En Venezuela la especulación, más que un fenómeno coyuntural derivado de los desequilibrios estructurales entre la oferta y la demanda, se ha instalado como el modo en que comerciantes usureros hacen dinero rápido y fácil.
La batalla contra la inflación se da estratégicamente en el terreno de las políticas macro y microeconómicas para darle sostenibilidad al crecimiento económico, y tácticamente, mediante la fiscalización y regulación del mercado. Las distorsiones que introduce el apetito voraz de los especuladores en la formación de los precios tiende a neutralizar cualquier esfuerzo estabilizador. A ello se agrega el factor "p" representado por el interés manifiesto de algunos sectores del empresariado en desestabilizar el Gobierno, mediante la creación de expectativas de escasez a través de la manipulación mediática combinada con campañas soterradas de terror.
La especulación es para ellos un instrumento de hacer política con "p" minúscula.
La revolución bolivariana persigue transformar el modelo capitalista rentista-dependiente, a través de la implantación de un modelo socioproductivo endógeno diversificado socialista. Para lograr ese objetivo se requerirá de una maduración de varios años, y su viabilidad política y social dependerá de la capacidad del Estado y la sociedad en su conjunto de amarrar el demonio de la especulación. En esa lucha, es esencial lograr una cada vez mayor transparencia en la formación de los precios.
En el combate a la especulación, Indepabis debería exigir a los fabricantes y comerciantes el cumplimiento de la obligación legal de colocar el PVP en los productos, y fiscalizar los sistemas de facturación que utilizan códigos de barra. Muchos supermercados, superfarmacias y comercios en general, progresivamente han venido eliminando el PVP, sustituyéndolo por dicho código. Esto les ha permitido incrementar el precio a discreción, con una simple reprogramación fraudulenta de su sistema administrativo automatizado, utilizando como referencia para el recálculo, el "dólar paralelo", aun cuando los bienes puestos a la venta han sido adquiridos o producidos con dólares de Cadivi.
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