Muchas veces lo advirtió el presidente Hugo Rafael Chávez Frías en la campaña de gobernadores, alcaldes y diputados del 23 de noviembre: dónde gane la oposición solo habrá conspiración, saboteo e intentos de erradicar el trabajo logrado durante el desarrollo del proceso bolivariano.
No tuve ni creo que ningún revolucionario haya tenido dudas sobre lo que el comandante le decía a sus seguidores, sin embargo, en casos como Zulia, Táchira, Carabobo y el Distrito Capital, las votaciones no favorecieron la opción del chavismo y actualmente mi pregunta es la del Chapulín Colorado: Y ahora, ¿quién podrá defendernos?
Una a una se cumplen las advertencias del presidente Chávez, ahora acentuadas de cara a la enmienda que se realizará el domingo, con los intentos de desabastecimientos alimentarios, disturbios estudiantiles, ataques con explosivos y la expulsión de padres y madres de familia de gobernaciones y alcaldías, en la cual me incluyo, porque en el ayuntamiento de Maracaibo ha sido terrible la venganza de los opositores luego de llegar victoriosos. Muchos tuvimos que abandonar los cargos para no ser humillados y vejados por los secuaces de Manuel Rosales.
Sé, como lo acabo de expresar, que el máximo líder de la revolución bolivariana lo dijo hasta el cansancio, en cada una de sus discursos, sobre todo aquí en Maracaibo, donde no dejó de repetir que Rosales era un fiel ejemplo de corrupción. Incluso, lo retó a ver quien duraba más tiempo en la política y lo calificó de desgraciado, luego que efectivos de la custodia presidencial apresaran a dos espías que el alcalde marabino le infiltró en la inauguración de un acueducto en el municipio Mara.
Y es que nunca se dejaron de presentar evidencias de corrupción y hasta conversaciones telefónicas que mostraban como Rosales despilfarraba millones sobre millones de bolívares, como si se tratase de dulces en una fiesta infantil, sin embargo, logró el ayuntamiento sobre el candidato del Psuv.
Ciertamente, a pesar de las advertencias del Presidente y el juego de una democracia honesta, con un Consejo Nacional Electoral de incuestionable transparencia, nos ganamos a Manuel Rosales. A diferencia del resto de los municipios del Zulia, en Maracaibo obtuvo una mayoría de votos, que terminaron revirtiendo los resultados en la región.
Eso hay que reconocerlo. Y quizás es como dicen por ahí: cada pueblo tiene lo que se merece y aquí elegimos a Rosales, pero también me parece injusto que una buena cantidad de marabinos que desde la aparición de Chávez en la escena política estamos resteados con la revolución y que pusimos todo el empeño para que Di Martino fuera gobernador y Henry Ramírez, alcalde, actualmente nos encontremos a la deriva, sin trabajo.
Por lo menos, a mí sólo me falta encadenarme en las instituciones públicas, supuestamente revolucionarias de Maracaibo a ver si me dan trabajo. A pesar de mis 20 años en el periodismo y mi consecuencia con este proceso, ni siquiera encuentro esperanzas.
Entrego el currículum, lo envío a través del portal de Cantv, que brinda la posibilidad de entregar los datos para obtener empleo, pero no concreto algo. Así desde noviembre, hay unos cuantos revolucionarios con un destino incierto, esperando que las instituciones gubernamentales nos tiendan la mano.
Además, se nos hace difícil trabajar en otra parte, porque por ejemplo, mi condición de periodista y articulista me hace un chavista público ¡y a mucha honra! ¡Hay que votar por el Sí!, pero si el currículum cae en manos de un opositor infiltrado que sabemos los hay en instituciones tanto públicas como privadas, imagínense ustedes, amigos lectores, donde irá a parar este documento, con todo y mi foto, y mi trayectoria durante 20 años de experiencia.
Así que sin más nada que decir por ahora, me despido anexando mi currículum, por si algún representante revolucionario de las instituciones existentes, tiene por ahí un cargo vacante y consciente de que Aporrea no es agencia de empleo, pero si el portal digital revolucionario más leído en este país y el exterior.
(*) Periodista
albemor60@hotmail.com