Con una participación superior al 70% y un comportamiento cívico ejemplar, el 15F lo venezolanos hicimos historia al aprobar la primera enmienda constitucional, mediante el ejercicio de la democracia refrendaria directa. Atrás quedaron los tiempos de la IV República en los que la élite política, hacía, reformaba o enmendaba la carta magna en conciliábulos parlamentarios, de espaldas a los ciudadanos, conculcando la soberanía popular. Esta nueva jornada democrática ha fortalecido la nueva institucionalidad sustentada en los principios de la democracia participativa y protagónica.
La oposición, al aceptar su derrota, reconoció que lo aprobado no es la “reelección indefinida” sino la “postulación indefinida” y que por tanto, habrá nuevas oportunidades para competir. Al final, nuevamente la verdad ha resplandecido frente a las mentiras y la manipulación mediática. Este es un nuevo revés político sufrido por quienes todavía subestiman el nivel de conciencia política alcanzado por nuestro pueblo.
Debemos felicitarnos por contar con un poderoso sistema electoral 100% automatizado, transparente, auditable, validado nacional e internacionalmente y absolutamente confiable. Esta es la herramienta que garantiza la vigencia efectiva del ejercicio de la democracia en todos los ámbitos de la vida ciudadana. Por ello, debemos cuidarlo y mejorarlo progresivamente, como acertadamente lo viene haciendo nuestro Poder Electoral.
Es urgente atender el llamado del Presidente Chávez a enfrentar, a través de la aplicación de las 3R, el burocratismo, la corrupción y la ineficacia en el seno del gobierno. Sería un error pasar por alto que aún cuando se amplió en 2.75 % el margen de votos entre gobierno y oposición al pasar de 7 % (23N) a 9.75% (15F), éste, aún está muy por debajo del 25% correspondiente a los comicios presidenciales del 2006, cuando el Presidente fue reelecto con 7.3 millones (62.84%). El 15F obtuvimos 1 millón de votos menos que en esa oportunidad. Esta realidad nos obliga a realizar un análisis crítico y autocrítico profundo. Solo esa conducta nos permitirá hacer irreversible ésta revolución.