Al día siguiente de la batalla por la aprobación de la Enmienda Constitucional, en plena madrugada, el Comandante Presidente Hugo Chávez resumía las tareas inmediatas de los revolucionarios en dos: ataque frontal contra la inseguridad personal, desbordada como está, y revisar, rectificar y reimpulsar la revolución socialista, a fin de darle la mayor suma de felicidad posible a nuestro pueblo. Dichas palabras, se fueron a saco roto, no tenemos noticias de algún órgano gubernamental que haya restablecido las tres R en su interior, incluyendo al partido de la Revolución, el Psuv, valga decir, nunca antes vimos, con tanta claridad, la soledad que acompaña a nuestro Comandante Presidente en su empeño de llevarnos a, todos y todas, transitar hacia la sociedad del futuro, la sociedad socialista.
El tema de la inseguridad sigue siendo una tarea ineludible para esta Revolución que ve cada fin de semana como se llenan las morgues de compatriotas caídos en manos de la delincuencia, falta mayor coordinación central camarada Aissami, un Comando Operacional Nacional es fundamental para esta batalla por garantizar el derecho a la vida que merecemos todos quienes residimos en esta República Bolivariana de Venezuela. Asimismo profundizar y acelerar la implementación de la Ley de Policía Nacional, para que no continúen ocurriendo deserciones como la del Alcalde de Tomás Lander, Ocumare del Tuy, el camarada Julio César Marcano, quien afirmó el pasado 5 de marzo: “Me declaro incompetente para resolver sólo el problema de la inseguridad…”, siendo el Municipio que le ha tocado dirigir sino el más peligroso del país, uno de los principales. Así que, camarada Aissami, pónganse al frente de esta batalla convoque Alcaldes y Gobernadores, incorpore a los Consejos Comunales, impulse los Consejos de Prevención, sin participación popular no habrá victoria en esta frente de batalla por la vida.
Continuando en su soledad, el Comandante Presidente, habida cuenta que sus colaboradores inmediatos han pasado por alto el llamado a las tres R, ha optado por impulsarla él mismo, así que hasta la Asamblea Nacional recibió lo suyo, diciéndoles una gran verdad, trabajen cuerda de flojos, más o menos, fue lo que les dijo el Comandante Presidente, al exhortarlos a que le presten más ayuda, a que aprueben las leyes que la Revolución necesita para su transformación. Ejemplos sobran, así tenemos la Ley del Trabajo, van para tres años oyendo hablar al camarada Orlando Castillo que el año próximo se aprueba y nada que se aprueba, tanto que al oírlo hablar sobre el mismo cuento, el pueblo ha optado por apagar el televisor o la radio. En igual situación, están los asambleístas de la comisión de educación, y allí tenemos a las universidades públicas en manos de la oposición haciendo y deshaciendo, como bastiones de las posturas más retrógradas de nuestra sociedad y de ello son responsables nuestros asambleístas que, pese a contar con mayoría absoluta de revolucionarios, no legislan.
Y en este cuadro de impulso a las tres R, el Comandante Presidente Chávez produjo una decisión que pasó por debajo de la mesa, valga decir, no se le dio la importancia adecuada, que fue la eliminación de algunos ministerios y la fusión de otros, así como el nombramiento de nuevos ministros, uno de los cuales fue muy celebrado por nuestro pueblo, como es la designación del camarada Eduardo Samán en el Ministerio de Comercio, quien venía dirigiendo desde Indepabis, la batalla contra la conspiración de los monopolios de alimentos, muy en particular, empresas Polar, al reducirnos el acceso al arroz blanco, alimento esencial en la dieta de nuestro pueblo.
En el plano laboral, la designación de María Cristina Iglesias en Min Trabajo, lanza una señal positiva para el movimiento de los trabajadores, se trata de una camarada con conocimiento del tema, quien tiene excelentes relaciones con los factores en pugna en el área sindical, recuérdese que el anterior contrato colectivo de los trabajadores públicos se firma en su gestión al frente de este ministerio. Una de sus primeras decisiones tiene que ver con la designación de Jhonny Picone Briceño como presidente del Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inpsasel), institución que se había venido a menos, con toda la carga de riesgo que ello significa para la vida de los y las trabajadoras de la patria. Consideramos que una de sus primeras tareas debe ser la instrumentación de políticas tendientes a garantizar el cumplimiento de la Lopcymat en todos los organismos públicos y privados, a manera de dato le sugerimos, meter la lupa en las universidades autonómas, ajenas como están, al cumplimiento de este compromiso legal, con todo el riesgo que ello significa para esta masa laboral.
