La salud hoy en Venezuela

He afirmado que si hay un sector de los servicios públicos, en el cual el gobierno del presidente Chávez nunca ha encontrado la brújula, es el del campo de la prestación de los servicios de salud de la población. Los venezolanos hoy sufrimos la desatención del sector y, sobre todo, la ausencia de algo que se parezca aunque sea un poco a un sistema de salud. Parte de las responsabilidades está en la ignorancia, negligencia y pusilanimidad de la mayoría de quienes han dirigido el Ministerio de Salud en estos más de 10 años de gobierno. Otra parte de las causas está, lamentable decirlo pero es la verdad, en las labores desarrolladas por los cubanos en el sector, y no me refiero a su presencia asistencial en Barrio Adentro, la cual es muy loable, sino a las actividades de dirección y coordinación del sector, dejadas en sus manos irresponsablemente por el Presidente y asumidas por la delegación de Cuba, como un ministerio de salud paralelo al oficial y legalmente existente.

La absurda desconfianza del presidente Chávez en sus compatriotas médicos y en los funcionarios del sector salud, así como su embeleso con Fidel y la Revolución cubana, lo llevaron a mantener en Venezuela una dicotomía de acciones con las que ni se ha podido responder a las necesidades de salud de la población, ni tampoco marchar en la construcción de un sistema nacional de salud, que esté en capacidad de administrar un programa de atención integral a la salud, sin costo directo para la población, sustentable desde el punto de vista financiero y adaptado totalmente al perfil epidemiológico venezolano y al estado de salud actual de la población. El Programa de Atención Intergubernamental a la Salud , que le presentó la comisión de enlace del sector pocas horas antes de asumir el gobierno en 1999, como instrumento inicial de enfrentamiento efectivo y eficiente de los problemas de salud de los habitantes, nunca fue considerado, ni siquiera leído, por quienes asumieron en distintos momentos la dirección del sector.

Se han invertido recursos y, a pesar de los negociados y la corrupción alrededor de los mismos, han llegado al sector y pueden ser visualizados en los nuevos centros de distinta complejidad construidos en todo el país, en las reparaciones y remodelaciones efectuadas y en la construcción de nuevas dependencias en centros existentes. Además, se ha equipado en forma notoria una gran cantidad de servicios. Sin embargo, el sistema de salud es inexistente y buena parte de lo nuevo no llega a funcionar cabalmente por falta de personal médico y auxiliar en general. No existe, por ejemplo, una política salarial que premie la formación, la complejidad de funciones y el desempeño; parecería que se han ideologizado las decisiones de este tipo o que dependen del estado de ánimo de Chávez.

El resultado es que tenemos enfermedad aguda de Chagas en Caracas, pues no se atiende a problemas sanitarios básicos del control de vectores o de manipulación de alimentos. Cuatro o cinco niños han fallecido por esta razón, aparte de las decenas de menores que han debido ser hospitalizados. El paludismo ha duplicado su morbilidad, la plaga de roedores en las grandes ciudades llega a límites inaceptables, la mortalidad hospitalaria de ciertas afecciones es grande, la planta de medicamentos del ministerio fue cerrada, miles de millones se han perdido en medicamentos comprados ya vencidos, los precios de los fármacos fueron liberados desde hace años, adquirimos fármacos en La India a través de empresas cubanas, que simplemente son intermediarios de la operación. Muchos módulos de Barrio Adentro han sido abandonados y la prueba de que no existe ni funciona el sistema oficial de salud es el florecimiento de pequeñas y medianas clínicas privadas, en urbanizaciones de capas medias de reducido ingreso, y de consultorios en las barriadas pobres del país.

Las aseguradoras reciben miles de millones de bolívares del Gobierno Nacional y de los regionales y locales, a través del pago de seguros de atención médica hospitalaria, mientras el seguro social sigue con la mayoría de sus problemas de siempre. Ha sido imposible producir en el país los fluidos requeridos para hidroterapia, terapia electrolítica y para diálisis, a pesar de que las universidades los fabrican en plantas pilotos. En salud el Gobierno no ha dado pie con bola y mucho menos con un ministro militar, que sabe de gerencia de salud lo que yo sé de tanques de guerra.



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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

 lft3003@yahoo.com      @LFuenmayorToro

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