Cuándo se entenderá que es un total contrasentido hablar de “medios privados” y “libertad de expresión”, y esto viene a cuento por esas expresiones que reiteradamente dice el Presidente de que él no va a seguir siendo el rey de los pendejos. Apenas lo dice, Globovisión se mofa de él y se ríe de todos nosotros. Realmente este canal tiene montada la mayor central de guasa y vulgaridad contra el gobierno jamás vista en ningún otro lugar del planeta. Y a ese pertinaz ventilador de nauseabundas cacas la llaman medio de comunicación. No nos joroben. Es decir, con todo respeto, cada vez que veo a Globovisión funcionando a todo vapor con sus lacras renovadas y multiplicadas en ferocidad por mil, descubro la dimensión de mi enorme capacidad de ser pendejo. Es casi como ver en un espejo, mi carota boba, ridícula e imbécil.
Venezuela históricamente ha sido una de las naciones más pendejas del planeta y por eso nos quitaron medio territorio los maulas colombianos y los ingleses. Un verdadero holocausto moral. Por eso nos inventaron una deuda externa de más 30 mil millones de dólares. Por eso nos gobernaron adecos y copeyanos durante 40 años. Por eso los colombianos se llevan nuestra gasolina y nuestros alimentos por la frontera. Por eso nos convirtieron en los mayores bebedores de whisky de América Latina. Por eso nos obligaron a regalarle nuestro petróleo, hierro y minerales preciosos a Estados Unidos, y nos hicieron dependiente más allá de todo delirio de sus modas, de sus comidas, de su tecnología.
Aquí nos han tomado por pendejos Miquilena, Luis Velásquez Alvaray, Baduel, el Ismael García, Ravell, Granier, Bobolongo, y todos los días la SIP. Y de eso viven.
Y usted nos perdona, señor Presidente: pero nos cogieron por pendejo el 11-A en cuanto usted llega y le saca el crucifijo a los medios escuálidos perdonándolos; en ese momento quedamos petrificadamente, momificadamente, descojonadamente, como condenados de la tierra a tener que tragar la mayor cantidad de bazofia mediática que un grupo de degenerados haya podido confeccionar para 25 millones de pendejos. El libro “1984”, de George Orwell es en realidad una triste parodia de lo que aquí ha pasado y pasa todos los días con el fulano GRAN HERMANO CERDO. También, y nunca lo debemos olvidar: nos cogieron por pendejo tanto la FARC como Uribe en el llamado canje humanitario. Y lo de la computadora de Reyes fue una brutal creación para pendejos descomunales, al igual que lo del maletín del gordo Antolín. El rosario de pendejadas que nos han metido es infinito. Vivimos en fin, apendejecidos, y esa es una de las peores HECATOMBES que enfrenta este país.
¡Por Dios santo!, que lo primero que ven todos esos extranjeros negociantes que vienen a este país es la enorme cara de pendejos que tenemos. ¡Cómo he luchado en lo particular contra ese apendejamiento generalizado! Toda la vida. Siin embargo no pasa un día en que no caigamos ante algún timo, ante alguna muy bien elaborada argucia, miserable, ante alguna traición. Cada venezolano lleva el gen del pendejo al nacer. Y en verdad que esa debe ser la gran lucha nuestra: sacarnos ese gen, destruirlo en el vientre, hacer que nazca un hombre y una mujer que no cargue ese vil cáncer en la sangre, en el alma. Aquí en toda nuestra historia sólo hemos tenido un hombre que no tuvo una pizca de pendejo y ese fue el gran Simón Bolívar que quiso con el Decreto de Guerra a Muerte establece un ante un después de la Venezuela envilecida, ultrajada y colonizada por los españoles.
De 1830 en adelante se desató la bobería, la plaga voraz de los “vivos” que en el fondo son los más pendejos del planeta. Esos que creen que todo lo saben y que todo lo controlan. Y basta con que uno viaje, se aleje un poco de este terremoto de pendejos al por mayor para uno enterarse cómo nos exprimen los comerciantes nuestros, cómo engañan al gobierno con el asunto de los dólares y las facturaciones dobles, como nos meten gatos y ratas por liebre. Cúcuta, por el asunto de las divisas que entrega CADIVI a los turistas, le sacó al gobierno más de tres mil millones de dólares el año pasado. Increíble y degradante, era ver ese mar de venezolanos desquiciados comprando cuanta mierda se le atravesaba porque era muy barato, una segunda versión pero multiplicada por cien del Miami aquel de los setenta: “ta barato, dame dos”.
Pero volvamos al tema que nos ocupa en relación con el gran apendejamiento que mostramos ante Globovisión: si uno lee la prensa mundial controlada por las grandes multinacionales de la información privadas, se podrá constatar que todas están perfectas uniformadas en sus titulares, opiniones, anuncios y críticas, y la conclusión que se saca es que ¡REALMENTE EXISTE EN EL MUNDO UN SOLO PERIÓDICO, UNA SOLA RADIO Y UN SOLO CANAL DE TELEVISIÓN DE NOTICIAS!
Y esto pareciera que todavía le cuesta a la gente nuestra entenderlo; por ello en Venezuela hemos sufrido y sufrimos un pertinaz terrorismo por todos los medios privados.
¿Qué tiene que ver la libertad de expresión con empresas cuyo fin es:
1- Vender. Obtener ganancia de lo que publicitan?
2- Mantener buenas relaciones con los que les dan pautas (por lo que jamás podrán decir nada que les moleste, que les incomode)?
3- Dominar el mercado e imponer sus productos?
4- Sostener un solo tipo de proyecto económico que es precisamente el del libre mercado?
Entonces todos estos medios tienen que luchar a muerte contra cualquier programa político que intente limitar la mentira y el engaño. Por eso los medios celebraron cuando la EXXON nos demandó, porque de esa transnacional dependen miles de firmas comerciales en el mundo, y resultaba una cuestión de negocio para todos los medios que viven de ellas defender a la EXXON y atacar a muerte al gobierno venezolano. Y así por el estilo son todas y cada una de las noticias que salen en los periódicos y en los canales de televisión.
Yo sobre esto he escrito miles de páginas y varios libros, lo he denunciado por La Hojilla y por cuanto medio tengo al alcance, pero realmente nadie me hace caso. Y me asombra que nadie lo mencione: ni Luis Brito García, ni Earle Herrera, ni Jesse Chacón, ni Isaías Rodríguez, nadie, nadie. ¿Será acaso el mismo problema del bendito gen? Vaya. Que vaina.
jsantroz@gmail.com