La calle habla

Recientemente, he iniciado un proyecto que busca generar insumos estratégicos para la toma de decisiones. Dentro de ellos, están un conjunto de productos que apuntan a conocer las percepciones que tienen los ciudadanos sobre diversas dimensiones de la gestión pública, enfocada en actores, acciones y decisiones. Menuda labor la de conocer qué se piensa colectivamente. Pero mas interesante es el sujeto que se trata de investigar. La calle, la gente, el pueblo. Marcadamente heterogéneo, nos hemos planteado la necesidad de hurgar en los aspectos que los hacen comunes y no. Una interesante labor que permite conocer las diversas dimensiones de la sociedad. Pero, ¿Es posible saber lo que la calle habla? Hace algún tiempo, Teodoro Petkoff comentaba sobre el valor que tiene montarse de vez en cuando en un taxi, y saber que opinaban los taxistas sobre la realidad política nacional y temas de coyuntura.

A muchos nos podría sonar algo descabellado, darle valor científico a tan osado método cualitativo para conocer la opinión de muchos en la expresión de uno. Pero imaginemos que en los espacios públicos no se haya aún perdido la condición social del sujeto, y por el contrario los tiempos modernos no nos han ensimismados y condenados aún a la virtualización de las relaciones sociales, y por el contrario sea posible el diálogo.

El poder comunicacional que tienen personas que permanentemente están en contacto con otros, sobre todo en ambientes de corta permanencia y alto tráfico como autobuses, taxis, areperas, cafeterías, panaderías, peluquerías, entre otros, es realmente alto, entendiendo por demás la lucha massmediática en la cual el gran perdedor es la información y la credibilidad en los medios de comunicación. Pero el planteamiento sigue allí. ¿Cómo conocer lo que opina la calle sobre la situación nacional, lo que dice y no el Presidente y sus detractores, el funcionamiento de las instituciones públicas? Pues creo que es momento en que el contacto con la gente debe ser mayor y permanente, para conocer que piensa sobre lo que hacemos como gobierno.

Por el año 2002, el Ministerio de Planificación y Desarrollo de aquel entonces, trazó un lineamiento para todos los ministerios, con el fin de crear oficinas de análisis estratégicos, justamente para propiciar el apoyo al proceso de toma de decisiones por parte de unidades especializadas en proveer insumos estratégicos para apoyar la toma de decisiones. Pero de los pocos organismos que cumplieron con esta directriz, algunos no entendieron el valor institucional de estas unidades, y por el contrario la subsumieron en unidades toderas que apoyaban lo que considerasen que pudiesen apoyar en la rutina del día a día. Otros, solo se confiaron del análisis mediáticos que ofrecen las empresas que proveen del servicio de clipping o de los funcionarios de estas oficinas que se especializaron en recortar periódicos, para saber qué tanto de cobertura les daban los medios de comunicación a su gestión.

Pero eso no lo es todo! Aun cuando la sociedad actual sus opiniones están altamente mediatizadas por los medios, en esta coyuntura, es importante ir al cara a cara, y conocer de fuente directa como opina la calle. Por otra parte, hay una extrema confianza en lo que transmiten por los “grandes medios”, y poco valor a los medios comunitarios. Recordemos la coyuntura del golpe de abril de 2002 y el rol determinante en la reacción y posterior victoria cívico militar del 13/04/02. Lo que en ellos y ellos dicen marcan opiniones e inciden en la opinión de la calle. Así que estimados amigos, hay que desafiar a Comte y la extrema confianza positivista en los métodos científicos para conocer lo social, y abocarse a explorar otros métodos de acercamiento y análisis de lo que habla la gente. Finalmente, la exagerada confianza en las encuestas.

Hay dimensiones de la realidad donde los números no explican lo suficiente, y en nada sus motivaciones y razones. Sobretodo en el entender que a los decisores a veces gustan en extremos de escuchar solo aquello que reafirma su pensar, desechando lo que se asemeje a críticas u opiniones encontradas con las que posee. Aunado a ello, el mercantilismo de los dueños de empresas de análisis cuantitativo de la realidad, y su complaciente postura para “satisfacer” al cliente. Recientemente, revisaba con unos amigos los resultados de unas encuestas del 2004 de un famoso dueño de estas empresas, y al conocer de sus datos, pareciese que Chávez iba a caer al día siguiente, o por el contrario, no se explicaba como aún se mantenía en el poder.

Poco se previó que luego ganaría el Chavismo y Chávez importantes procesos electorales y por el contrario, profundizaría el proyecto del socialismo del siglo XXI y se expandieran de forma extraordinaria por América Latían, ganando adeptos y seguidores en Venezuela y el mundo entero.

Revaloremos la calle y venzamos el temor de enfrentarnos a nuestras consecuencias y realidades. De seguro la gente, la calle, sabrá no solo hablar, sino también sabiamente escuchar.  

*Politólogo


farith15@gmail.com


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*Farith Eduardo Fraija Norwood

Magíster en Estudios Sociales y Políticos Latinoamericanos. (Chile, 2006) Licenciado en Ciencias Políticas y Administrativa (UCV, 1999). Asesor en temas de Políticas Públicas, Docente-investigador, locutor (RNV, La Cima 96.7FM) y columnista del Diario La Región.

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