¡Todo bieeeeenn!! ¡no hay peeeoooo!
-Se escucha a cada rato en la noche oscura del barrio-
Aaaaagua!! Aguuaaaa!
-Se escucha y se cierran las ventanas y se apagan las luces-
-suenan los disparos..-
El garitero es un adicto que se encarga de cantarle la zona a los jíbaros a cambio de su dosis necesaria de droga.
Es un puesto de trabajo cuya paga es directo en droga, tantas piedras por hora, o tanta “H”, o monte, según el patrón a quien le sirvas.
Cualquiera que este leyendo esto y viva en un barrio conoce lo que es esto.
Es la dramática situación de un país que diariamente se hunde en un pantano.
¡Toodooo bien!! Es que no hay güiro, que se despache sin peo, cero tombo a la redonda…
¡Aaaagua!! Es que vienen los pacos, la redada, el entrompe, los disparos…
El primero en desaparecer, es el jíbaro.
El garitero protege a quien lo envenena, a quien lo destruye.
En este oleaje transcurren las noches en nuestras barriadas, con un comercio que a diario nos aniquila.
El negocio clandestino de la droga es rebusque de muchos. Son víctimas y victimarios.
Tanto unos como otros son esclavos al servicio de los narcos. Es el pueblo estupidizado, aniquilándose el mismo. Envenenándose el mismo. Noche a noche van subiendo como Zombisss, esqueléticos conciudadanos, a los bloques del 23, de Pinto, de la Silsa, en Petare, en toda la patria, como una sombría peregrinación, a buscar su dosis de veneno.
Venezuela esta siendo destruida con un descaro absurdo, todos lo vemos, lo sufrimos, esa gran fábrica de desechos humanos no se detiene jamás. Si haaayyy!! 24 horas al día.
Toodooo biennn! ¡no hay peoooo!!!
Mi patria se desangra entre mis manos… mi pueblo está siendo aniquilado.
Despertemos todos, lo imploro, despertemos…
Despertemos para desarmar esta pesadilla!!!!
brachoraul@gmail.com