Clinton convocó la primera “Cumbre de las Américas” en Miami, 1994, para legitimar el proyecto anexionista neocolonial del ALCA, previo ablandamiento de los estados de ALC realizado por el FMI y el BM en los 80`s, cuando la crisis de la deuda agobiaba a los países de la región. Estos, gobernados por élites catequizadas por el “dogma neoliberal”, con economías fuertemente afectadas por el estancamiento, la inflación, el déficit fiscal y el peso de la deuda externa, sucumbieron al chantaje de esos organismos, los cuales impusieron sus draconianos programas de ajustes acompañados de procesos de privatización, desregulación y desnacionalización.
La segunda Cumbre (Chile, 1998) reafirmó el ALCA, cuando aún no había cesado la onda expansiva de la crisis financiera asiática (1997) y en ALC se sentía con rigor los terribles efectos socioeconómicos derivados del paquete neoliberal. Con el triunfo del Presidente Chávez, se marcó el inicio de un cambio en el liderazgo político regional enfrentado al ALCA y a favor de construir la integración de ALC, con vista a la formación de un polo geopolítico regional con capacidad de establecer una relación soberana, equilibrada y justa con USA. Ese cambio se expresó inicialmente en la reserva que hizo el Presidente Chávez en la declaración de la tercera Cumbre (Quebec, 2001).
En la cuarta Cumbre (Argentina, 2005) se conformó un bloque Mercosur-Venezuela que enfrentó e impidió la legitimación del ALCA, gracias a los nuevos liderazgos progresistas y de izquierda, surgidos del despertar de los pueblos del cono sur.
En la última cumbre (Trinidad, 2009) se anunció “una nueva era de respeto y cooperación en las relaciones hemisféricas”. El bloque del ALBA, a pesar de que saludó como positivo el discurso de apertura del Presidente Obama, no aceptó la declaración final por no estar explícito en ella el rechazo al bloqueo a Cuba y por no darle una respuesta a la crisis. En esta oportunidad, además de reflejarse los cambios políticos en ALC, se evidenció un cambio en el discurso de USA, cuando manifestó su intención de “no continuar interviniendo en la región”. Amanecerá y veremos.
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