Escuelas de música popular venezolana

Vamos por 10 años de proceso revolucionario y no hemos parido aún alguna iniciativa real de conformación de un medio de formación y continuación de nuestra cultura popular que fortalezca desde las bases en las comunidades nuestra identidad, por el contrario se sigue apoyando a las viejas estructuras, que aunque hacen esfuerzos, su misma conformación vertical y burócrata cercenan el deseo de las grandes mayorías.

Este es el caso de nuestra música venezolana, por demás unas de las más ricas y variadas de todo el continente americano, pero que en nuestro país no se conoce, no más hágase una pequeña encuesta en la calle con transeúntes diversos con 5 preguntas sencillas, por ejemplo:


1) Nombre cinco géneros de nuestra música venezolana...

2) En que parte de nuestro país se toca el tambor veleño?

3) A parte del llanero, que otros tipos de joropos tenemos en Venezuela?

4) Conoce Ud. la Guaraña?

5) De dónde es el merengue rucaneao?


Es casi seguro que un pírrico número de los encuestados responderán asertivamente a estas preguntas, lo cual, para los que estamos inmersos en el goce y la práctica de lo nuestro resulta una lamentable realidad, porque entendemos que este es el desarraigo, fruto de las políticas neoliberales pasadas que permearon nuestra sociedad inyectando valores extemporáneos y que nada tienen que ver con lo que fuimos, con lo que somos y con lo queremos ser.

Y este es el flanco que ataca la canalla mediática comercial todos los días a través de su malévola y alienante posición, que, transmutada en una nefasta programación sigue alimentándose, mal-alimentando a nuestra juventud (principalmente) y reafirmando, pertinentemente, a los ya menos jóvenes en su torcida formación sobre lo cultural.

No habrá consolidación de la revolución sino se eleva a rango de materia de estado el tema del apoyo a "lo cultural", específicamente a lo popular, al acervo, a la creación de sólidos espacios que eleven la autoestima del hacedor de lo nuestro, no habrá revolución posible en nuestro amado país si no se incentivan y apoyan movimientos espontáneos que aglutinan el clamor del pueblo, su amor y su necesidad de un frente que le reafirme lo que ya después de 10 años vienen apoyando gracias a la postura incólume y a la fortaleza moral de un hombre, de un líder.

Las artes son un ente transformador de incalculable poder, y podemos decir, entonces, que la música de todas las artes es la única que no se toca, que no se ve, pero que llega directamente al corazón, por lo que su poder es infinito.

En nuestra revolución no podemos continuar dándole el espacio irresoluto que se le sigue dando a una institución, (que si bien para un sector en su gran mayoría conformado por seres en total y absoluto desarraigo, es "exitosa"), para las grandes mayorías no deja saldos positivos en lo que a nuestra historia y a nuestra cultura se refiere. ¿Acaso es una práctica socialista que un tipo de música, como la sinfónica, a la que solo un 10% de la población escucha, interpreta y apoya se lleve el 90% del presupuesto que el estado asigna y que la popular y tradicional que representa el otro 90% de la población solo le sea inyectado un 10% de dicho presupuesto? ¿De que revolución hablamos entonces?

El sistema de orquestas tiene algo así como 180 núcleos en todo el país, en donde se enseña principalmente y de manera obligatoria, la música europea, pues bien, por qué no se ha comenzado ya a construir 335 casas municipales de enseñanza de nuestra música popular venezolana, en donde de igual manera se forme al niño, joven y adulto musicalmente desde la misma lectura del pentagrama y sus derivados pero desde la perspectiva de nuestra diversidad musical?... que esperamos para dar este salto cuantitativo y cualitativo que sea motor de arranque a la nueva semblanza que millones aspiramos?

Está en discusión en la Asamblea Nacional, y ya va a la tercera, que es la aprobatoria, una ley de cultura que si bien contempla la inclusión y muchos enunciados que mejoran la realidad de lo cultural en nuestro país, no fue sacada de la base del pueblo, de sus aspiraciones, de su mandato pues… no dice por ningún lado, de manera explícita, llana, que es una ley también la injerencia de esa base organizada en lo que a manejo de toma de decisiones en recursos, políticas e intereses se refiere, como debe ser.

No se ve ni se siente dentro de este proyecto de ley de cultura LA ESENCIA DEL PUEBLO.

Es muy importante que se entienda esto desde su justa dimensión, y no desde aquella que en la que prelan valores mercantilistas disfrazados de eso que llaman “diversidad cultural”, para asumir una postura realmente revolucionaria y dar respuestas socialistas verdaderas, que invoquen al cambio que todos queremos, ese que será el que genere la nueva moral, la nueva visión y la nueva conducta del venezolano llano, conciente de su valor como partícipe de un todo, con conciencia de clases, inalienable, insoslayable.

Seremos millones los que saldremos al llamado de la patria para conformar, organizar, e impulsar esas necesarias Casas de la Música Popular.

badacobe@gmail.com


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Luis Miguel Badaraco


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