Hemos visto en los últimos meses en los medios de comunicación del país y del continente todo, la noticia, varias veces repetida, de que el gobierno estadounidense, como una medida para enfrentar la grave crisis financiera que confronta, con la quiebra de grandes corporaciones y empresas, así como la evidencia de manejos dolosos y corruptelas a granel en aseguradoras y bancos, ha estado comprando las mayorías accionarias de un gran número de esas instituciones (al parecer van más de 35 bancos), así como empresas emblemáticas como la General Motors y las gigantes hipotecarias Fanny Mae y Freddie Mac y observamos que en sus titulares y textos, de manera general, bajo ningún respecto se incluyen declaraciones de esos sempiternos "voceros expertos” condenando y descalificando dichas adquisiciones, con el alegato, por ejemplo, de que el gobierno de Washington se ha vuelto comunista. Ni por asomo se han atrevido esos farsantes pronosticadores de oficio, a usar tal calificativo, en tanto que sí lo utilizan una vez que el gobierno Bolivariano hace lo propio, con bancos o con cualquiera otra empresa de interés estratégico para el desarrollo soberano de nuestro país.
Ocurre actualmente con la decisión del presidente Chávez de comprar el Banco de Venezuela. Cuando se anunció la medida y no han cesado en ello, arremetieron contra dicha decisión y en sus primeras páginas y a grandes titulares le informaron al país: “que esa es una clara demostración del carácter comunista del régimen (..) Chávez lo que quiere es implantar una dictadura al estilo de la soviética” (..) pretende acabar con la propiedad privada, confiscarle los bienes a los venezolanos y llevar el país al caos…”
¿Cómo les parece? Hay que precisar, de modo tajante, que esas compras de acciones del gobierno estadounidense no son otra cosa que estatizaciones. Llamarlas de otro modo, no es más que recurrir a los eufemismos. Cuando un Estado se hace propietario mayoritario de acciones de cualquier ente privado, simplemente lo está nacionalizando. La diferencia que existe con las que aquí se producen, es que allá sólo está planteado salvar de la debacle a sus dueños corruptos que han tenido un pésimo desempeño gerencial en perjuicio de millones de personas, mientras que en nuestro caso, lo que se busca es consolidar dichas entidades y, por sobre todo, garantizar que sus grandes dividendos se queden en la país para su desarrollo integral, con la ejecución de importantes obras de beneficio colectivo, tales como: ferrocarriles, viviendas, sistemas de riego, centros de atención medica, hospitales especializados, universidades, sistemas masivos de transporte, como los llamados “metros”, grandes centros de investigación agropecuaria, escuelas, etcétera, etcétera.
Así de sencillo es lo que busca el gobierno Bolivariano con las nacionalizaciones. El caso de la CANTV es un buen ejemplo de ello, pues en menos de dos años de nacionalizada se recuperó su costo y ha podido extender sus servicios donde jamás pensó hacerlo. Su manejo anterior capitalista (rédito rápido y sin riesgos), no le permitían extenderlos, por ejemplo, hacia el sureste del país, pues sus cuentas nos les garantizaban ganancias especulativas en el más breve lapso.
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