Es frecuente, en nuestros medios de comunicación, ver, oír y leer declaraciones de jóvenes médicos formados y post graduados con dineros públicos en nuestras universidades como cirujanos plásticos, en torno al tema de la belleza.
Y es que la cirugía plástica, de ser una especialidad médica que tiene como objetivo llevar a la normalidad “funcional y anatómica la cobertura corporal”; es decir, la forma del cuerpo”, ha pasado a ser una especialidad médica que busca sólo satisfacer las vanidades del ser humano y el lucro de quien la ejerce.
La cirugía plástica, es una de las más antiguas dentro de la cirugía. El papiro de Ebers (1500 a.c.) muestra que el trasplante de tejidos era practicado por los egipcios en el año 3500 a.c. Los Vedas, libros sagrados de la misma antigüedad, cuentan que tanto los colgajos, como los injertos, eran conocidos en la India.
En el siglo VII a.c. Susruta describe unas técnicas para la reconstrucción de la nariz, oreja y labios que se realizaban en la India 2500 años a.c.
La Cirugía Plástica, se ha dividido en dos campos de acción:
1. Cirugía Reconstructiva o Reparadora, que incluye a la microcirugía, está enfocada en disimular y reconstruir los efectos destructivos de un accidente o trauma o defectos de índole congénitos o como consecuencia, de alguna patología.
2. Cirugía Estética (o cosmética) realizada con la finalidad de cambiar aquellas partes del cuerpo que no son satisfactorias para el paciente. Un ejemplo de ello, son las llamadas gigantomamas (senos gigantes) que, por su condición hipertrófica, producen dolor en la espalda y hasta deformidades en la espina dorsal de la paciente.
Visto en este contexto, como especialidad médica, se justifica, por parte del Estado, la inversión en la formación de profesionales médicos en esta especialidad. Pero ¿realmente se beneficia el colectivo con la presencia de un cirujano plástico en las instituciones hospitalarias del Estado?
En la práctica diaria, en un hospital público, un cirujano general realiza cirugías en muchos casos de naturaleza mutilante como consecuencia de una enfermedad, verbigracia un cáncer de la mama en donde la misma queda reducida en un buen porcentaje de su tamaño o representa la pérdida total de la misma. Ese cirujano general, amerita de la participación de un cirujano plástico que se integre al equipo de cirujanos tratantes con el noble propósito de reconstruir de inmediato ese importante órgano de la mujer para hacerlo funcional y cosméticamente aceptable. Esto, es más que imposible lograrlo en un hospital público. Nuestros cirujanos plásticos son renuentes a participar en procedimientos quirúrgicos en donde la condición estética medie, a pesar de ser una de las ramas de la especialidad con la que fueron egresados de nuestras universidades para servir al colectivo, dedicándose solamente a la parte reconstructiva, dejando la otra, la cosmética, para su práctica privada, con fines lucrativos, porque lo estético lo asocian con belleza y no con “aquellas partes del cuerpo que no son satisfactorias para el paciente” como reza en la definición de su especialidad.
En Venezuela, los cirujanos plásticos, al igual que cualquier especialidad quirúrgica o clínica de la medicina, se “asocian” en las llamadas “Sociedades”. Así, ellos se agrupan en la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, Reconstructiva, Estética y Maxilofacial.
Revisando los eventos nacionales programados por la mencionada Sociedad para los años 2009 y 2010 que aparecen reflejados en su portal, entre los temarios a considerar, con la honrosa excepción del tema sobre quemaduras, el resto de los eventos están dirigidos, exclusivamente, a la parte cosmética de la especialidad.
Si visitamos el portal de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, Reconstructiva, Estética y Maxilofacial , observaremos un alto contenido mercantilista en el sitio; plagado de cualquier cantidad de anuncios de productos de belleza. Así por ejemplo, si nos vamos al link de cómo elegir a su cirujano plástico reflejado en dicho portal, este nos conduce a una sección que versa sobre, cómo hacer una elección “no adecuada” de un cirujano plástico y al respecto dice: “ser una elección equivocada guiarse por”:
* Anuncios publicitarios.
* Programas de radio y televisión.
* Propaganda en revistas y periódicos.
* Recomendación por cualquier persona.
No obstante, esto no es lo que uno ve en los anuncios publicitarios, ni oye en los programas de radio y televisión en donde ellos asisten; identificándose como médicos post graduados en cirugía plástica y como miembros y de hecho lo son, de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica. En dichos programas, se explayan promocionando procedimientos cosméticos y quirúrgicos; dando pelos y señas sobre las instituciones privadas en donde hacen su ejercicio profesional; indicando sus horas de consulta y números de contactos telefónicos que aparecen en los generadores de caracteres; violentando y ellos lo saben, el Código de Deontología Médica vigente que lo prohíbe y lo considera “no ético” y nosotros acotaríamos, indigno.
Pero la página de la Sociedad Venezolana de Cirugía Plástica, Reconstructiva, Estética y Maxilofacial da para más. Si usted se traslada al link “consultas” este lo lleva a una sección denominada: principales operaciones y procedimientos quirúrgicos. Esta sección es lo que llamaríamos cirugía plástica a la carta. Ahí se paseará usted por procedimientos quirúrgicos y no quirúrgicos para escoger; tales como:
Abdominoplastias, Mamoplastias, liposucción y lipoescultura, rinoplastia, peeling, lipoinyección e implantes faciales; procedimientos estos, obviamente, disponibles en clínicas privadas en cualquier hora y cuando el “cliente” lo desee; pero, ausentes en consultas de hospitales públicos, totalmente vedados para el pueblo, a pesar que el Estado invirtió con becas salarios en su formación en estos médicos llamados cirujanos plásticos que son unos buenos para nada en los centros asistenciales del Estado.
En estos tiempos en donde lo frívolo es una de las tantas facetas que nos ha legado el sistema capitalista consumista como un valor, es necesario que el Estado establezca cortapisas al respecto y obligue a estos colegas a cumplir con la sagrada misión de todo médico: el de restituir la salud del ciudadano, bajo la premisa de la Organización Mundial de la Salud que establece como la misma no sólo el restablecimiento de la salud entendido en lo biológico, sino también un completo bienestar psíquico y social; en donde lo cosmético, la apariencia final de un ser humano, es condición sinequanón para lograr el equilibrio emocional, que también es salud.
¡El que tenga oídos, que oiga!
(*) Médico
elieceralvarado@hotmail.com