el que les da trabajo para crear riquezas, es el que le dice a los pobres aquí tienes, crea, lucha, ama al prójimo más que a ti mismo, convierte la solidaridad en el modo de existencia de los seres humanos para ser más fuertes. Amor es entrega, dedicación, confianza en el otro, confianza en el pueblo.
Chávez es amor, porque ha dedicado los mejores años de su vida a la refundación de la nueva Venezuela, porque no ha cejado ni un minuto en el empeño de hacer una Patria próspera para todos, porque ha trabajado sin descanso por hacer del amor una obra de felicidad colectiva.
Los hombres van en dos bandos, decía José Martí, los que aman y fundan y los que odian y deshacen.
Los que odian aquí, tienen demasiada ceguera y tan mala memoria que han olvidado la Historia y quieren transmitir esa amnesia al pueblo que desprecian.
Los que aman, Chávez y el pueblo agradecido, están montados en el carro de la Historia, en su marcha indetenible hacia una Venezuela más próspera y segura.
¡Los que aman, fundarán el futuro y asegurarán la gran Patria a sus hijos y nietos!
¡Los que aman, serán otra vez los soldados que subieron los andes con Bolívar!
¡Los que aman serán, otra vez multiplicados, los que un día de gloria rescataron al presidente de sus captores!
Los que aman demostrarán como decía una vieja canción de los 70 que el amor es la fuerza que mueve la tierra.
¡Los que aman, saben que su voto es el SÍ por el futuro ¡
Los que aman ayudarán a todos a comprender que en esta hora se decide entre el bien y el mal.
Los que aman irán a votar SÍ para demostrar que quieren Patria.
Los que aman no esperaran el llamado de la Patria: acudirán por convicción a votar Sí al amor y por el jamás ni nunca al odio.
Los que aman, saldrán en cuadro apretado y no abandonaran la lucha hasta la medianoche del día 15.
Los que aman no descansarán ni un minuto hasta el día 15, para celebrar después una semana de amor.
Los que aman estarán eternamente junto a Chávez porque es el hijo más auténtico de este pueblo y a su vez, su más amoroso maestro.
¡Los que aman, votaran por el SÍ el día 15 bien temprano, confiando en la democracia más justa y transparente!
Los que aman, gritarán con nuestro presidente:
¡Patria, Socialismo o muerte!
SÍ ¡Venceremos!
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