Para Jesse, el Ministro Jesse Chacón

¡Qué tal, camarada! Junto a ti en estos emocionantes y difíciles momentos de la Patria Grande. Emocionantes por el cotidiano y permanente activísimo revolucionario, en especial de nuestro Líder. Y difícil porque tenemos una oposición que desea matar a Chávez. Y a todos nosotros.

La oligarquía de la oposición ha visto desaparecer sus privilegios grupales e individuales. No lo toleran. Y la salud mental de la mayoría no dirigente está afectada por la desinformación y por las matrices de opinión que generan odios.

Los desprivilegiados dirigentes permanentemente están conspirando. Desinforman conque vamos a un comunismo. Un sistema que fue maldito por los intereses capitalistas de todos los tiempos, y que por ello, mediáticamente, hace correr a los ignorantes.

Excesos de billetes e individualismo, versus vida estable y solidaridad.

Por sus soberbias e intereses crematísticos ocultan y envilecen a un hermoso proyecto de vida del nuevo país que estamos tratando de construir.

Son tan estúpidos –y que me perdonen los estúpidos por hacerlos escuálidos– que envenenaron y envenenan periódica y cotidianamente a nuestros compatriotas ya que no les permiten apreciar que estamos construyendo, sí poco a poco porque es sobre unas duras estructuras del mal pasado, un país de igualdades. Una patria soberana, sin entreguismos y que solidariamente, sin regalar lo nuestro sólo intercambiando, contribuimos con otros países hermanos con pobreza, a salir de esa situación.

Bien. A lo del título del artículo. Como al Ministro Chacón entre otras funciones de su ministerio del Poder Popular está el de las Industrias Intermedias, quisiera proponerle para su discusión algunos elementos que estimo pudiesen contribuir con el grave problema de los vehículos automotores.

Primero que todo, vamos a recordar que nuestra crisis de transporte se basa en que no hemos podido establecer, ni consolidar donde hay, transportes masivos suficientes en todas las ciudades. Y recién estamos iniciando la red ferroviaria interciudades.

Dentro de un esquema capitalista –todavía seguimos ahí– el interés radica en vender. Vender especulando. Y en nuestro tema nos referimos a automóviles, camiones y motos.

Hace algunos años, antes que llegase Chávez, proponía que todas las personas de clase media (media y baja), y los de menos recursos que pudieran, debiesen salir de los carros viejos, destartalados con los riesgos que implica a sus familias, y poseer un vehículo importado, pero importado usado.

Hablaba de autos americanos que por sus estilos de vida muy comerciales obligan a los “usaenses” a cambiar de vehículos cada 1, 2 ó 3 años, ya que tanto por las normas de conducir –sobre todo las multas– que les impiden desarrollar altas velocidades, que la vialidad está en buen estado –no les dan tanta rosca–, así como porque los repuestos son originales y la mano de obra mecánica es calificada, los vehículos usados están en buenas condiciones

Ah y se deprecian bastante. No como aquí. La idea de entonces era que el gobierno comprara grandes lotes de autos y camiones usados, los transportara en barcos y aviones militares y los vendiera a muy bajo costo con financiamientos blandos por los bancos del Gobierno.

Saldríamos de la especulación y de la angustia de andar con tanto catanare, con el riesgo permanente de averías que nos afectan, causando desde una molestia menor hasta accidentes que pudiesen ser fatales.

Aprovechamos aplaudir las acciones del Dr. Eduardo Samán y su equipo luchando contra los abusos comerciales.

Continúo. En otros tiempos también sugerí –tampoco le paraban– que en vez de seguir sosteniendo empresas meramente ensambladoras con las que alimentamos el desarrollo industrial, que se hizo fuerte, de países como Canadá y México donde se fabrican los motores y las cajas de cambio; los sistemas de dirección y frenos y aire acondicionado y las partes para carrocerías, muebles y tapicerías, vidrios, electricidad, etc. Radiadores.

Y nosotros, ensamblandito.

Menos mal que por sus intereses económicos han incorporado partes nacionales eléctricas, las tapicerías, los vidrios, radiadores y evaporadores para aire acondicionado y otros elementos. Algo es algo.

Propuse también, que se escogiera un modelo único para taxis y porpuestos con lo que se abaratarían su adquisición y su mantenimiento. Para ese entonces sugerí un carro de la GM: el Malibú (corto), que todavía rueda por ahí y los profesionales del volante lo buscaban como palito de romero. Otro bueno para esas actividades –y para todos –, también de GM, era el Chevy Nova.

Si en esa época hubiésemos tenido nuestro gobierno revolucionario, un poco madurado, tal vez se hubiese negociado, o tratado de negociar, con la GM que ese modelo lo siguieran “ensamblando”. Pero estábamos –todavía– en la vorágine dolarizada de los productores de ofrecer modelos atractivos y dentro de la compleja e ideologizante visión consumista-vanidosa casi todos los que podían comprar estaban en la obligación social de poseer un auto nuevo.

Formando mentes no conservadoras de sus bienes, buen mantenimiento. Mucho menos que las empresas fabricantes de carros contribuyeran con la formación de mano de obra calificada, ya que esto obliga a obstinarnos con las carros usados y recurrir a uno nuevo para quitarnos la ladilla de las reiteradas reparaciones. Ampliada con la mala calidad de los repuestos

El caso es que, mientras salimos muy lentamente del capitalismo salvaje y no construimos los transportes masivos, internos y externos, y vista la crisis globalizada del capitalismo salvaje, donde además de que se reducirá la fabricación de carros en USA, peor con la hecatombe de la GM, y aún y cuando en mejores condiciones ensamblemos vehículos iraníes y chinos –con opción a futuro de fabricarlos completamente aquí– podríamos proponerle a Obama –a su gobierno, claro– por la nacionalización dueño del 60% de la GM, de ir transformando, con una buena transferencia tecnológica –sí lo dejan– esa planta de ensamblaje en fábrica integral de carros y/o en la fábrica de los repuestos que van a necesitar los vehículos, viejos y nuevos, de ese ex imperio fabricador.

Sabemos que los repuestos los fabrican casas especializadas, pero ¿qué tal si pensamos en ahorrarnos unos dólares para el exterior?

Además, ojo con ese numeroso personal venezolano de GM que, estimo, podría quedar vacante en unos meses. GM cerró 22 plantas.

Igual situación podría plantearse con la Ford.

Ahora con las palabras mágicas “para terminar” me permito recordar que en la oportunidad cuando se cerraría la Planta de Laminados Planos de Sidor propuse que todas esas inmensas instalaciones y el personal altamente calificado se dedicase a fabricar los rieles para metros y trenes que son importados. Que les parece. Menos mal que nuestra Revolución está en esa onda.

Apreciados camaradas, son unas simples propuestas, ojo, para análisis y discusión ministerial.

¡Patria, Socialismo o Muerte! ¡Venceremos!

edopasev@hotmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1993 veces.



Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

Visite el perfil de Eduardo Palacios Sevillano para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Eduardo Palacios Sevillano

Eduardo Palacios Sevillano

Más artículos de este autor