La tensión laboral que se había acumulado, comienza a disiparse en acuerdos con los llamados tecno burócratas, quienes han comprendido que, por ahora, las condiciones no están dadas para confrontar una clase obrera que ha comprendido que en la alianza de los factores revolucionarios está la clave para el logro de sus reivindicaciones. Así, tenemos acuerdos en el Metro de Caracas, en las universidades nacionales, quedando por resolver situaciones en las empresas básicas de Guayana, los empleados públicos y otros, pero el clima de tensión comienza a relajarse y el diálogo comienza a imponerse como mecanismo de solución efectiva de los problemas engendrados por un equipo gubernamental que no ha estado a tono con la eficacia y eficiencia que siempre viene exigiendo el Comandante Presidente, quien no escapa a nuestra crítica, ya que su expresión del pasado 5 de marzo, desde el Estado Bolívar en que expresó que: "El que pare aquí una empresa del Estado se está metiendo conmigo", amenazando con militarizar las empresas del Estado si las paran, no cuadra con el espíritu socialista que ha venido marcando este Gobierno Revolucionario, incluso violatorio de la Constitución Bolivariana que garantiza el derecho a huelga y a la contratación colectiva, y dejando entrever una desviación bonapartista de un Gobierno que en estos diez años se ha caracterizado por un amplío espíritu democrático, mucho cuidado pues! Comandante, con esas desviaciones, recuerde que la pequeño burguesía que desborda su gobierno, en la chiquitica lo deja solo a expensas de la oligarquía, mientras que el pueblo trabajador siempre estará ahí, dando su vida por usted.
Como hecho positivo, debemos apuntar, el debate abierto en el seno de la masa laboral, mientras algunos han corrido a aliarse con el enemigo de clase, como lo ha hecho el ex camarada Orlando Chirinos, quien desviándose de sus orientaciones políticas mantenidas hasta no hace mucho, sale al salvatage de la moribunda CTV, y de la defenestrada AD, construyendo un frente de lucha con la derecha; en contraposición, los factores revolucionarios que hacen vida en el sector sindical, han iniciado un debate sobre la necesidad de un nuevo sindicalismo, de nuevo tipo, revolucionario y socialista, Lenin orienta mucho sobre las características que deben definir al nuevo sindicato: “El trabajo de los sindicatos –añadía– no debe ser efectuado con el espíritu de la neutralidad, sino en el establecimiento de unos vínculos cada vez más estrechos entre los sindicatos y el Partido Socialdemócrata”, Lenin consideraba a los sindicatos como importantes eslabones y palancas que ligan al Partido con las amplias masas trabajadoras, valga decir, el Psuv no debe desentenderse de la actividad sindical, por ello, recibimos con agrado la conformación de los frentes sociales del partido de la Revolución venezolana, y el partido debe ser escenario de unidad, debate y confrontación de ideas, para resurgir como una sola voz hacia la constitución de la organización sindical que reclaman los trabajadores se construya, para a través de ella, garantizarse el disfrute de sus beneficios contractuales y establecer mecanismos de relación con el Gobierno Revolucionario, siguiendo con Lenin, quien definía a los sindicatos como “reserva de poder estatal”, como "la asociación indispensable de los obreros para el paso progresivo de la dirección de toda la economía del país, primero a manos de la clase obrera (y no de profesiones aisladas) y después a manos de todos los trabajadores". Lenin rompe con la concepción “neutralista” de los sindicatos de la socialdemocracia alemana, es decir, la división tajante entre los sindicatos (organizaciones económicas) y el partido (organización política) ya que ve cómo a partir de la revolución rusa de 1905, lo político y lo económico, tienden a unirse en el seno de los sindicatos. Por ello, plantea que la clave está en acercar los sindicatos al partido. Podemos concluir entonces que, la independencia de los sindicatos del Estado, está estrechamente ligada a la relación de éstos con el partido revolucionario.
Y mientras los trabajadores de la patria seguimos dando nuestro debate, el Comandante Presidente Chávez en su revisión, rectificación y reimpulso interior, debe considerar muy en serio las palabras del camarada Marciano en su columna del Vea, del pasado domingo 15 de marzo, las cuales hacemos nuestra: “Este escribidor realmente no sabe si Chávez está consciente de sus debilidades. Todo indica que lo está de sus fortalezas. Pero habría que reflexionar si su poder es suficiente para conjurar algunos peligros que existen. CITO DOS: 1) Confianza ilimitada en colaboradores que definitivamente no dan la talla, y 2) una administración pública que es pura chatarra. Los tiempos que vienen obligan al Comandante Presidente a ajustar su plantilla. A hacer riguroso seguimiento de la gestión oficial. A sincerar el funcionamiento de la burocracia. No es que Chávez sea tonto y se deje engañar: ¡jamás!; pero de que lo engañan, lo engañan. Es el mismo caso de las brujas: de que vuelan, vuelan…”
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