Al parecer, la oligarquía Colombiana, los nuevos capos ocultos del narcotráfico y las Autodefensas colombianas (Páracos) se aprestan a sustituir a Álvaro Uribe en la presidencia de Colombia evitando la posibilidad de ir a su tercera reelección. No será fácil. El viejo zorro de Uribe, parece no mojar pero empapa; se guardará sus viejos trucos y sus cartas hasta ver que su ex ministro de defensa muestre las suyas. En realidad la gestión de Juan Manuel Santos comienza a ser proyectada como lo mejor que ha sucedido en política en esa nación hermana, unida a la imagen que intentan vender, como el mejor ministro de defensa que ha tenido esa misma nación vecina en las últimas décadas. Todo un despliegue de periodistas, columnistas y dirigentes políticos de la ultra derecha se encargarán de mostrar los éxitos conseguidos contra la Farc. Difundiendo una matriz de opinión en los poderosos medios colombianos en los cuales la familia Santos tiene marcados intereses. La lucha contra los movimientos guerrilleros, y en especial la Farc será totalmente desvirtuada y venderán la idea de un movimiento guerrillero no deliberante, en desbandada, totalmente derrotado cuyo debilitamiento sería irreversible. Durante los últimos meses no se ha sabido mucho sobre la guerrilla colombiana, salvo algunas noticias filtradas en los cuales han muerto varios soldados y guerrilleros. El ya candidato Santos muestra orgulloso sus trofeos de guerra. Los medios lo presentan como un líder audaz que goza de la confianza de los altos mandos militares por su “claridad de propósito y la ejecución de unas estrategias eficaces para conseguirlos”. La promoción y exageración sobre esta operación la podemos ver en columnistas como el de la revista “Semana” Alfredo Rangel: cuando escribe “Y la Operación Jaque. El más humillante y demoledor golpe contra la autoestima de las Farc y una de las más grandes hazañas de la historia militar reciente, con pocos antecedentes comparables. Esto desmoralizó sin remedio a las Farc, mientras ha henchido de entusiasmo y decisión a la Fuerza Pública y a todo el país. Pero durante la gestión de Santos también se debilitaron los grupos mafiosos y los emergentes. Los grandes capos del narcotráfico que aún quedaban activos fueron capturados o dados de baja. Recuperación de la seguridad en el país.
Llama poderosamente la atención “este debilitamiento de los grupos mafiosos y los emergentes y la liquidación de los grandes capos del narcotráfico· No nos cabe ninguna duda, ni al pueblo colombiano tampoco, los nuevos jefes del narcotráfico son precisamente eso: “Los emergentes”. Vendrá de nuevo la narco y la paraca política con más fuerza si el ex ministro toma las riendas del gobierno colombiano.
Además difunden la imagen de un político responsable cuyo mayor trofeo es la muerte de “Raúl Reyes” y la operación Jaque. No hay nadie en Colombia y en el resto de los países vecinos tragándose semejante cuento. Esta operación fue un montaje, un tinglado, un espectáculo, dirigido y orquestado por el promocionado ex ministro, quien convirtió este hecho en una “audaz operación militar”. No debemos dudarlo, la godarria colombiana quiere en la presidencia a alguien capaz de enfrentar sin medias tintas a Hugo Chávez Frías, a Rafael Correa y Evo Morales. El pitiyanquismo y el lacayismo son proverbiales en este reaccionario y agresivo ex ministro.
Por otra parte el pueblo hermano sufrirá los rigores de una campaña ultra violenta si “la hiena” es el candidato y Álvaro Uribe se retira de la contienda. Por supuesto que la llamada “política de consolidación de la seguridad democrática” ejecutada por Santos, que ha combinado las operaciones militares y policiales con una acción integral de las instituciones gubernamentales, ha permitido extender la recuperación del control del Estado sobre el territorio y ganar el apoyo decidido de la población” .Ya lo dijimos antes pero debemos recalcarlo, lo promoverán como un político exitoso en lo personal y en su gestión como Ministro de Defensa —el actual presidente quedaría como un pelele –
Ya comienzan los tarifados periodistas y columnistas de diarios y revistas a escribir para que el pueblo colombiano se trague semejante campaña. Veremos proyectar la imagen de un pueblo agradecido y toda la derecha reaccionaria deseándole éxitos al “futuro presidente”. Mientras, tanto Uribe se hace el loco, el desentendido, El periodista cierra su adulancia con: ¡Buen viento y buena mar, ex ministro Santos! Tendrá más que navegar, nadar contra la consecución de la unidad de las fuerzas progresistas de Colombia. Estas se verán obligadas a hacerlo por el bien de Colombia y de América del Sur. Afortunadamente los vientos de cambios recorren esta parte del continente. No se puede bajar la guardia. Estamos ante la más cruel y peligrosa oligarquía de Suramérica.
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