Desde que comencé a leer APORREA dejé de interesarme por cualquier otro medio. Dejé de lado para siempre, y perdí todo interés por aquellos periódicos que llegaron a constituir para nosotros los jóvenes del 60, 70, 80 y 90, la esencia de la información, del debate político y de la cultura. Aquellos periódicos en los cuales constituía un ideal supremo, para los que llevamos en la sangre el virus de la plumitis, el lograr ser colaborador algún día. Llegué a ser colaborador, en la década de los 80 y 90, de periódicos como “El Nacional”, “El Globo”, “La Razón”, “El Vigilante”, “Frontera”, “El Diario de Los Andes”, “El Nuevo País”, entre otros. Para “La Razón”, durante varios años, publiqué entrevistas a páginas completas de muchos escritores y políticos. Hoy veo esas bazofias y para nada me interesan, y cuando me meto en la red lo primero que hago es buscar Aporrea. Y lo que diga Aporrea, tanto sus noticias como sus articulistas constituye para mí la base de lo que realmente está aconteciendo en el país y en el mundo. Mi primer contacto con Aporrea fue en el 2002 a través del camarada Martín Sánchez, a quien de paso, entrevisté en ese entonces para “La Razón”.
Del 2002 a esta parte llevo publicados en Aporrea más de 2000 artículos que deben dar para varios volúmenes si se recogiesen en físico. Allí está una gran parte de la memoria de los últimos años de este país. En este sentido Aporrea constituye un archivo histórico de primer orden al que tendrán que acudir todos los que tengan que investigar sobre este segmento vital de esta segunda oleada bolivariana de nuestra independencia.
Al mismo tiempo debe destacarse la enorme responsabilidad de Aporrea para la selección de materiales, reconocer que ha debido ser agotadora, exigente y terrible, no siempre exenta de algunos errores inevitables. Por Aporrea ha discurrido toda clase de meritorios revolucionarios que antes nunca tenían donde escribir, teniendo cualidades excelentes para el análisis político, el económico y el cultural. Todos aquellos luchadores con cualidades valiosas para la escritura, que nunca les aceptaron, por ejemplo, un trabajo en “El Nacional”, hoy pueden exponer sus ideas por Aporrea. Y todos nos alimentamos y aprovechamos de ese conocimiento que además le estaba vedado al pueblo. Aporrea, en medio de grandes dificultades, porque recuerdo que una vez hizo un llamado para recoger recursos, ha sabido resistir, ha sabido vencer y aún mantenerse como el portal más visitado en Venezuela y en el mundo que trata las noticias y las opiniones más importantes sobre la revolución bolivariana. Téngase en cuenta que más de tres mil medio alternativos ha desaparecido desde aquel 2002 cuando hubo brote entusiasta de luchadores que crearon periódicos y programas de radio. Lamentablemente no pudieron subsistir.
¡Cuántos males han sido prevenidos desde este sitio, de Aporrea!
¿Cuántas conspiraciones han sido desveladas desde Aporrea? ¿Cuántos farsantes con altos cargos han sido denunciados desde este portal, y que sus cabezas cayeron precisamente por las denuncias lanzadas desde Aporrea? Cuántos males desde este sitio se le ha evitado a la patria. Con un olfato preciso desde Aporrea se alertó de las actividades contrarrevolucionarias de personajes como Luis Velázquez Alvaray, Raúl Isaías Baduel, Fernando Báez y muchos otros que acabaron dando espantosos saltos de talanquera. Sólo un rápido comentario de un portal de portales, de un vigoroso centro de discusión y de análisis. Yo consideraría obligatorio para todos los miembros del PSUV la lectura de APORREA. Allí encontraremos luces, ideas, formación e información política. Pues bien, mis felicitaciones, queridos y valientes aporreadores.
jsantroz@gmail.com