Cuando el Presidente Chávez tomó la iniciativa de convocar una Asamblea Constituyente para elaborar una nueva Carta Magna que contemplara todos los derechos que él había prometido durante su campaña electoral y que a la vez redujera algunos de los groseros privilegios que amparaban a ciertos ciudadanos, se originó una fuerte campaña entre los ¡y que líderes! de la ¡y que oposición! quienes argumentaban lo innecesario de tal medida y lo siguieron haciendo en forma descarada hasta inmediatamente después del golpe de estado de abril de 2002. A partir de esa fecha no se podía encontrar uno con alguno de estos seudo líderes que no cargara su librito en el bolsillo e hiciera apología del mismo, y tanto más la hacía cuanto más envuelto se había visto en el citado golpe, y fue así como de la noche a la mañana dicha constitución de la República Bolivariana de Venezuela devino en “la mejor Constitución del mundo”, posiblemente porque pensaban que preservaba los derechos de los golpistas de forma que jamás lo hubiera hecho la recién derogada Constitución de 1961, lo cual si bien es parcialmente cierto, no hay que dejar de reconocer que la vieja Constitución también los garantizaba, hasta cierto punto, si no se hubiera convertido en letra muerta desde el mismo día en que fue promulgada y la cual sólo servía para que los mandatarios de turno la violaran a discreción, a tal punto que a Gonzalo Barrios, máximo jerarca de AD durante casi toda la IV-R, además de la frase “en Venezuela no hay ninguna razón para no robar”, se le atribuye la de que “la Constitución se hizo para ser violada”.
El caso es que el instrumento diseñado para servir al pueblo fue acogido por sus ahora amigos, quienes prácticamente lo han convertido en un fetiche con el que, además de protegerse pretenden asustar al pueblo para el cual fue diseñado, fundamentalmente, y tratan de engañarlo haciéndole creer que cualquier modificación que pretenda hacérsele a la CRBV está pensada en función de perjudicarlo, prédica que si bien no ha logrado calar en el pueblo el cual conoce bien las intenciones del Presidente respecto a él, en cambio sí ha logrado hacer presa fácil en un amplio sector de las clases económicamente más pudientes pero de mentes infofrénicas, que se encuentran totalmente obnubiladas, de tanto ver globoterror.
Dentro de este último grupo figuran unos individuos que realizan denodados esfuerzos, dignos de mejor causa, rebuscando argumentos para oponerse a cualquier tipo de iniciativa proveniente del gobierno para modificar aspectos puntuales de la CRBV que van en provecho del pueblo, y se devanan los sesos buscando argumentos para justificar que cualquier medida que vaya en favor del pueblo, va en contra de la CRBV y, en consecuencia, en contra de ellos que la han asumido como un escudo que puede defenderlos contra cualquier tropelía que puedan cometer. Y es así como en el lapso relativamente breve de diez años, personas de la tercera y la cuarta edad han abandonado sus profesiones y se han enfrascado en “concienzudos” estudios autodidactas que los han llevado a convertirse en abogados constitucionalistas capaces de enfrentarse a los más brillantes de cualquier foro, los cuales cuando sus juicios no coinciden con los suyos (como ocurre la mayoría de las veces) los descalifican como ignorantes servidores del “Rrrrégimen” mientras otros han recurrido a las ciencias ocultas para predecir el término del sátrapa y así por el estilo, pero a pesar de todo cuanto inventen NO VOLVERÁN.
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